Notitia Criminis •  05/05/2010

El “entorno de Bono” admite las dádivas de Santamaría y la información de Público y la Gaceta

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Mientras ayer, Gaspar Llamazares, como persona que tiene la maleta hecha hace tiempo, se situaba de lleno bajo la sombra de Bono; Cayo Lara, Coordinador Federal de Izquierda Unida, declaró que el citado José Bono tiene que dar “las explicaciones suficientes” sobre su patrimonio porque, a su juicio, uno como el de Bono no se consigue “únicamente con salarios”. Por su parte, Manuel Rico, subdirector de Público, exige hoy que Bono de explicaciones y se deje de “poesía”.

No es para menos. Patético está empezando ya a resultar el affaire Bono. También ayer este hombre, se ve que después de recuperar el resuello tras el artículo de Público, abordó a los periodistas en el Congreso para decirles: “no sé por qué van contra mí… Tengo 60 años. Mi patrimonio político es la honradez y el económico, lo sabe todo el mundo”. Previamente, en entrevista dada a El Mundo el 18 de abril de este año, Bono aseguró que su patrimonio era el siguiente:

Bono: «Es cierto y se lo repito: tengo la casa en la que nací y 2,5 hectáreas, herencia de mis padres; la casa en la que vivo y 80 participaciones en la sociedad hípica»

Entrevistador: «Y qué propiedades raíces tiene la hípica»

Bono: «17 hectáreas en Toledo y un apartamento de 75 m2 en Alicante. No le dé más vueltas. Vivo con Ana, tengo separación absoluta de bienes, y ella tiene su propia empresa de la que yo no formo parte…».

En esa entrevista Bono, que como he dicho, aparenta tener hechos de bolo, pero no lo es, omitió hablar de las propiedades de su mujer e hijos y de las empresas controladas por ellos, escudándose en el velo societario para no mentir, pues es cierto que el resto del patrimonio familiar, conocido hasta la fecha, está escriturado a nombre de sociedades, de los hijos o de la esposa.

También evitó explicar porqué había asegurado que tenía intención de comprar el apartamento de Alicante, cuando tal apartamento ya era de su propiedad. Tampoco explicó por qué las “fuentes cercanas” que informaron a El Mundo sobre la documentación que aquel aportó a la Fiscalía, hablaron de “un apartamento en Estepona”, cuando el Registro de la Propiedad acredita que son dos y no uno. Tampoco se le ocurrió advertir que su amigo Rafael Santamaría le había hecho, a él o a su familia, sustanciosos regalos para la decoración de sus casas y, por supuesto, no dio ningún dato sobre la naturaleza de la permuta o de los bienes permutados cuando su familia adquirió los dos áticos de Estepona.

Bono no mentía en esa entrevista a El Mundo porque, acogiéndose a la disolución formal de la sociedad conyugal de gananciales, a la personalidad jurídica de las empresas familiares y a la física de sus hijos, ciertamente lo que estaba escriturado a su nombre era lo que él decía, al margen de que pueda o no surgir algún que otro ático, finca, local, cortijo o garaje que no conste en los Registros por estar estipulada su compraventa en contrato privado y no en escritura pública.

No obstante, la estrategia del de Salobre la ha desbaratado Público. Mientras en Shanghai, Bono andaba con la agudeza de las avispas y los frutos, en Madrid se valoraba, prudentemente a la baja, el patrimonio de los Bono en mil millones de Pts. acumulado, en su mayor parte, entre 2004 y 2010; se confirmaba, por la propia “decoradora” que el amigo Rafael Santamaría había corrido con los gastos de la decoración de la casa de Salobre y de las habitaciones de la de Olías; y se hacía público que la familia Bono había cambiado a ese mismo Santamaría dos áticos de lujo en Estepona, por una vivienda en una zona media de Madrid, con una antigüedad de 25 años y, además, con inquilino incluido.

Hoy, otra vez, “fuentes cercanas al entorno de Bono” –que no el propio Bonohan recurrido a El Mundo para dar respuesta a lo que ya empieza a no necesitar ninguna explicación más. Según este diario, dichas “fuentes”, aseguran que “el presidente del Congreso nunca ha ordenado ni facilitado adjudicaciones a Reyal-Urbis”. “Sí admite el entorno de Bono varios de los obsequios que le hizo Santamaría, pero, según la versión de estas fuentes, siempre respondieron exclusivamente a la amistad que les une y, en ningún caso a cambio de contratos con la Junta de Castilla-La Mancha”. “Reconocen que el constructor pagó la decoración de la habitación de la hija de Bono en su casa en Olías del Rey (Toledo), pero señalan que lo hizo porque la esposa de Santamaría es la madrina de la niña”.

Continúa “el entorno de Bono” por boca de El Mundo, diciendo que “igualmente, el entorno del presidente del Congreso admite que Santamaría le envió mobiliario para decorar la casa de Bono en Salobre, pero asegura que los muebles nunca llegaron a utilizarse. A Bono le gustaron, pero a su mujer, Ana Rodríguez, no, así que los devolvieron”

No es esto todo. El campanazo llega con las explicaciones que “el entorno de Bono” da sobre la permuta de los áticos de Estepona, que ya se admite que son dos y no uno: “En cuanto a la permuta de un piso en Madrid por dos áticos en Estepona que supuestamente valían casi el doble, las fuentes consultadas aseguran que lo adquirido en la localidad malagueña tienen un valor mucho menor, porque la mayoría de las viviendas de la promoción fueron vendidas finalmente a precios irrisorios”.

Admito que esta última simpleza del “entorno de Bono” supone una explicación contundente, definitiva y que cierra todas las dudas que puedan existir sobre los motivos por los que REYAL-URBIS se encuentra en estos momentos intervenida de facto por los bancos acreedores, tras renegociar a la desesperada una deuda de más de 4.580 Millones de Euros, para entendernos, bastante más de setecientos mil millones de Pesetas, algo demasiado próximo al millón de millones.

No obstante, vamos prosperando. Ya parece que “el entorno de Bono” no pone en duda que Rafael Santamaría mantiene con el ex presidente de Castilla-La Mancha una estrechísima amistad; que Bono y su familia reciben generosas dádivas de ese Santamaría; que sí eran dos y no uno, los áticos permutados en Estepona; y que tras esa permuta, que según documentación registral es de duros por pesetas, no hay nada sospechoso porque los apartamentos de “Las Náyades” acabaron sufriendo posteriormente el fiasco del gremio inmobiliario.

Me temo que el atento lector, a estas alturas, estará pensando que “el entorno de Bono”, no solamente tiene hechos de bolo, sino que lo es y que por tales nos toma a los demás.


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