El Arráez •  Opinión •  08/10/2017

… Con derecho a voto

Saludos (que viene de Salud).

Considero que no hay nada más pueblerino que intentar poner puertas (con cerraduras y todo), al campo. O a tu pueblo, o a tu comarca, o a tu región.

Dicho lo cual, aviso que me pegaré con cualquiera (mejor pongamos que defenderé), hasta el límite de mis fuerzas el absoluto e inalienable derecho que tiene cualquier pueblo a decidir su destino. Preferiblemente votando con entera normalidad, aunque en el fondo pensemos que su torpe decisión pueda conllevar la inminente caída por un barranco, con imprevisibles consecuencias, que nadie entre los partidarios visibles de la independencia de Cataluña parece prever.

Mentes mucho más preclaras que la mía han coincidido estos días en poner de manifiesto una obviedad, y es que cualquier nacionalismo (esa maldita herencia del Romanticismo), sea del tipo que sea, tiene un origen fascista, algo con lo que estoy absolutamente de acuerdo. Considero que no puede haber nada más antiprogresista, ni más retrógrado, que establecer una raya separándote de tus vecinos. Porque creo que por muy bien intencionado que seas es inevitable, no ya que te compares con el otro (lo cual por si mismo no tendría ninguna importancia), sino que automáticamente (los seres humanos somos todavía así de defectuosos) tu  estúpido ego te empuja a pensar que eres mejor que el otro. Y no digamos ya si encima alguien te calienta la cabeza y apela a tus vísceras con los tan manidos conceptos de patria, bandera, honor, etc. Para qué seguir.

Como digo a mis amigos catalanes, muchos independentistas, el poner esa raya es de paletos, y desde luego no es el camino para llegar a la revolución.

Y por otra parte que decir respecto a la gestión de la crisis. De nota. Confío en que estaréis casi todos de acuerdo en que cualquier PYME de Madrid y de Barcelona, por pequeña que fuese, la hubiese gestionado mejor. La actuación de los Rajoy, Puigdemont, Soraya, Junqueras, del ínclito Hernando, que cada vez que aparece echando mas leña al fuego exhibe sin vergüenza alguna su permanente y zafio estado de mala hostia…, se me vienen inmediatamente a la pluma para calificar la misma varios exabruptos, por supuesto improcedentes (improcedentes el ponerlos por escrito, esta es una publicación muy seria, no los exabruptos, que desde luego naturalmente proceden), dirigidos a cada uno de ellos.

Que tengamos la fiesta en paz, y que el seny triunfe sobre la barbarie.

Salud.


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