Petion, Bolívar y la abolición de la esclavitud en Venezuela
La declaración de la independencia de Estados Unidos, el 4 de julio de 1776, contra el colonialismo inglés, expresó en unos de sus postulados la autodeterminación de los pueblos a su libertad contra toda intromisión extranjera
Este 2016, se cumplen 200 años de dos decretos lanzados por el Libertador de los blancos criollos y mantuanos, Simón Bolívar. Se trata del Decreto de la Abolición de la Esclavitud emitido el 2 de junio de 1816 en Carúpano y el mismo, firmado en Ocumare de la Costa de Aragua, el 6 de julio de 1816.”Esta porción desgraciada de nuestros hermanos que han gemido bajo las miserias de la esclavitud, ya es libre. La naturaleza, la justicia y la política piden la emancipación de los esclavos: de aquí en adelante sólo habrá en Venezuela una clase de hombres, todos serán ciudadanos”, Bolívar,el 6 de julio de 1816. Ocumare de la Costa. Ambos en el ámbito de una guerra que se iniciaba por la independencia no solo de Venezuela, sino también Colombia, Ecuador, Bolivia y Panamá
TRES REVOLUCIONES INFLUENCIARON A BOLÍVAR
La declaración de la independencia de Estados Unidos, el 4 de julio de 1776, contra el colonialismo inglés, expresó en unos de sus postulados la autodeterminación de los pueblos a su libertad contra toda intromisión extranjera. Luego la Revolución Francesa contra la putrefacta nobleza y el levantamiento del pueblo humilde y hambriento exigiendo Fraternidad, Igualdad y Libertad. Por último la Revolución Haitiana que se opuso a la trata negrera, la esclavitud, la dictadura católica, apostólica y romana y por supuesto el avance indiscutible por la igualdad.
Pese a que las dos revoluciones occidentales sirvieron a Bolívar para la elaboración de su proyecto de República, fue la Revolución Haitiana, iniciada por el cimarron Boukman, seguido por Toussaint Louverture, firmada por Jean-Jacques Dessalines (1/1/1804) y consolidada por Alexander Petion, quien dio su apoyo incondicional a Bolívar para que desde Jacmel (Haití), iniciara su expedición libertaria contra el colonialismo español.
Fue Petion y no los norteamericanos ni los franceses, quien dio buen parte de hombres haitianos-afrodescendientes que habían derrotado al imperio español y francés, que acompañaron a Bolívar, pero Petion también apertrecho a Bolívar de una imprenta en la que imprimiría el Correo del Orinoco y, además lo dotó de armas suficientes.
¿A cambio de qué fue el apoyo de Petion a Bolívar? A cambio de cumplir con el sueño haitiano de construir una Gran Antilla libre de esclavitud y de toda intención imperial, que serviría a Bolívar para construir la visión de la Gran Colombia.
BOLÍVAR Y LOS CIMARRONES DE CHUAO
Según el diplomático e investigador Jorge Guerrero Veloz y miembro activo del Movimiento Afrorevolucionario Juan Ramón Lugo, explica en su investigación que Bolívar, luego de declarar la abolición de la esclavitud en Ocumare y, donde no se le prestó atención, se trasladó al pueblo de Chuao, en el mismo estado Aragua, para sensibilizar a jóvenes en situación de esclavizados y a otros que ya eran cimarrones para que se incorporaran a la gesta libertaria. Estos jóvenes también tenían su propia agenda, pues ya andaban libres muchos de ellos por las montañas de El Paraíso, entre el río El Medio y El Duro y el mar; otros andaban por el camino hacia Turmero, disfrutando su espíritu libertario.
Bolívar tuvo que convencerlos, no fue que dijo “…vénganse yo soy Simón Bolívar. ¿Libertador de qué y de quiénes?, preguntaron los cimarrones. En Chuao y no en Ocumare fue que se estableció un diálogo de iguales el 13 de julio de 1816, como consiguió precisar el embajador Veloz durante una investigación en los Archivos históricos de la Universidad Central de Venezuela.
DE NUEVO EL TARIMISMO Y LA MODA DECOLONIAL
Tanto la actividad de Carúpano celebrada el 2 de junio, para conmemorar el decreto así como la ocurrida el 6 de julio en Ocumare de la Costa no pasaron de ser una actividad romántica momificada en el tiempo. ¿Por qué? Porque aun, pese a los esfuerzos de los activistas afroconscientes del movimiento afrorevolucionario Juan Ramón Lugo que vienen conmemorando estas actividades desde hace mas de dos décadas, no fueron tomados en cuenta en toda su dimensión.
En Carúpano los profesores Juan de Dios Díaz y Gregoria Urbano, así como la gente de Guria continúan en el olvido, sus esfuerzos sostenidos no fueron tomados en cuenta. Juan de Dios Díaz está muriendo de mengua. En Ocumare las tarimas, las luces, el festín, tampoco dio tiempo para que los autores de esta actividad como Jorman y Zulay Echenagucia expresaran sus aspiraciones y fueron reducidos a un breve discurso de cinco minutos.
Está de moda en estos momentos el planteamiento decolonial –elaborado por el sociólogo peruano Aníbal Quijano, quien es marxista negador de la causa afro-, y ahora toda teoría histórica es decolonial: desde hace rato venimos planteando la descolonización de la decolonización para poder entender los hechos históricos del pasado y enlazarlo con el presente complejo con rasgos excluyentes desde nuestras subjetividades como afrodescendientes.