Germán Gorraiz Lopéz •  Opinión •  27/08/2016

¿Jaque al autogobierno fiscal navarro?

Con el Gobierno navarrista de Yolanda Barcina se habría producido una clara sumisión de UPN a los dictados del Gobierno del PP, pues debido a su minoría parlamentaria en la Cámara navarra habría llegado a un acuerdo tácito con el Gobierno central para frenar las leyes que apruebe el díscolo Parlamento navarro mediante el recurso sistemático ante el Tribunal Constitucional, basándose en el artículo 161.2 de la vigente Constitución que señala que “el Ejecutivo central podrá impugnar ante el Tribunal Constitucional las disposiciones y resoluciones adoptadas por los órganos de las CCAA” , lo que ha supuesto “de facto” el vaciar de contenido las competencias legislativas de la Cámara foral y convertir a Navarra en una Comunidad tutelada por el Gobierno central.

La entrega de Barcina en brazos del PP habría supuesto además la aparición de un agujero en el cortafuegos protector del blindaje jurídico del régimen privativo foral navarro, quedando al descubierto sus inconcreciones y su deficiente incardinación en las estructuras fiscales y jurídicas del Estado español, por lo que estaríamos en la antesala de un severo recorte de la capacidad de la Cámara Foral para legislar impuestos (autogobierno fiscal navarro), que se enmarcaría en el contexto de la instauración de una nueva Doctrina autonómica por parte del establishment dominante del Estado español, doctrina que consistiría en la implementación de un Estado seudofederal basado en el democrático e igualitario café para todos , doctrina que contará con las bendiciones del PP, PSOE y Ciudadanos pero que sería un misil en la línea de flotación de la pervivencia del régimen foral diferenciado navarro y su capacidad auto-gestionaria. Así, permanece vigente el riesgo de la aplicación de nuevas restricciones al autogobierno de la Comunidad Foral en las próximas negociaciones sobre la renovación del Convenio Económico Navarra-Estado ante la cruzada mediática acusando al régimen foral de “insolidaridad fiscal con el resto del Estado”, medidas constrictivas que podrían convertir a la Comunidad Foral en un autogobierno devaluado, enconsertado y sometido a los dictados del Gobierno Central o Tribunal Constitucional de turno, por lo no sería descartable la reedición en un futuro mediato de la Gamazada ( reacción popular de la ciudadanía navarra contra la intentona del ministro español Gamazo de suprimir el régimen fiscal navarro establecido en la Ley Paccionada de 1.841 y glosada en unos versos del paloteado de Monteagudo del verano del 1894:”Si el Gobierno de España sigue con sus pretensiones, se tomarán en Navarra serias determinaciones”.

En el plano socio-económico y a pesar de aparecer Navarra en los primeros puestos del Estado español en lo relativo a los parámetros indicadores del índice de calidad de vida de una comunidad ( tasas de paro, infraestructuras, calidad del sistema sanitario y educativo público,niveles de protección social, dotaciones recreativas y número de policías por habitante), el viejo Reyno navarro estaría lastrado por la entrada en números rojos de la Hacienda foral con una deuda estimada de 3.500 millones € , deuda que hipotecará seriamente el devenir de Navarra como comunidad diferenciada y auto-gestionada en el futuro mediato. Conviene recordar que Navarra sería una comunidad netamente exportadora de bienes (40% de su producción total) pero que adolece de una excesiva dependencia del sector del automóvil (las exportaciones de WN representa casi el 50% del total),una preocupante atomización de las empresas agro-alimentarias así como de una necesaria diversificación y búsqueda de mercados alternativos a la Eurozona ( el 30% de sus exportaciones van destinadas a Francia , Alemania, Gran Bretaña e Italia). Asimismo, Navarra corre un serio riesgo de quedar una vez más desplazada de las principales vías de transporte europeas tras la paralización de la Conexión del TAP con la Y vasca y de la autovía trans-fronteriza Navarra-Francia que dotaba a Navarra de acceso directo a Europa, lo que aunado con la fosilización del aeropuerto de Noain , la desertización industrial de amplias zonas de Navarra y la fractura política de la sociedad navarra dividida en dos bloques antagónicos e irreconciliables ( navarristas y nacionalistas), impedirá reeditar en la próxima década la frase de Shakespeare : «Navarre shall be the wonder of the world «(Navarra será el asombro del mundo”).


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