Plataforma Antiimperialista Mundial •  Opinión •  14/12/2022

Declaración de París: La creciente ola de la guerra mundial y el deber de los anti-imperialistas

Dic 9, 2022.

El 14 de Octubre de 2022 se reunieron en París varias organizaciones comunistas y antimperialistas con el ánimo de dar vida a la Plataforma Antiimperialista Mundial (ver su página web: https://wap21.org/), concebida como «locomotora de la Revolución Antimperialista Mundial». En esta reunión se acordó un muy importante análisis sobre la situación internacional, la necesidad de toma de partido de los comunistas, antimperialistas y trabajadores del mundo, y la acción práctica necesaria. El acuerdo se concretó en la Declaración de París, que aquí publicamos al completo, que fue suscrita, entre otras organizaciones, por el Partido Comunista de Gran Bretaña (marxista-leninista), el Partido de la Democracia Popular de Corea del Sur, el Polo de Renacimiento Comunista en Francia, el Partido Comunista (Italia), el Partido Comunista (Suiza), el Partido de los Trabajadores de Hungría, el Nuevo Partido Comunista de Yugoslavia o el Partido Comunista de Chile (Acción Proletaria). Unión Proletaria ha pedido la adhesión a esta Declaración.

En todas partes nos encontramos en un momento de grave peligro para los trabajadores y pueblos oprimidos. Es irrefutable que si la guerra soterrada entre la OTAN y sus principales objetivos (Rusia y China Popular) se convierte en una guerra abierta entre los poderes militares más fuertes, esto podría llevar, no tan solo a una conflagración terrible jamás vista, sino que también a una guerra nuclear total.

Esta es la dirección en que nos empuja el enfoque de la guerra imperialista: hacia la Tercera Guerra Mundial y una confrontación nuclear. Podría ser que, cuando los historiadores del futuro miren hacia atrás, vean que los primeros disparos de la 3a Guerra Mundial ya se han disparado.

Como seres humanos, no podemos más que esperar que se preserve la sanidad y que hasta los imperialistas, finalmente, se den cuenta que posiblemente nadie podría ‘ganar’ ante tal escenario.

Lastimosamente, en su rol como representantes de una gran reserva de capital monopólico, los imperialistas son incapaces de guiarse por tan simple lógica humana. Ellos están obligados a actuar en nombre de su capital, que deben expandir, acumular y dominar, o morir. Esta es la ley de hierro del sistema económico imperialista. Es por esta razón que los más poderosos argumentos nunca podrían convencer a sus representantes para que actúen ‘razonablemente’.

Este es un momento de importancia histórica para los anti-imperialistas. Mientras somos testigos del aumento dela belicosidad de los EE.UU. hacia los países que considera son un estorbo a su supremacía: hacia Irán, hacia la República Democrática Popular de Corea, y especialmente, hacia Rusia y China Popular; está claro que nuestra respuesta a este empuje de guerra no es una cuestión menor o académica. Nuestro análisis es lo que fundamenta nuestra acción, y el contenido de nuestra acción determinará la efectividad de nuestros intentos de hacer ver que la situación del mundo impacta en los intereses de la masa trabajadora, en contra del imperialismo, por la paz y el socialismo.

A pesar de que su agresión en Ucrania ha fallado militar y económicamente, el bloque de la OTAN, dominado por los EE.UU no muestras señales de retroceder o de cambiar su enfoque. Por el contrario, la desesperación de los EE.UU. por salvar su posición hegemónica en el mundo, por cualquier método, lo está llevando a ver maneras de expandir y prolongar la guerra. Frente a toda la evidencia, la clase dominante de EE.UU. claramente espera encontrar alguna forma de cansar a sus oponentes y salir ganadores.

Es así como estamos ante dos posibilidades; que la guerra de la OTAN se extienda a países vecinos en Europa, y siga propagándose a países en Asia. Las recientes provocaciones en Taiwan y Corea del Sur, y el incremento constante de tensiones de la OTAN con China, en todos los frentes, solo confirma esta temeraria tendencia hacia conflagraciones más grandes.

Mientras las fuerzas Ucranianas, respaldadas por la OTAN, siguen en su guerra proxy (por delegación) en contra de Rusia, han surgido dos líneas en el movimiento comunista internacional.

Están aquéllos, que por su lado, insisten en que la guerra es un conflicto entre imperios en la cual los trabajadores no tienen parte; mientras que en el otro lado, están aquellos que creen que hay quienes conducen una guerra agresiva e imperialista, mientras que el otro lado está comprometido con una guerra justa de defensa propia. Estas dos opiniones difieren drásticamente en su explicación de los motivos de la presente guerra, y por lo tanto difieren en la actitud que están pidiendo a los trabajadores que tomen hacia ella.

En este momento de importancia histórica, nosotros, los abajo firmantes, acordamos que los siguientes puntos esenciales deben ser clarificados a las masas en nuestros países y estos deben guiar nuestra orientación hacia el enfoque de guerra imperialista y los movimientos anti-imperialistas y de anti-guerra:

  • La guerra en Ucrania no es el resultado de una ‘agresión Rusa’, pero sí un enfoque imperialista occidental hacia la guerra – en particular, el empuje de los EE.UU a la guerra, cuya meta es recuperarse de la bajada en hegemonía del imperialismo de los EE.UU. en todo el mundo.
  • La guerra realmente comenzó cuando los EE.UU. financió, armó y organizó un golpe de estado fascista en Kiev en 2014. Después del golpe, el pueblo de la región oriental de Donbass ya había peleado una guerra anti-fascista durante 8 años ya que se negaron a aceptar la imposición de un gobierno golpista (una guerra en que 14 mil muertes no llamó la atención de los medios occidentales).
  • La OTAN había estado llevando a cabo una feroz acción contra Rusia desde la desaparición de la URSS, lo cual le ha ayudado a avanzar, poco a poco colocando bases militares hostiles por toda la frontera rusa, a pesar de sus engañosas garantías en los últimos días de la URSS, en que decían que la OTAN no iba dar “un solo paso hacia el este.”
  • Para presentar a Rusia como el enemigo de Ucrania, los servicios secretos occidentales han ayudado a sus proxis en el país a re-escribir la historia de Ucrania. En el proceso, han rehabilitado a los colaboradores Nazis de la 2a Guerra Mundial, han prohibido el idioma ruso, han utilizado a los ruso parlantes como chivos expiatorios, han indoctrinado una generación de niños con mentiras históricas e ideas racistas, y han creado un estado apartheid de dos niveles.
  • La presente fase de la guerra, de hecho, la comenzó la OTAN y los proxis de Ucrania cuando, en vez de acordar conversaciones con Rusia acerca de un nuevo esquema de paz y seguridad Europea, aceleraron el bombardeo de civiles y la concentración de fuerzas militares Ucranianas a lo largo de la frontera de Donbass; todo en preparación de una invasión armada con el fin de ‘retomar’ las áreas anti-fascistas liberadas en Donetsk y Lugansk.
  • Los imperialistas han mantenido una injerencia en los asuntos internos de Ucranía por más de un siglo, siempre con el objetivo final de usarla como punta de lanza contra de Rusia/URSS. Varios poderes, por más de 80 años, han estado patrocinando a fascistas en el país. Los intentos del pueblo ucraniano de mantener algún nivel de independencia, o de mantener relaciones amistosas con Rusia, han llevado, en décadas recientes (2004, 2014), a dos golpes financiados por el occidente.
  • El cese al fuego en Donbass, prometido en el acuerdo de Minsk 2 del 2015, nunca fue respectado por los EE.UU., Gran Bretaña o la OTAN, los cuales siguieron armando y alentando a los fascistas ucranianos. Mientras que el lado ucraniano siguió bombardeando áreas civiles, también construyó inmensas líneas fortificadas a lo largo de Donbass, y sus fuerzas armadas reciben extenso entrenamiento y reorganización de la OTAN. Esto transformó al país en un miembro de la OTAN en todo menos en nombre; un país que fue el hogar del ejercito más grande de la OTAN.
  • Habiendo convertido a Ucrania en un protectorado sin ley, re-colonizado, empobrecido a su pueblo, y saqueado su economía, los EE.UU. se sintió libre de utilizar el territorio ucraniano para su programa de desarrollo de armas biológicas que amenazó no solo a Rusia sino que a todo el mundo.
  • En el año anterior a la operación de Rusia, el régimen títere de Zelensky hizo repetidas declaraciones diciendo que Ucrania tenía planes de unirse a la OTAN (cuyo solo objetivo europeo es Rusia) y anunció su intención de desarrollar un programa de armamento nuclear propio (que solo podía ser apuntado a ciudades Rusas, a solo unos minutos de distancia de vuelo desde Ucrania). Al mismo tiempo, en repetidas ocasiones declaró su intención de ‘re-tomar’ Crimea, que había regresado a la Federación Rusa por la voluntad mayoritaria de su pueblo en un referéndum del 2014.
  • Lejos de ser un bastión de libertad y democracia, Ucranía es un país donde el primer partido comunista y luego todos los partidos de oposición han sido proscritos, donde se han clausurado todos los medios periodísticos independientes, donde los activistas políticos anti-fascistas y periodistas han sido perseguidos y asesinados, donde matones Nazis andan a sus anchas aterrorizando al pueblo, y donde la ley de la fuerza ha reemplazado totalmente el estado de derecho. Ahora, el notorio batallón Azov y otras milicias fascistas, fueron armados y entrenados por instructores imperialistas y luego incorporados a la guardia nacional ucraniana y a estructuras regulares militares.
  • Tomando en consideración todo lo arriba mencionado, está claro que mientras los imperialistas estén involucrados en una injusta y criminal guerra de agresión por proxy, Rusia, en alianza con los pueblos de Donbass, está involucrada en una justa guerra de defensa propia en contra de un ataque imperialista, la cual, al mismo tiempo, es una guerra nacional de liberación para los rusos oprimidos en Ucrania.

Más aún, creemos que es de primordial importancia que los trabajadores deban presionar y exponer la mentira de que ‘no tienen parte’ en esta guerra, ya que es entre ‘dos grupos imperialistas’, ambos enemigos de las masas trabajadoras y oprimidas. Con este fin, deseamos aclarar los siguientes puntos:

  • Que los conflictos que ya han o están amenazando por empezar no son asuntos aislados o locales, pero si son una parte integral de la acción de los EE.UU. para retener su hegemonía mundial. Desde Libia y Siria a Ucrania, Taiwan y Corea del Sur, los imperialistas no tienen ningún reparo acerca de enviar armamento y carne de cañón desde cualquier parte del mundo para alimentar a sus ejércitos proxy. Estos esfuerzos deben ser confrontados por un frente anti-imperialista mundial unificado.
  • Aunque Rusia hoy es un país capitalista, es uno cuyo pasado socialista le ha dejado con habilidad para enfrentarse por si misma en contra del control imperialista (un ejército fuerte, capacidades tecnológicas e industriales avanzadas, una economía diversa, con una población bien educada). El capital de financiamiento ruso no roba o domina el mundo. Rusia no ha invadido ni ha sido agresivo ningún otro país y el ejército ruso solo sale de sus fronteras para apoyar a sus aliados (ej. Siria, Kazajistán), con su invitación y bajo sus términos. Ningún país está en deuda militar o de esclavitud con Rusia. Por lo tanto es incorrecto decir que Rusia es un país imperialista.
  • Que China sea un país grande en desarrollo ha llegado a ser una pieza clave en el mundo anti-imperialista debido a sus fundaciones revolucionarias. A pesar del avance del mercado en su economía, China aún tiene la habilidad de planificar aspectos vitales de su vida económica y social por el interés del pueblo a largo plazo; para desarrollar sus bases científica, tecnológica, industrial y militar; para educar a su pueblo; y ofrecer asistencia tecnológica, logística y de infraestructura a países más pobres y pequeños en vías de desarrollo alrededor del mundo.
  • China no ha comenzado ninguna guerra y no vive de robar los recursos de otros o de sobre-explotar a sus pueblos. Ninguna nación está en deuda militar o de esclavitud con China. Enfurece a los imperialistas al ofrecer transferencia de tecnología y desarrollo de infraestructura para ayudar a los países en desarrollo a salir de la trampa de la pobreza, así socavando la habilidad de los imperialistas para mantenerlos en esclavitud económica. Entonces, China no es el enemigo de los trabajadores alrededor del mundo, pero si su amigo, por lo cual es incorrecto describirlo como imperialista.
  • China y Rusia están siendo objetivo de los matones de la OTAN, no como rivales imperialistas, pero si porque representan un obstáculo a la hegemonía mundial de los EE.UU. Lo cual los imperialistas se habían confirmado a sí mismos que estaba asegurada por siempre después del colapso de la URSS en 1991.
  • La creciente alianza entre Rusia y China ofrece esperanza a los pueblos del mundo: esperanza de una alternativa a la dominación y la súper-explotación imperialista de los EE.UU. Un campo anti-imperialista fuerte es la mejor defensa del pueblo en contra de planes agresivos de la alianza sangrienta de la OTAN; es nuestra mejor defensa en contra de la cercana amenaza nuclear. Lo único que detiene a los EE.UU. de aplastar el botón nuclear, en su desesperación para salvar su sistema fallido, es el temor a que sus oponentes estén en posición de contra-atacar.
  • La humanidad enfrenta una fuerte posibilidad de que la guerra proxy de los EE.UU. en el este de Europa, pronto se disemine a teatros de operación en Asia oriental. Empujada fuertemente por los EE.UU., la estrategia de la OTAN en el Indo-Pacífico de ‘aislar’ a China, via una constante provocación innecesaria y el aumento de las tensiones económicas, diplomáticas y militares, intensifica la posibilidad de que Taiwan y/o Corea del Sur podrían convertirse en un nuevo frente en este agresivo enfoque de guerra, en cualquier momento.
  • A pesar de su compromiso de una década ‘una China’, el imperialismo de los EE.UU. está agresivamente siguiendo una política de separación permanente de Taiwan de China, vía su gobierno proxy en Taiwan. Al mismo tiempo, los EE.UU. está conduciendo ‘ejercicios’ militares frecuentes y colosales con el ejército títere de Corea del Sur, que tienen como objetivo el ensayar una invasión y golpe nuclear en contra de la RDPC.
  • Estas provocaciones son una amenaza muy seria e inaceptable para la seguridad de los pueblos chinos y coreanos; al igual que la provocación contra de Rusia, a principio de este año, se hizo muy seria para ser ignorada cuando el pueblo ruso enfrentaba la rápida concentración de fuerzas de la OTAN en sus fronteras, la amenaza de invasión de Donbass y hasta la misma Rusia, y la perspectiva de membresía oficial de la OTAN del gobierno proxy de los EE.UU. en Ucrania.
  • El tema de Taiwan para China y Corea del Sur para la RDPC, son cuestiones de integridad territorial y reunificación de sus naciones temporalmente divididas. En cuanto a lo que concierne al mundo anti-imperialista y socialista, estos países tienen el derecho inalienable de liberar sus territorios ocupados y oprimidos.
  • La formación, de parte del imperialista EE.UU., del grupo de cooperación Quad (EE.UU.-Japón-Australia-India) y la alianza militar Aukus (Australia-Gran Bretaña-EE.UU.) en el Pacífico, junto con la invitación a Australia, Japón y Corea del Sur para unirse a una cumbre reciente de la OTAN (con vista a la integración de los tres a la supuesta alianza ‘Atlántico norte’ y ‘defensiva’ ) revelan claramente la ambición imperialista de provocar una guerra a escala mundial.

A la luz de lo arriba mencionado, creemos que es de vital importancia que los comunistas y los anti-imperialistas hagan causa común alrededor del mundo en un frente amplio anti-imperialista, y que expliquen a los trabajadores, en todos lados, que no son Rusia ni China a quienes hay que oponerse, sino que a los poderes imperialistas, dirigidos por la OTAN y con los EE.UU., el jefe entre ellos.

Además de educar a nuestro pueblo acerca de estas verdades,los comunistas y anti-imperialistas deben trabajar duramente para llevar esta orientación al movimiento anti-guerra. Debemos enfrentar la práctica engañosa y peligrosa de ciertas fuerzas que se llaman a si mismas “comunistas” y “socialistas” las cuales han declarado que la guerra en Ucrania es un conflicto anti-imperialista en el que ambas partes son igualmente agresivas y culpables.

Esta línea está basada en una premisa teórica equivocada (que toda economía grande en el mundo capitalista debe automáticamente ser imperialista, o que cada economía capitalista tiene ‘elementos’ de imperialismo), esto solo puede traer felicidad a nuestros enemigos al confundir, desmoralizar y al final desmovilizar aquéllos trabajadores que tienen el potencial de ser los más militantes y las secciones más activas de un movimiento anti-imperialista, anti-guerra, realmente efectivas.

Los mensajes que necesitamos hacer llegar al movimiento anti-guerra son los siguientes:

  • Que no es la agresión Rusa, China, o de Corea del Norte lo que amenaza a todos en todas partes con una 3a Guerra Mundial, pero si una guerra empujada por plusvalía de la alianza criminal de la OTAN; lo cual en realidad no es más que un frente de las FF.AA. de los EE.UU.
  • Rusia, China y la RDPC son el blanco de la agresión imperialista ya que representan una seria amenaza a la hegemonía imperialista mundial. Rusia y China, especialmente, pueden no solo defenderse contra el matonaje imperialista sino también pueden ayudar a países pequeños o económicamente débiles, en desarrollo, a levantarse por si mismos y liberarse de la colonización imperialista y esclavitud de deudas.
  • Los activistas anti-guerra deben movilizar a las masas en sus países para la campaña de una activa no cooperación con el esfuerzo de guerra imperialista. Los trabajadores individualmente podrán estar sin poder, pero juntos el tienen el poder de parar totalmente la máquina de guerra imperialista. Nuestra meta en todo el mundo debe ser sabotear la maquinaría de guerra de la OTAN en todas las formas posibles: al negarse a pelear o ayudar a sus ejércitos (directamente o como proxy); al negarse a transportar hombres y material; al negar que sus bases operen sin obstáculo en nuestros territorios; al negar fabricar o proveer sus armamentos y otro equipo vital; al negarse a propagar, imprimir o distribuir su propaganda mentirosa; al rechazar la cooperación con sus negocios y guerras de sanciones.
  • Los eslóganes de los verdaderos anti-imperialistas en este momento deben ser: ¡Derrota a la alianza imperialista liderada por la OTAN! ¡Victoria a las fuerzas de liberación nacional y la resistencia anti-imperialista! ¡No a la cooperación con la guerra imperialista!
  • La aceleración del esfuerzo de guerra, la crisis económica, la crisis de hambruna, la crisis ambiental y más, hace abundantemente claro que, es más urgente que nunca, la necesidad de quitar el sistema económico imperialista.

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