Mario “Erre” Rodríguez •  Opinión •  21/03/2017

15 de marzo: Día de la patologización trans

En España algunos colectivos de personas trans en particular y LGTBI en general celebran cada 15 de marzo el Día de la Visibilidad Trans porque ese día del 2007 se aprobó una Ley de Identidad de Género, la Ley 3/2007,  que es, básicamente, una recreación del “Standards of Care for Gender Identity Disorders (SOC)” de 1979, patologizante y discriminatoria, puesto que se basa en el “tratamiento” de la transexualidad, mezclando los conceptos de sexo y género, además de insistir con la tónica del binarismo y obliga a las personas trans a declararse enfermas mentales para para poder iniciar un proceso que es vital para ellas.

Así, pareciera que con esta Ley  el entonces Gobierno de Zapatero hizo una ley de identidad de género para cumplir sin implicarse mucho y que nos olvidáramos del tema al menos por diez años, y, efectivamente, se han cumplido los diez años y nunca más se supo, entre otras cosas porque del gobierno que les sucedió que es el actual se sabía por todas las partes implicadas que no iba a hacer absolutamente nada por mejorarla, tal y como así ha sucedido. Y bastante que no la han derogado, aunque mirado de otro modo y ateniéndonos a la premisa de “no hay mal que por bien no venga” una derogación hubiera servido para poner el marcador a cero y hacer de una vez las cosas bien hechas. Como le escuché decir en una ocasión a una conocida activista por los derechos de los menores trans, grandes olvidados de la ley de Zapatero, por cierto, , “preferimos no tener ley a tener una ley mala”.

Evidentemente hablar de que hubiera sido deseable una derogación es exagerar, ya lo que faltaba sería quitar los pocos servicios que esta ley presta a mucha gente.

Por tanto, y sin entrar en las buenas o no tan buenas intenciones de sus impulsoras e impulsores, la Ley 3/2007es una ley MALA, con mayúsculas, y francamente mejorable, y las personas trans no se merecen que en los aniversarios de la fecha de su aprobación por el Congreso se conmemore nada relacionado con sus vidas, si acaso el día en el que los legisladores españoles oficializaron su patogización y le dieron categoría de Ley. Urge, pues, una Ley Trans despatologizante.


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