DD.HH. Haití: Violencia, hambre y ¿otra intervención?
Haití, primera república libre de América Latina, parece haber estado pagando ese desafío a los planes de conquistadores rapaces; pues a lo largo de la historia, en forma de actores renovados, han venido cobrando esa vieja factura hasta convertir un país de emancipadores en un nicho para la violencia y el hambre que sostienen la tragedia humana del pueblo caribeño. (1)
Una vez más, la población haitiana está al borde del precipicio intervencionista. Este 29 de junio ─según reporta Noticias ONU─ Williams O’Neill, experto en derechos humanos en Haití “ha pedido que se implemente de inmediato el embargo de armas para Haití y el envío de una fuerza de intervención para combatir la violencia de las bandas”. (s/n). (2)
O’Neill afirma que Haití es “un país golpeado por la violencia, la miseria, el miedo y el sufrimiento”, por lo que ha instado a tomar medidas urgentes, ya que considera que “está en juego la supervivencia de toda una nación”. El relator de la ONU, afirma que “la ausencia del Estado es palpable y está afectando al acceso de la población al agua, los alimentos, la salud, la educación y la vivienda”. (s/n). Todos, desafíos a los que, según el relator “el gobierno debe responder”. (2)
Asegura que “barrios enteros están abandonados a su suerte”. Esto significa que los derechos económicos, sociales y culturales de todo un país están profundamente violentados, a lo que, de acuerdo a O’Neill, se suma la duplicación de “los incidentes de violencia sexual” desde mayo pasado en Puerto Príncipe, la capital. Además expuso su preocupación por “los informes sobre tráfico de órganos y trata sexual de mujeres y niños migrantes”. (s/n). (2)
El relator también criticó la repatriación de unos “176.777 migrantes el año pasado” que según consideró “no cumplieron las normas de derechos humanos y violaron pactos migratorios bilaterales”. Instó a la República Dominicana a respetar “sus compromisos a este respecto”, así como a “todos los países de la región para que pongan fin a las deportaciones masivas de migrantes haitianos, en particular de menores no acompañados”. (s/n). (2)
Esa desgracia ya se avizoraba. Infortunadamente, los fenómenos naturales que impactaron Haití solo constituyeron el preludio de sus tragedias recientes. (3). Tal como lo describe Ramírez, R. (2021) en su documento de análisis “Haití, el país que a nadie le importa”, la inestabilidad en Haití es de muy vieja data, pero agravó tras el magnicidio ocurrido en la residencia privada del mandatario Jovenel Moïses. (p.3). (4).
Entender este momento, implica reconocer la historia libertaria de Haití. Como lo recuerda Ramírez, R. (2021), “conformar un sistema de gobierno independiente, dirigido por antiguos esclavos negros en un mundo regido por el poder colonial blanco y esclavista, no debió de ser nada fácil. Según Brian Concannon, eso hizo que a Haití nunca se le permitiera salir adelante”. (p.5). (4).
La investigadora sostiene que la comunidad haitiana “fue sucesivamente presa de gobiernos débiles y autoritarios, golpes de Estado que no hicieron sino aumentar la pobreza de una economía saqueada y profundamente determinada por el bloqueo sufrido durante gran parte del siglo XIX bajo el yugo francés y británico que no deseaban que la revolución esclavista sirviera de ejemplo a sus colonias”. (p.6). (4).
Luego vendría la ocupación militar de Estados Unidos entre 1915 y 1934; en 1937, la masacre de haitianos en la frontera con República Dominicana; y las sangrientas dictaduras de los Duvalier de 1957 a 1986. Así, sucesivos períodos de inestabilidad política y económica terminaron con la ocupación de Haití en 2004. (4).
Esto sucedió tras la emisión de la Resolución 1542 del Consejo de Seguridad de la ONU que, como lo recoge Tokatlián, J. (2005) se hizo “en el marco explícito del capítulo VII”, que determinó “el envío de 6.700 soldados y 1.622 policías a Haití”. (p.40). (5)
Los resultados, como lo refiere el investigador no fueron los deseados, por decir lo menos: “La ansiedad de “hacer algo” por Haití condujo a varios países de Latinoamérica a emprender una intervención diplomática y militarmente mal concebida en su origen; pobremente implementada en su ejecución y carente de propósitos políticos rigurosos y mensurables”. (p.44). (5).
La experiencia parece haber sido aleccionadora. El 16 de junio pasado, el periódico digital hoy.com.do informaba que la Caricom descarta enviar fuerzas militares a Haití. (6).
Las acciones en Haití aún perviven en la memoria colectiva. Una de ellas fue en 2009, cuando la ONU nombró al expresidente estadounidense Bill Clinton, como enviado especial de la ONU para contribuir en la reconstrucción de Haití, tras la devastación dejada por fenómenos naturales y crisis por alimentos. Luego vendrían las denuncias por corrupción. (s/n). (7)
Asimismo, tal como lo reflejan en democracynow.org, en el año 2010 “el ex presidente Bill Clinton pidió perdón públicamente por haber obligado a Haití a reducir los aranceles al arroz subsidiado importado de EE.UU. durante su gobierno. La medida aniquiló el cultivo de arroz y dañó seriamente la capacidad de Haití de ser autosuficiente”. (s/n) (8)
De acuerdo a esta fuente, Clinton expresó entonces: “Quizás fue bueno para algunos de mis productores agropecuarios de Arkansas, pero no funcionó. Fue un error”. “Debo convivir con las consecuencias de lo que hice, que Haití haya perdido la capacidad de producir un cultivo de arroz para alimentar a esa gente”. (s/n). (8).
Haití es ahora un pueblo minado por el hambre…y lacerado por la corrupción y la violencia en diferentes formas. La información que emitiera el 26 de mayo pasado, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, sostiene que actualmente sufren “altos niveles de inseguridad alimentaria aguda”. (s/n). (9)
Irónicamente, esos derechos humanos que desde hace mucho tiempo escasean en Haití, fueron los mismos que el país caribeño ayudó a constituir por allá en 1948, cuando, como lo recuerda el Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, “Haití desempeñó un papel clave en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”. (s/n). (10)
El pueblo haitiano necesita urgentemente reivindicación de todos sus derechos humanos, priorizando su seguridad alimentaria y la paz que dan la seguridad personal y colectiva. Y de manera sostenida, Haití urge tener la seguridad de su autodeterminación como nación, misma que enarboló tempranamente la bandera de su emancipación. +Solidaridad – Intervenciones
Referencias:
- https://www.centrocultural.coop/revista/11/haiti-revolucion-y-castigo-de-la-primera-independencia-de-america-latina-al-pais-masDe
- https://news.un.org/feed/view/es/story/2023/06/1522367
- https://public.wmo.int/es/resources/bulletin/servicios-clim%C3%A1ticos-para-reducir-la-vulnerabilidad-en-hait%C3%AD
- https://www.ieee.es/en/publicaciones-new/documentos-de-analisis/2021/DIEEEA47_2021_ROCREY_Haiti.html
- Tokatlian, J. (2005). Haití: Una intervención desafortunada. Obtenido de https://revistas.unal.edu.co/index.php/anpol/article/download/46583/47994/226031
- https://hoy.com.do/paises-del-caribe-no-enviaran-fuerzas-a-haiti/
- https://news.un.org/es/story/2009/05/1164221
https://www.elcato.org/la-fundacion-clinton-y-los-contratos-en-haiti
https://www.elmundo.es/internacional/2018/01/05/5a4fd968e2704e774b8b465f.html
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