Rafael A. Luna Murillo •  Opinión •  20/08/2016

El Toro Cuerda de Carcabuey: un Congreso para la tortura animal

El art.5.3 del Reglamento de Espectáculos Taurinos Populares, aprobado por el Decreto 62/2003 por el mismísimo Manolo Chaves, taxativamente dice: “En particular quedan prohibidos los siguientes tipos de festejos taurinos populares:

a) Festejos que consistan en embolar las defensas de las reses, prendiendo fuego al material o sustancia con la que se ha realizado el embolado.

b) Festejos que consistan en sujetar antorchas u otros elementos similares a los cuernos de las reses.

c) Festejos que consistan en atar o limitar el movimiento de las reses mediante la utilización de maromas, sogas o de cualquier otro elemento similar, salvo cuando ello sea necesario para llevar a cabo la recogida de aquellas a fin de dar por concluido el festejo.”

 

Otro año más el Ayuntamiento de Carcabuey (Córdoba), en connivencia con la Diputación y la Junta de Andalucía, apoya económicamente lo que denominan Congreso Nacional del Toro de Cuerda, liderada por una Asociación Nacional de Toro de Cuerda en la que sólo hay 250 socios según las fuentes consultadas. En algún momento se designa a un embajador de este tipo de espectáculo en el que se provoca estrés y daño a los animales con el único fin de divertir a una selección de expertos y profesionales del mundo taurino.

Pero en este espectáculo el riesgo de sufrir daño no sólo lo tiene el animal que es obligado a participar en contra de su comportamiento natural sobre un ambiente cargado de ruido, calles empinadas y resbaladizas sino, también, la gente que jalea al toro, confunden y estresan, siendo imposible saber si menores de edad participan en ellos como ha ocurrido en otros espectáculos en los que han sido permitidos. En definitiva, toda esa gente engordará la estadística a presentar por el Consejo de Asuntos Taurinos de Andalucía, incluso sin entrada que lo avale, y que en su resumen de 2015 pone a Córdoba con 35 festejos populares y eso que el Reglamento solo le reconoce dos; este y la suelta de vaquillas de El Viso.

Ese mismo resumen dice que el número estimado de espectadores en los festejos populares en la provincia de Córdoba ha sido de 15.554.

Con estos números el argumento económico y turístico del que quieren hacernos creer que el sufrimiento animal puede justificarse no se sostiene.

La repercusión social sí que la tiene para que vamos a negarlo. Cada vez son más las voces que se alzan en contra de estos espectáculos, no solo de expertos en bienestar animal si no, también, la sociedad en sí misma que no entiende que sigan existiendo actos de crueldad con animales con un fin lucrativo, cuando hay una panoplia de fiestas populares en la provincia donde no se abusa de ellos.

Recordemos que el Ayuntamiento de Córdoba ha declarado el municipio libre de circos y de atracciones de feria que utilicen animales y no subvencionará espectáculos donde se produzca maltrato animal.

Pedimos la abolición de este tipo de espectáculos y que el municipio de Carcabuey siga siendo uno de los más bellos de la provincia sin tener que utilizar como reclamo espectáculos donde se realiza un ejercicio de maltrato hacia los animales.

 

Rafael A. Luna Murillo, veterinario y etólogo. Miembro de AVATMA y EQUO 


Opinión /