Dr. Néstor García Iturbe •  Opinión •  07/11/2017

Cuba.- Historia.- 8 de noviembre de 1957.- La noche de las cien bombas

Se acerca el sesenta aniversario de LA NOCHE DE LAS CIEN BOMBAS, una acción que llevó a cabo nuestro pueblo en su lucha contra la tiranía de Batista.

Aquella tiranía, que se mantuvo en pie gracias a la ayuda de Estados Unidos, país que suministraba todas las armas necesarias, la técnica y la preparación para asesinar a nuestro pueblo, torturarlo y violar sus derechos humanos, algo de lo cual nunca se habló. El desgobierno de Batista se materializó en un régimen opresor,  precisamente lo que necesitaban sus amos del Norte.

Asesinato indiscriminado y tortura  de  obreros,  estudiantes,  campesinos,  mujeres y jóvenes que prácticamente todos los días aparecían muertos en distintas ciudades de nuestra patria.  Un régimen de verdadero terror, que se había implantado por la dictadura, pretendiendo le asegurara la permanencia en el poder,  sin embargo, ayudó a fortalecer  en el pueblo la determinación de lucha, que inicialmente había sido de unos pocos, pero que llegó a ser de la gran mayoría.

El artífice de la acción lo fue Sergio González López ( EL CURITA), que desde la prisión del Castillo del Príncipe, donde estaba detenido, comenzó a trabajar en la organización del histórico hecho.  El Curita se fugó de la prisión el día 22 de Octubre y la acción se desarrolló el 8 de noviembre, 18 días después.

La acción de mostró que las fuerzas de Movimiento 26 de Julio en la ciudad de la Habana tenían una amplia y fuerte organización, que contaba con el apoyo de la gran mayoría de la población de la capital y que existía una capacidad operativa importante, a pesar de contar  la capital con cerca de trescientas  perseguidoras, más de quince estaciones de policía, un poco más de cinco mil policías, la presencia de importantes órganos de represión como el SIM, el BRAC, EL BURÓ DE INVESTIGACIONES, que contaban con más de mil efectivos, una red de informantes (chivatos) distribuida por los distintos barrios, además de los cuarteles de Columbia, La Cabaña, el Morro, la Punta, Atares, y el Distrito Naval del Norte, todos sede de las fuerzas armadas de la dictadura donde se calcula había cerca de diez mil efectivos.

El compañero Eduardo Delgado Bermudez pudo obtener un documento relacionado con la operación, en el cual se establece la distribución de las bombas entre los encargados de  hacerlas llegar a los revolucionarios que las colocaron , el documento, según tiene escrito , fue  ocupado por la policía de Batista en la casa situada en Nuestra Señora de los Angeles No. 110, apartamento 4, Luyan.  En dicho documento,  que por ser manuscrito pudiera tener alguna pequeña diferencia con los nombres y lugares que publicamos,  se estableció esta distribución:

                                                     

Morua               10     Vedado, Paseo, Puente

Gómez                 7     Belascoaín

Guillermo            6     Marianao

Chichi                  5     Vedado-A-(no se entiende)

Fontan               34     ( no aparece lugar alguno, estas deben haberse distribuido entre los centros de enseñanza de la Capital)

Viejo (Pedro)       3      Mantilla

Marrero               5      Santos Suárez

Mochita               5      Diez de Octubre

 

                            72

                      

En el documento aparecen algunos números en distintos lugares del mismo, lo que pudiera ser y algunos compañeros nos han planteado, que además de estas bombas se hicieron explotar otras y que el número de ellas fue mayor de cien.

El compañero Silvio Castro, que militaba en el Movimiento 26 de Julio, hace un importante señalamiento en relación con la acción. Explotaron cien bombas y no se registró herido alguno. ¿Qué significa esto?  Las cien bombas, en vez de concebirse como un acto donde se trataba de eliminar físicamente a otras personas, como diariamente hacían los sicarios de la tiranía Batistiana, resultaron ser otro “aldabonazo”, como el que proclamó Chivas cuando se quitó la vida. Los que  colocaron aquellas bombas lo hicieron con el cuidado y el propósito de que no resultara una acción contra el pueblo, sino del pueblo.

La explosión de las cien bombas se tradujo en la frase, que también de Chivas, pronunció ese día “Pueblo de Cuba, levántate y anda”.

El pueblo se levantó, la dictadura y sus amos fueron expulsados de Cuba definitivamente, un viaje que no tiene regreso.

GLORIA ETERNA A LOS HEROES Y MARTIRES DE NUESTRA REVOLUCIÓN.

(Artículo escrito gracias a la colaboración de Lázaro Vigoa Aranguren, Eduardo Delgado, Silvio Castro y Giraldo Mazola)


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