Redacción •  Memoria Histórica •  02/05/2023

Piden a Ayuso que se dejen de ocultar las torturas que ocurrieron durante el Franquismo en la actual Presidencia de la Comunidad de Madrid

  • La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica reclama la colocación de una placa que cuente la historia de la Dirección General de Seguridad que fue un centro de detención ilegal y tortura durante la dictadura.
  • “No se puede repetir y repetir la palabra libertad y ocultar los sufrimientos de quienes fueron capaces de pronunciar esa palabra cuando los golpistas de 1936 habían destrozado y secuestrado la democracia”.
Piden a Ayuso que se dejen de ocultar las torturas que ocurrieron durante el Franquismo en la actual Presidencia de la Comunidad de Madrid

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) vuelve a reclamar que la Comunidad de Madrid (CAM) deje de ocultar el pasado de la Real Casa de Correos, actual sede de la Presidencia de la CAM, que fue durante la dictadura la Dirección General de Seguridad, un centro de detención ilegal y torturas. En la actualidad la fachada del edificio tiene tres placas que se refieren a acontecimientos que no tuvieron lugar en él y no hay una que cuente quienes era los torturadores de la dictadura y quienes los torturados.

Se trata de un encubrimiento de las violaciones de derechos humanos de la dictadura y una ocultación de sus víctimas”, afirma Emilio Silva, presidente de la ARMH. “Madrid es una ciudad que ha escondido desde los destrozos y las muertes causadas durante meses por los bombardeos fascistas hasta la historia de un edificio que era un centro de terror y tortura”, añade.

La ARMH ha registrado un escrito dirigido a la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en el que se explica:

El edificio que hoy ocupa la presidencia de la Comunidad de Madrid fue, durante muchos años durante la dictadura franquista, la sede de la Dirección General de Seguridad. En sus sótanos fueron torturadas miles de personas: estudiantes, militantes de partidos clandestinos, homosexuales y todo tipo de disidentes políticos y morales. Además de ser detenidos ilegalmente eran sometidos a torturas y maltratos que les causaron lesiones físicas y psicológicas; en algunos casos de extrema gravedad. Las personas que luchaban por el regreso de las libertades y la celebración de elecciones democráticas fueron recluidas y atormentadas por la policía franquista en ese lugar.

El sufrimiento de todas esas personas debe servirle a la sociedad para recordar el daño y el terror que causó la dictadura franquista tras su conquista violenta del poder, se negación a celebrar elecciones democráticas, sin que nada ni nadie se lo impidiera, y su persecución a quienes no compartían su ideario, negando y aplastando la diversidad que es uno de las principales fortalezas de las democracias y representa el ejercicio de la libertad y el desarrollo de la propia identidad. Hechos tan graves y tan aleccionadores de lo que no se debe repetir deben ser reconocidos públicamente.

En la petición se exige: Que se deje de ocultar la historia de la represión franquista y se coloque una placa, en la fachada de la Real Casa de Correos, sede de la presidencia de la Comunidad de Madrid, que recuerde a las personas que allí fueron torturadas, que denuncie hechos tan graves y que reconozca a los hombres y mujeres que lucharon y se esforzaron para que quienes desde 1983 ocupan el despacho de la presidencia de la Comunidad de Madrid hayan llegado al puesto como consecuencia del resultado de unas elecciones democráticas y no por la designación  de quienes tomaron el poder violentamente mediante un golpe de Estado y llevaban a cabo los nombramiento a partir de la voluntad de un dictador.

No es la primera vez que la ARMH solicita la señalización de ese lugar. “En una democracia existe el deber de recordar y denunciar el sufrimiento de las víctimas de una dictadura. Esa debe ser una labor de las instituciones democráticas. No se puede repetir y repetir la palabra libertad y ocultar los sufrimientos de quienes fueron capaces de pronunciar esa palabra cuando los golpistas de 1936 habían destrozado y secuestrado la democracia y perseguían violentamente a quienes la defendían. Tenemos el deber de rendir homenaje a quienes lucharon para que regresaran las urnas y denunciar a quienes impidieron su regreso”, concluye Silva.

Copia de la petición del registro. 


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