Marisa Ruiz Asensio •  Opinión •  29/11/2017

Carta a un votante del PP

Tras apreciar el panorama actual que acontece en nuestra destrozada y hundida España he concluido que sería importante que un votante del partido con más imputados por corrupción fuera capaz de argumentarme el por qué confió y confía en quien está arrojándonos a un agujero de miseria del que nos va a costar mucho salir. Me gustaría que me explicara en qué principios se basó usted para ofrecer su voto a un partido que desde antaño tan solo se preocupa en crear una sociedad esclavista a las órdenes de caciques cuyo ideal básico es el despotismo más absoluto dejando de representar la idea de un Estado social y democrático de derecho que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia y la igualdad.

No suelo criticar o actuar de una forma insolente, grosera o impertinente hacia nadie pero es obvio que usted con su voto se ha convertido en cómplice de verdaderos saqueadores, de seres egoístas a los que se ha descubierto en el ejercicio de su extensa corrupción y que lejos de reconocer su error  actúan de forma altiva y soez  para con su pueblo burlándose y demostrando así su actitud arrogante e imperiosa.

No llego a concebir los argumentos tan sumamente importantes que le condujeron a depositar su confianza en un partido que es la herencia innata de un régimen demoledor y causante de crímenes de lesa humanidad sin haber sido juzgados los verdugos por ejecutar dichos asesinatos; no logro vislumbrar qué razones le llevaron a optar por ponerse del lado de quien está acentuando cada vez más las desigualdades sociales en un país en el que cada día es más difícil subsistir y crear un futuro próspero y digno; no alcanzo a entender porqué decidió usted que el franquismo que nos gobierna es la mejor opción para encauzar las riendas de un país a la deriva en el que no hay ni un solo ápice de esperanza mientras nuestros líderes ejerzan la corrupción a sus anchas.

Quizás para usted personas como yo solo fomenten el odio hacia un gobierno decente o tan solo mi actuación sea el ensuciar el buen nombre de alguien que ha sido elegido ¿democráticamente?, no obstante le comunico que ese gobierno al que muchos aplauden, apoyan y alaban no está cumpliendo con lo que por ley nos pertenece a cada uno de los ciudadanos que residimos en esta nación, con lo cual me parece pésimo e inadmisible el ejercicio de sus competencias y labores que atañen a las responsabilidades de su cargo. Tal vez muchos se conformarían con que pertenecientes a la realeza o al partido que actualmente gobierna en este país dejasen de aprovecharse del lugar en el que están para beneficiarse económicamente pero yo voy más allá, yo quiero que se respeten los derechos que no solo por ser ciudadanos españoles nos corresponde sino por ser básicamente personas.

Le diré en primer lugar que en este país no existe la libertad de expresión que se refleja como derecho en el artículo 19 de la Declaración de Los Derechos Humanos o en el título 1º, capítulo segundo, sección 1, artículo 20 de la Constitución española de 1978; junto con este derecho podríamos añadir una larga lista de puntos que siguen sin cumplirse como por ejemplo el artículo 14 de la Constitución que trata sobre la igualdad ante la ley, el artículo 47 que viene a decir que todo español tiene el derecho a tener una vivienda digna, el artículo 35 que se resume en que todo español tiene el derecho y el deber de trabajar y un largo etcétera que el partido al que usted eligió no se encarga de hacer cumplir porque sus componentes están demasiado ocupados en crearse cuentas bancarias en Suiza, ejercer el tráfico de influencias y la malversación de fondos públicos, blanquear capitales o conseguir cuantos más paraísos fiscales mejor; ¿Realmente cree usted  que es coherente apoyar a políticos  cuya labor da como resultado todo esto?

 Le pido que piense y reflexione y no lo haga por usted sino por sus hijos o nietos, por los jóvenes, por los que queremos un país donde exista la libertad y la democracia, donde haya un sistema judicial que actúe con cada persona de la misma forma, donde podamos dar a las generaciones venideras una educación pública y una sanidad en condiciones que brinde el cuidado que todos merecemos, donde exista el empleo y todos podamos contribuir a la creación de un país en el que sea fructífera la realización personal y el sostenimiento vital acorde a las necesidades humanas, donde seamos libres para decir lo que pensamos sin miedo a ser juzgados por ello, donde los que gobiernan ejerzan la política como instrumento para velar por la necesidades de su pueblo y no para su beneficio personal apropiándose de lo que no es suyo, donde se respete la memoria de los que fueron fusilados por el franquismo y se les conceda la dignidad que merecen devolviendo sus restos a sus familiares, donde se inhabilite del cargo a todos lo que han ejercido la corrupción cumpliendo además la condena que merecen, , donde las mujeres no tengan miedo de salir a la calle y ser violadas por cinco energúmenos a los que la justicia trata de víctimas; eso queremos, vivir en un país en el que no sea un infierno el día a día y una lucha por la supervivencia en contra de todo este sistema que nos está declinando a la peor de la miserias.


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