Al-Hakam Morilla Rodríguez •  Opinión •  22/09/2018

La Mezquita secuestrada de Córdoba

La Mezquita secuestrada de Córdoba

«Como es lógico, los Reyes no homenajean a las víctimas de Franco porque hay que pasar página y es cosa del pasado, pero sí a don Pelayo que es de hace trece siglos»

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Recuerdo mis impresiones de adolescente en la Mezquita de Córdoba, cuando la Iglesia se disfrazada de ‘liberal’ a lo Juan XXIII, mientras sus sectas iban inficionando en la sombra todos los Aparatos del Estado. Sentando en la Fuente del Patio de los Naranjos, veía a las palomas arrullarse y alzar el vuelo. Su aleteo colectivo casi permitía vislumbrar, en una introspectiva odisea en el tiempo, a los grandes sabios de Al-Andalus impartir sus lecciones entre los arcos de herradura de la Primera Universidad de Europa…

Desde el principio nos ahorraremos difamaciones o maledicencias. Nuestro partido político fundado hace más de treinta años, Liberación Andaluza, es una formación política laica y respetuosa de la diversidad de creencias de sus integrantes a título particular, propugnando un estricta Separación Iglesia-Estado. Nada que ver con el fundamentalismo nacional-católico que impide incluso con violencia manifestaciones de religiosidad o culturales diversas, personales o en grupo, no sólo en el espacio de la ‘Mezquita-Catedral’, desaprovechado en más de un 90% por dejación, cuando no por connivencia, de ‘autoridades’ públicas confabuladas o en almoneda por ese clerical-franquismo imperante.

Los iscariotes vaticanistas se apropiaron de modo ilícito en 2006, por treinta monedas (sic) de inscripción en el registro, de una Mezquita pública considerada Patrimonio de la Humanidad, con el impresentable ‘patriota’ paraopusino, el expresidente Aznar, de palanganero, y con el hermanito del obispo ZP después de él mirando para otro lado, y permitiendo las tropelías.

De modo opuesto a una democracia europea del S.XXI, y como no podía ser de otro modo, el hijo del rey impuesto por Franco al presentar por vez primera a la princesita Leonor a sus súbditos en acto oficializado, lo ha hecho en Covadonga, mito fundacional del nacional-catolicismo excluyente, matamoros y ‘cierraSSpaña’, sin que consigan empañar ni por asomo nuestra inmortal Revolución Civilizatoria andalusí. Mil trescientos añitos ya del cuento propagandístico de Santiago travestido de generalote, espada en mano… y parece que fue ayer. Queda por explicar por qué aquellos ‘catoliquísimos patriotas’ trataban a los andalusíes, sus enemigos de aquel tiempo, de ‘hispani’, nativos peninsulares. De la patraña manoseada mucho después para intoxicar por cuenta de ‘sarracenos’ o ‘árabes’, y así extranjerizar cuando no satanizar a nuestros honorables antepasados, alienándonos… de ese camelo nada de nada. Las dimensiones de esa fantasía pseudohistórica pueden entenderse al conocer como respondió la Corte cordobesa a esa rebelión remota astur: ‘¡Treinta o cuarenta asnos salvajes qué daño pueden hacernos!’.

Más que reprocharle a estos últimos borbones su anacrónico oportunismo, aferrándose a esa majadería legendaria clerical-franquista, los verdaderos responsables han sido los insidiosos embaucadores que nos han malvendido durante siglos el patético cronicón oficialista de un fraudulento pasado ibérico, al que el gran medievalista sevillano de adopción, González Ferrín, denomina ‘historia eclesiástica de España’: la justificación de cualesquiera saqueos impunes ensotanados de siglos – amparados por los tiranos coronados y camuflados con astuta piel de ovejita clericaloide -, de obligatorio estudio adoctrinador previamente blanqueadas las fechorías  en colegios e institutos. Teniendo en cuenta que llevan rapiñando, violando a menores y robando bebés durante tantas generaciones, las tragaderas de poner a niños en sus garras han alcanzado el surrealismo. Al comprobar como a pesar de la que les ha caído, algunas madres siguen conduciendo todavía a sus hijos a la majada comecocos del clero, en ‘catequesis’, procesiones, instrucción confesional y demás… nos entristece profundamente que más de una turista las considera infelices masoquistas sin dignidad.

Ahora desde el cabildo de la catedral cordobesa dicen poseer el documento del supuesto regalo de la Mezquita ‘a la iglesia’ – medieval – en 1236, con la misma desfachatez que aquel aplicado clérigo de la basílica de san Juan de Letrán, cuando falsificó la célebre ‘donación de Constantino’ para que el papa Esteban II legitimase conquistas territoriales en la Península Itálica o donde le conviniese. La estafa ya fue detectada en el S.XV por el humanista italiano Lorenzo Valla. Sin embargo en el S.VIII les sirvió la apócrifa farsa para cargarse la legítima Dinastía Merovingia, en favor de la Carolingia de Pipino el Breve.

El obseso y rancio anticomunista, deán de la catedral de Córdoba al que da cancha aculturizadora Canal-Sur… sana, un tal Pérez Moya, restringe el acceso a los archivos a investigadores independientes, por órdenes de su obispo, el toledano Demetrio Fernández, más conocido en Córdoba como ‘El Carapapa’ (sí, el mismo cazurro de la casi aldea de Puente del Arzobispo – cuyo célebre verde de su cerámica ocultan que es de inspiración califal -, el cual defendía que la Mezquita de Córdoba era ‘arte bizantino’ contra la opinión de historiadores y especialistas en Arte; el que en una misa de cruzadita a miembros de las FFAA les lanzaba la admonición de que ‘la patria está en peligro’ por culpa de los catalanes; el que en otra vil homilía calumniadora sostuvo lo del plan de la UNESCO para convertir a la mitad de población mundial en homosexual en veinte años; y el que ante los abusos sexuales a una niña en el Valle de los Pedroches a lo más que llegó es a trasladar al clérigo a Espiel, a treinta kilómetros de donde al parecer se produjeron los criminales hechos. ¿Qué clase de ‘moral’ esperamos del rebaño si el pastor se ha vuelto un cínico lobo pardo?).

Llevan expropiando propiedades públicas al Estado y a los ciudadanos durante muchas décadas, sin fiscalización ni inventariado alguno – la Gusana presidenta de Triana se negó – de fincas, edificios, almacenes y locales sin uso religioso, hasta alquilándolos a terceros sin declarar, acaparando solares y plazas en ciudades, ermitas, iglesias o catedrales que construyó y sufragó el Pueblo y siempre fueron bienes públicos…

Lo de la titularidad de la Mezquita de Córdoba, y de propina la Giralda, se asemeja a un sórdido culebrón infame, pelotazo máximo que si prospera dificultará sobremanera la decidida acción popular en muchos otros casos. Aunque con una fiscalía ‘afinadora’, según el exministro Fernández Díaz, sabemos lo que le espera a La Ciudadanía, sin necesidad de que Jueces para la Democracia certifiquen que ¡un tercio! de este Poder fundamental del Estado está contaminado por sectas serviles al romanismo. El que fiscales hagan de abogados defensores, como en los casos de la infanta consorte de Urdangarín y en el de los ‘másteres’ de Casado – y su compinche ‘doctorando’ Falangito Rivera -, clericalizado jefe de la ‘oposición’, expresa con nitidez qué especie de ‘democracia’ pretenden endosarnos los orgánicos constitucionalistas a la carta y de las JONS.

Trasegamos un cúmulo de mentiras sin pudor ni empacho, al arrimo del pesebre de la trasnochada oligarquía monárquico-papista. Jugando a poli bueno-poli malo por los rotativos, el opusino Mayor Zaragoza y Carmen Calvo (devota de la Virgen de la Sierra y la tauromaquia) anuncian que un comité de expertos ha verificado que, con imparcialidad relativa al privativo uso litúrgico, la propiedad del inmueble desde su primitiva construcción siempre ha sido pública-estatal, con clara prevalencia y potestad principal de los vecinos de la Villa de Córdoba. El recurso al ilegítimo comodín del Tribunal Constitucional, por parte de los agentes del foráneo Estado vaticano en la Colonia-‘sur’, está cantado. Así como el resultado al pasar el colosal entuerto por el aro de ese ecuánime tribunal, elegido por ‘cuotas de partidos’ y tan querido en Catalunya.

Salta el deán Moya, canónigo-archivero, con la monserga de que tiene ‘bien guardaditos’ los documentos que certificarían la graciosa adjudicación del Monumento a los curas por parte del leonés genocida y expoliador del Valle del Guadalquivir, Fernando III, el Bizco, cómo no ‘santo’ para nuestros verdugos con alzacuello. El cancerbero vaticanista bocazas se olvida de que aunque fuese cierto su enredo propio de sainete, el supuesto ‘documento’ estaría firmado por un rey castellano, y la Comunidad Histórica andaluza no es Castilla. Ni siquiera existía el Estado vaticano, nacido por los Acuerdos de Letrán con Mussolini en 1929 (al intitular una propiedad pública en 2006 a nombre del papismo, como la Mezquita secuestrada de Córdoba, por tanto se remite a la entidad política romanista, extranjera, a la que los rojipardos ‘patriotas’ cañís de las JONS le ceden su soberanía por obra testicular de ‘Il Duce’). Desmiente un historiador a la marioneta inciensada con irrefutable rigor, aduciendo que los propietarios de todas la Mezquitas tras la cruenta invasión castellana eran los reyes, aunque el culto fuese el forzado católico. Se atreve con impudicia el canónigo-deán hasta a invocar el archivo de Simancas y a Alfonso X… pero ¿no desheredó éste a su propio hijo, postulante ilegítimo, por conspirador y sedicioso al tratar de arrebatarle el trono? La mendacidad sesgada y la desvergüenza avarienta sectaria no tienen límites.

En la Mezquita los despropósitos ‘confesionales’ – con 18 millones€ al año de los turistas para la talega del orondo obispo sin control alguno – no conocen el colmo. Se traen a un arquitecto de esa carlistona tierra tan fiel a Castilla y al caudillo, el navarro Rafael Moneo, para darse autobombo los otros tres arquitectos en nómina del mitrado ultramontano: Ruíz Cabrero, Rebollo y Herrero, buscando el titular a coro de que ‘la Mezquita está muy bien conservada’ por los codiciosos curánganos (el cuerpo central destruido para construir una catedral, en la Aljama Máxima de Al-Andalus, se ve que para ellos debió constituir un gran logro).

La foto se la tiran frente al Mihrab, único en el mundo, en cuyas columnas pueden verse las brutales heridas sobre sus mármoles milenarios: picadas o taladradas para clavar los hierros de una valla metálica, sumiendo en el Horror a todos los visitantes. ¿Y del artesonado del techo, con enormes alfanjías de madera tallada de cedro sustituidas por otras de cemento y que acabaron como tablones en los almacenes de Baldomero – ‘Bandolero’ para el Común – Moreno, donde por un breve periodo trabajó mi padre de supervisor muy joven, de esa ‘excelente conservación’ no decís nada? ¿Ni del frontal de la Puerta de S. Vicente que tantas veces cruzaron emires y califas, abandonada a la intemperie, con la inscripción litográfica en lengua árabe más antigua de Europa y con el bajorrelieve difuminado por la incuria del Árbol de  la Vida que señala la Ruta de la Seda que nos hermanaba con la India… horadada irreparablemente la fachada para instalar los palcos de la SS (Sem. Santa) o barrenada con agujeros para supuestos ‘tratamientos’… de esas monstruosidades hacéis también caso omiso? Y un largo etcétera de salvajadas indignas seculares que precisarían para  enumerarlas un extenso libro entero.

¿No se debería Instar a todos los partidos políticos, excepto los más conchabados con el opusino-loyolismo (la Pp$OEC’s y Cía), a los Ayuntamientos, Autonomías, Diputaciones y Organismos Públicos competentes y a la Ciudadanía en general, no viciados por la clerigalla, a que declaren ‘personas non gratas’ a los arquitectos antes citados, por su falta de objetividad? No puede tolerarse ni un segundo más la crónica carencia de la indispensable Separación Iglesia-Estado; la nula profesionalidad del CNI no desactivando las injerencias del Estado extranjero vaticano – creado por el tirano fascista Mussolini – en los Poderes del Estado y en sus universidades; la deriva totalitaria manifestada por la prensa rehén de la ‘publicidad institucional’, unida a la otra censura a los disidentes frente a la subvencionada confrontación sexista institucional, invisibilizando sus media centralistas parajesuíticos al no ‘políticamente correcto’… toda esta mezquindad inhumana antedicha nos estaría forzando cada vez más a pasar a la clandestinidad: así entienden su ‘democracia’ en esta Monarquía de subvencionados partidos y su ‘constitución’ vulnerada a diario, ciscándose los politicastros y sus fantoches ‘perrodistas’ rojipardos jacobinos en la Libertad de Conciencia y Expresión de las minorías.

Si nos obligan a segregarnos ya por completo, en su ‘constitución’ no inclusiva a los librepensadores salvo como súbditos, no debemos dejarnos intimidar por esta mezquina dictadura hipócrita de un descaro ya insufrible… Si se prosigue consintiendo la opacidad, alegalidad e impunidad de los esbirros del autócrata Francisco I, pisoteando la soberanía estatal y a la Sociedad Civil en su conjunto, exhortamos a un resistencia pacífica y tenaz hasta una Asamblea Destituyente, adversos a este monárquico-papismo que nadie ha votado, impuesto por el genocida déspota de El Ferrol y su compinche, el denominado ‘papa de Hitler’. ¡Desde Filipinas hasta la Isla de Pascua y pasando por Kanaryas… en Nicaragua, Venezuela, Brasil México, Chile o Argentina, en especial en Latinoamérica, aliándonos con quien sea: boicoteadlos en cualquier sitio como ellos marginan, ningunean y condenan a la miseria y a la emigración a los andaluces!

¡Combatid los intereses del rapaz clerical-imperialismo progolpista en todas partes y en todas las ocasiones! ¡Seguid con la paulatina infiltración en esas sectas disfrazadas de ‘seglares’ para rapiñar lo Público, organizados en heroicas células masónicas autónomas de trabajadores, estudiantes, artistas e intelectuales! Su obsoleto, usurero y cobarde oscurantismo será al final derrotado, y veremos una Justicia independiente y una verdadera Democracia… nuestra Verdiblanca Aurora anhelada.

Y al fin las reprimidas palomas del Patio de los Naranjos podrán volar en Paz y en Libertad. ¡Viva Al-Andalusía independiente, democrática, laica y republicana! ¡Venceremos!

 

Al-Hakam Morilla Rodríguez, Coordinador de Liberación Andaluza


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