André Abeledo Fernández •  Opinión •  18/05/2020

Julio Anguita era ante todo un comunista consecuente, un maestro magistral, un político honesto, una persona ejemplar.

Hay hombres ejemplares en todos los sentidos, honestos, firmes, de palabra de acero y consecuentes. Pero hay tan poco que cuando uno muere la humanidad pierde un tesoro. Este es el caso del camarada Julio Anguita.
 
Cuando decidí abandonar la primera línea de acción política y «retirarme a la retaguardia», aprendí a valorar aún más el esfuerzo de quienes nunca la abandonan y siempre estan luchando en defensa de sus ideales. De esa pasta estaba hecho Julio Anguita, descansa en paz camarada.
 
Dicen que solo los peces muertos se dejan arrastrar por la corriente, pero nadar cotracorriente aveces cansa. Y tú corazón notó ese cansancio camarada. 
 
Que la tierra te sea leve camarada Julio Anguita, fuiste lider comunista y persona ejemplar y consecuente con sus ideales.
 
Hace unos años definía en uno de mis artículos de una manera simple a un comunista: 
 
«un comunista es una persona que piensa que cualquier persona, por el hecho de haber nacido tiene derecho a una vida digna y a tener sus necesidades básicas cubiertas, es una persona que piensa que la economía tiene que estar al servicio del ser humano y no el ser humano al servicio de la economía, es una persona que piensa que tenemos que trabajar para vivir y no vivir para trabajar, es quien considera que la patria es la clase obrera y quién piensa que la solidaridad, la igualdad, la fraternidad, y la justicia social son los cimientos de un futuro socialista».
 
Ese eras tú Julio, un comunista con mayúsculas.

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