André Abeledo Fernández •  Opinión •  07/06/2020

El gigante yanqui se tambalea y el mundo aguanta la respiración esperando la caída del monstruo.

La caída de la URSS, la desaparición del Pacto de Varsovia en contraposición a la OTAN y a la hegemonía de los EEUU, ha convertido al mundo en un lugar más peligroso, más inestable y menos equilibrado. 
 
Durante los últimos años los EEUU han sido el azote del mundo, pero sobre todo de aquellos países que tienen recursos naturales o energéticos que robar.
 
Occidente y los EEUU han sido el azote del mundo durante siglos. Sobre todo de la maltratada África y sus pueblos, pero también de América, Asía, Oceania y de sus propios pueblos. 
 
La brutalidad de Leopoldo y su reinado en el Congo belga, de los alemanes en Namibia, el comercio de esclavos, la destrucción del Estado en Libia, el apartheid en Sudáfrica, el comercio de esclavos desde África a Europa y América….
 
La deuda con los puertos de África de los países Occidentales es incalculable.
 
Tras la revolución bolchevique que terminó con la victoria de el Ejército Rojo de Obreros y Campesinos tanto en la posterior guerra civil, como rechazando la invasión de 7 grandes potencias mundiales, entre ellas los EEUU, Japón y las potencias europeas. Como el triunfo soviético sobre el NAZISMO y el FASCISMO en Europa.
 
Desde el comienzo de la llamada Guerra Fría la URSS y sus aliados sirvieron de necesario contrapeso, apoyaron movimientos anticoloniales y revolucionarios por todo el mundo y hicieron que las oligarquías de los países Occidentales se viesen obligadas a hacer concesiones a la clase trabajadora en sus países para evitar el contagio del movimiento revolucionario a nivel mundial. 
 
Con la desaparición de la URSS y el desmembramiento del campo soviético los EEUU se encontraron con un escenario que les permitía el uso y abuso de su poderío militar, así como e descarado apoyo a golpes de Estado y los bloqueos económicos a todo el que no se arrodillase servilmente. 
 
También las oligarquías una vez desaparecido el campo soviético empezaron su ofensiva para robar derechos a la clase trabajadora y bajar salarios, el capitalismo salvaje, la ley de la selva.
 
Hoy en plena pandemia del COVID-19, el mundo esta cambiando también a nivel geoestratégico, el importante y solidario papel de Rusia, China, Cuba o Venezuela han hecho cambiar la imagen distorsionada por los medios de comunicación que los pueblos tenían sobre estos países. 
 
Además el papel insolidario e irresponsable de los EEUU y de los organismos internacionales también han hecho que los pueblos del mundo tomen conciencia de quienes son los verdaderos amigos y quienes los oportunistas. 
 
Ahora el estallido social contra el gobierno fascista y racista de Donald Trump abre también las puertas en los EEUU, no solo a un conflicto que ya esta servido, sino también a un cambio, tal vez hasta un proceso de revolución socia. 
 
Adelante Rusia y China parecen estar en disposición de plantar cara a los EEUU, Rusia ya lo ha hecho de un modo triunfante a nivel militar en Siria y el tablero geoestratégico puede empezar a recolocarse. 
 
El gigante yanqui se tambalea y el mundo aguanta la respiración esperando la caída del monstruo.

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