¿Dictadura de qué? ¡Arriba los piquetes!

Hoy me he dado cuenta de que me he convertido en un dictador. Me di cuenta porque me lo ha dicho alguien que fue a trabajar el 29-S.

Y sí, soy un dictador porque abogo por prohibirle la “libertad” a otros de violar los derechos humanos fundamentales de otras personas. Sí, abogo por quitarle la “libertad” a los empresarios de explotar a trabajadores, abogo por quitarles la “libertad” de no pagar un salario mínimo o de no hacer un contrato de trabajo.

Además, soy un dictador que entiende que el trabajo es un derecho de los TRABAJADORES en su conjunto, no es el derecho de un solo trabajador. Si la mayoría organizada de trabajadores ve que el conjunto de los trabajadores está sufriendo las consecuencias de una política laboral nefasta y no se respetan sus derechos en el trabajo, y por ello, decide CONVOCAR UNA HUELGA, no respetar esa decisión colectiva e ir a trabajar lo considero ILEGÍTIMO. Por eso, como dictador que soy, considero que lo verdaderamente legítimo es hacer valer la decisión democrática por el medio de PIQUETES DE TRABAJADORES.

De hecho, la Constitución también es dictatorial: impone un Rey como jefe de estado, pero también “impone” unos derechos, aunque cada vez los “imponga” menos. La sindicación es uno de esos derechos, pero entre esos derechos, no existe el derecho a ser esquirol, ser esquirol fue siempre y será un acto, en mi opinión, repugnante, de insolidaridad e individualismo y que es antidemocrático por definición.

Considero que los derechos que tenemos los lograron trabajadores que se impusieron de manera dictatorial a monarquías, fascismos y otros dogmatismos. Lo hicieron en piquetes, en sindicatos, en asambleas abiertas, y lo hicieron con movilizaciones y enfrentándose a todas las inclemencias.

¡¡Vivan los piquetes!! ¡¡A por otra Huelga General!!