Carta abierta de una víctima del robo de bebés al senador socialista Santiago José Castellá Surribas

El pasado 5 de octubre tuvo lugar el debate de una Ponencia de Estudio sobre Bebés Robados en el Pleno del Senado.

Esos robos comenzaron a producirse en las filas republicanas porque los “vencedores” de una atroz contienda, consideraron que los niños nacidos de padres que pensaban diferente no eran merecedores de criarse en el seno de una familia roja y enemiga del Orden que pretendían establecer.

Esos parámetros se ampliaron a familias carentes de recursos, madres solteras, padres sin una formación (según el criterio de quien quisiera quedarse con sus bebés), y más tipos de grupos sociales vulnerables o sin voz para gritar en contra del crimen más execrable que pueda cometerse.

Así llegamos a la aberración de arrancar de los brazos de sus madres a miles de bebés, con la peregrina excusa de que esos niños tendrían mejores oportunidades en el seno de familias católicas y con recursos suficientes para educarles cristianamente y en un ambiente afín al Régimen.

Además, se descubrió que podría ser un lucrativo negocio.

Y todo esto, y mucho más, lo sabemos gracias a las investigaciones que se vienen realizando desde principios de los 2000 y, en concreto y fundamentalmente, por las investigaciones que expusieron públicamente ya en 2011 diferentes autoras, que luego siguieron aportando datos valiosos en años posteriores hasta la actualidad.

Yo pertenezco a ese colectivo de bebés arrancados de las entrañas de sus madres. Al igual que existe un rechazo por un órgano trasplantado, existe un rechazo invisible a las manos que rozan tu piel desde que eres un recién nacido. Cuando me acariciaban, no eran las manos de mi madre; cuando trenzaban mi pelo, no eran las manos de mi madre; cuando me cantaron una nana, no era la voz de mi madre.

¿Quién me resarce de eso? ¿Quién resarce a mi madre de esos 365 días multiplicados por los años vividos sin mí? Este Gobierno que tenemos, y otros tantos que han pasado sobre este tema, no han querido solucionarlo de ninguna de las maneras. ¡Es repugnante!

Nos asquea ver cómo utilizan este crimen, como proponen iniciativas como la Ponencia para darnos un poquito de aire, nos piden que entendamos que nos quieren ayudar, pero ¡NO!, no sentimos que nos quieran ayudar, ¡no nos están ayudando!

Tienen en sus cajones una Ley, cuya toma en consideración ha sido aprobada por dos veces, en dos legislaturas diferentes, y ahí está…muerta, porque no les da la gana llevarla adelante, porque no quieren hacerlo o, simplemente, quieren cercenarla porque, quizás, hay que “protegerse”.

Entiendo que habrá Tesis Doctorales magníficas que tengan toda su consideración, pero el trabajo que se ha hecho día tras día, año tras año, de Asociaciones que usted no menciona, ninguno de ustedes mencionó ese día en el Senado, es el que nos ha ayudado realmente. Son las asociaciones que han llevado a cabo la dura labor realizada hasta ahora con la Ley de bebés robados, son importantísimas para nosotras, las víctimas, pero tanto usted como el resto de senadores las han invisibilizado. Me pregunto el porqué.

El que nos den de cuando en cuando una bocanada de aire a las víctimas no nos sirve para nada, lo que necesitamos es que esa Ley definitivamente vea la luz, que esa Ley que llevan los grupos políticos pasando de cajón en cajón se apruebe de una vez por todas, y que consideren de verdad a la gente que está trabajando por este tema desde hace años.

Estamos cansados del buenismo desde el púlpito del Senado, del Congreso, de cualquier institución de las que pretenden servir a nuestra causa y que después termina guardando sus discursos en el mismo cajón que guardaron (por dos legislaturas consecutivas) la Proposición de Ley de bebés robados en el Estado español, y que la principal Asociación con la que contamos las víctimas, se trabajó, sudó y lloró durante años.

Ahora resulta que el sumun de la ayuda que se nos brindó consiste en una Tesis (por muy bien elaborada que esté, y a la que no quiero quitar mérito) y por la implicación de otras personas (también muy dignas de tener en cuenta), pero que ninguna de ellas llegó tan lejos como para conseguir la aprobación de esta Ley. Ni ninguna de ellas pertenece al grupo promotor ni interlocutor ya establecido con las instituciones sobre la Ley de bebés robados. CEAQUA, junto con Todos los niños robados son también mis niños, y el numeroso grupo de asociaciones que apoyan esta iniciativa, entre las que se encuentra la mía, han conseguido metas en nuestra causa que al parecer nadie es capaz de reconocer en una Tribuna.

Me indigna verlas ninguneadas, no haber sido ni siquiera mencionadas en una intervención institucional que trata de algo por lo que llevan peleando años sin descanso, con esfuerzo, con horas de trabajo incansable y con mucho dolor entre archivos de testimonios difíciles de calificar para que la Ley de bebés robados sea aprobada definitivamente.

Cuando alguien se sube a una Tribuna, la que da valor a la palabra, entiendo que debe saber bien de qué habla. En cuanto a sensibilidad, se la reconozco, en cuanto a la información…o no se tiene, o no conviene.

Irene Meca Mateo

Asociación Camino de la Justicia.

Integrante del grupo de asociaciones que apoyan e impulsan la ley de bebes robados en el Estado español.

Fuente: Ceaqua