Prensa Latina •  Internacional •  02/07/2022

Masivas protestas sacuden a Libia en respuesta a crisis nacional

  • Miles de libios marcharon por diversas ciudades en reclamo de mejores condiciones de vida y demandaron elecciones para intentar poner fin a la crisis que vive hoy esta nación norafricana, con dos gobiernos rivales.
Masivas protestas sacuden a Libia en respuesta a crisis nacional

Las manifestaciones estallaron anoche en esta capital y se extendieron a otras urbes del país como Misurata, Tobruk, Al-Bayda, Sebha, destacaron diversos medios, entre ellos la agencia oficial de noticias Lana.

Los ciudadanos expresaron su enfado quemando neumáticos cerca de edificios gubernamentales, incluida la sede del municipio de Misurata. En Tobruk asaltaron la sede de la Cámara de Representantes, donde prendieron fuego a varias habitaciones.

Durante las marchas, los participantes exigieron la disolución de los órganos políticos para dar paso a comicios presidenciales y parlamentarios, el fin de la crisis eléctrica, medidas para enfrentar el alza de los precios y la cancelación de la orden para poner fin a los subsidios al combustible.

Tanto la Cámara de Representantes como el Consejo Presidencial, organismos que mantiene una ardua disputa, anunciaron su apoyo al derecho de los ciudadanos a manifestarse de forma pacífica.

El Departamento de Información y Comunicaciones Gubernamentales, del Ejecutivo asentado en esta capital, negó hoy reportes sobre muertos y heridos en las protestas.

Sumo mi voz a la de los manifestantes en todo el país, todas las instituciones políticas deben disolverse para dar paso a elecciones, afirmó en Twitter Abdul Hamid Dbeibeh, el primer ministro del Gobierno asentado en esta capital.

Tras un año de relativa calma, el temor a un nuevo brote de violencia aumentó desde principios de febrero, cuando el Parlamento nombró a Fahi Bashagha como primer ministro interino en sustitución de Dbeibeh, quien rechazó entregar el poder sin la celebración de comicios.

La disputa entre Dbeibeh y Bashagha tiene como telón de fondo la fractura entre el este y el oeste de Libia.

El primero controla la capital y las zonas occidentales, mientras el segundo tiene como base los territorios orientales, en especial la ciudad de Tobruk, sede del Parlamento.

Esta nación vive una espiral de violencia desde el derrocamiento de Muamar al Gadafi en 2011, luego de una guerra apoyada por miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, entre ellos, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido.


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