Carlos Martínez García •  Opinión •  29/12/2016

No se trata tan solo de personas, se trata de programa

Tras el golpe para imponer la gestora en el PSOE, el sistema busca afianzar un liderazgo en el partido en crisis favorable a las tesis del bipartidismo. La propuesta de la parte sistémica y socioliberal es Susana Díaz muy previsiblemente.

Las y los críticos siguen apostando por Pedro Sánchez parece que de forma decidida, pero más allá de algunas declaraciones de intenciones no conocemos su diferencia programática con el neo-felipismo, aunque si hay un aspecto diferencial fundamental y es que se oponen –las/os críticos- a cualquier acuerdo con el PP y son más favorables a un gobierno de centro-izquierda. Pero más allá, por ejemplo: OTAN, Unión Europea, Banca Pública, nacionalizaciones o estabilidad presupuestaria y políticas troika, poco sabemos.

 Busquemos pues diferencias. En el sector gestora, Zapatero, aparece como maestro de ceremonias apoyando a la presidenta andaluza Díaz. Rodríguez Zapatero impulsó avances en materia de libertades civiles, es cierto. Zapatero el del matrimonio gay, que fue un magnifico logro. O el que escuchando al pueblo en las calles, retiró las tropas españolas de Irak. Pero ese mismo avalista del “susanismo”, no solo modificó el artículo 135 de la Constitución en favor de la banca, la deuda privada de las grandes empresas y la Troika. Sino que era un decidido partidario de no intervenir en la economía ni mucho menos planificarla, es decir tal vez sin saberlo, pues conocidas son las carencias ideológicas del expresidente, era y fue un liberal puro y duro. Rodríguez Zapatero rompe definitivamente en España, con la socialdemocracia clásica que siempre entendió que era imprescindible desde el gobierno, impulsar mejoras y reformas sociales para la clase trabajadora, e intervenir y planificar al mercado y para ello defender también el sector público y la banca pública y promover incluso nacionalizaciones de sectores estratégicos e industria pesada. Esta postura nacionalizadora la rompe la tercera vía y antes el felipismo. Ni Zapatero, ni Díaz por ejemplo creen en la banca pública, de hecho Susana Díaz aprobó una ley de banca pública andaluza, azuzada por las circunstancias de su minoría y gobierno con IU y ahora la tiene boicoteada y paralizada dicha ley. Por sus obras los conoceréis.

Zapatero no es modelo de equidad social e igualdad económica para nada y la cuestión no es solo avanzar en temas que un liberal también puede apoyar, como el divorcio exprés o el aborto sin restricciones, sino controlar el capitalismo financiero, al menos.

Hay dos herencias más de Zapatero nefastas. Una es el obligar a los ayuntamientos a pagar a las eléctricas antes que nada la luz pública local so pena de proceder ese poder energético mafioso cortar la luz en edificios municipales y otra la eliminación y privatización de las cajas de ahorros. En lugar de democratizar las cajas y hacerlas transparentes se las regaló a los bancos privados que deseaban verse libres de una competencia muy popular y pegada al terreno, que era pública.

Por tanto las diferencias fundamentales, no son a quienes se apoya y como. El programa económico y social de Zapatero lo conocemos. El no apoyará a nadie que piense lo contrario, luego Díaz se mueve en esos parámetros, pero ¿Cuál es el programa de las personas disidentes y que desean un Congreso y primarias ya?

El problema no es solo democratizar el partido PSOE, lo cual es si es fundamental, sino girarlo a su lugar, la izquierda. Ambas cosas se me antojan difíciles la verdad dado que el sistema y la corona están actuando de parte. Por eso pase lo que pase hay que construir socialismo y partido socialista, independiente de la razón de estado y los poderosos, para lo que el PSOE difícilmente será utilizable, pero socialismo está en la calle y abandonado. Hemos de recuperarlo las personas socialistas y tener programa.

Hemos de ver qué hacemos los y las socialistas con la cosa pública y la República. Si se van a impulsar medidas de equidad social, pero sobre todo que se va a proponer hacer con la banca, el BCE y la eurocracia, las privatizaciones y su reversión e impulsar la vuelta a lo público de sectores energéticos, de comunicaciones, banca y cajas, salud, educación y pensiones. Hay mucho que decir, pero claro ya hay socialistas de izquierdas y republicanos que predicamos con el ejemplo y estamos comenzando por construir programa y además realista ¿Qué es lo realista? Combatir la pobreza de forma eficaz y contundente, acabar con el precariado, la pobreza salarial, el terrorismo de género, la falta de becas, de libertad sindical, liquidar la permisibilidad con los poderosos, los corruptores privados y corruptos sean públicos o privados. Entre otras cuestiones, para comenzar, no está mal. 


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