Christian Zampini •  Opinión •  26/07/2021

Berg-Rodríguez: “Esta muy bien que la UE vote contra el bloqueo en Naciones Unidas, pero hay que ir un paso más allá”

Alexis Berg-Rodríguez, profesor de Relaciones Internacionales y Derecho Público Internacional en la Universitat Oberta de Catalunya, ha dedicado años a la investigación de la diplomacia y la política exterior de la Unión Europea con América Latina y el Caribe, especialmente con Cuba, siendo uno de los mayores expertos del país en las relaciones entre Bruselas y la isla, así como el desarrollo y la aplicación del Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación UE-Cuba.

Tercera Información habla con él sobre la situación de Cuba en la esfera internacional, sus relaciones con la UE, el Bloqueo Económico de los Estados Unidos y el futuro de las relaciones internacionales.

Berg-Rodríguez: “Esta muy bien que la UE vote contra el bloqueo en Naciones Unidas, pero hay que ir un paso más allá”

En las últimas semanas, Cuba ha estado en el centro del foco mediático de todo occidente a causa de las protestas. ¿Cuál es la situación real de Cuba en estos momentos?

Cuba vive una situación bastante tensa. Existe preocupación la sociedad, es cierto que nunca se habían producido manifestaciones de este tipo. Sin embargo, no se puede ignorar que estas movilizaciones cuentan con todos los ingredientes para ser un movimiento organizado, no unas manifestaciones espontáneas de descontento. No es que haya salido todo el pueblo de Cuba a manifestarse, las protestas se produjeron en ciertos lugares específicos.

Y no olvidemos que se producen justo cuando el gobierno iba a establecer nuevas restricciones ante los contagios de COVID-19. El descontento producido por esas medidas y la situación difícil con el abastecimiento de alimentos y otros recursos de primera necesidad fueron aprovechados pensando que se generaría un levantamiento en toda la isla, que tampoco se produjo.

 

¿Se dan los ingredientes para pensar en el papel de Estados Unidos en la incentivación de esas protestas?

Efectivamente. Hay terceros países que han jugado un papel ahí para promover un cambio, no es beneficio del pueblo cubano, sino en función de intereses geoestratégicos.

Y no hay que olvidar otros factores. Uno de ellos, el nivel de inestabilidad que se está dando en toda la región, con convulsiones políticas como la de Chile o Colombia, con el asesinato de Jovenel Moïse en Haití, etc. A esto se suma que Cuba acaba de llegar a un acuerdo con numerosos países de Latinoamérica, África y Asia para distribuir las vacunas desarrolladas en la isla. Todos estos factores se juntan con la situación que se da en el interior de la isla, la situación social que se intenta utilizar, poniendo nuevamente a prueba la resistencia de la Revolución Cubana.

 

La atención mediática de las protestas ha sido bastante elevada y, si bien los medios también se han hecho eco del malestar y las movilizaciones que se han producido en otros países de la región, o de los propios Estados Unidos, Europa o, en estos momentos, Australia, en el caso cubano se le busca dar una dimensión de crisis política o de sistema. ¿Quizá de forma interesada?

Está claro que sí hay un factor, o digamos, interés geopolítico. Esto hace, que exista una doble moral, y una ambivalencia en el discurso de los Estados Unidos y algunos Estados Miembros de la UE. Sin embargo, no se exige a todos los países, ni los mismos cumplimientos, ni la misma estabilidad.

 

Durante los últimos años, la UE parece haber desarrollado una apuesta por el diálogo político con Cuba. Sin embargo, nos es un poco desconocido cuál es su desarrollo. ¿En qué punto están las relaciones de la UE con Cuba?

Se ha construido un espacio de diálogo político en igualdad de condiciones, de respeto mutuo y no injerencia en los asuntos internos de las partes. En el que ambas partes, han apostado por trabajar por el bienestar de la sociedad cubana y por sus intereses comunes. Este espacio es lo que denomino el Nuevo Modelo Político UE – Cuba. Este modelo ha facilitado la firma y aplicación provisional del primer Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación Unión Europea – Cuba.  La base declarada de este acuerdo es “acompañar a Cuba en los procesos de actualización económicos y sociales, proporcionando un marco global para el diálogo y la cooperación”.

Este elemento de “acompañar” tiene una trascendencia enorme, porque supone una superación de todos los anteriores posicionamientos diplomáticos, la llamada posición común, que se basaban en una impugnación al sistema político, económico y social de Cuba. Las relaciones mutuas quedaban condicionadas por la exigencia de un cambio político y económico en la isla. La Unión Europea, digamos, exigía condiciones de cambios para facilitar relaciones de comercio y cooperación con Cuba.

Con este Acuerdo de Diálogo Político, esta condicionalidad queda superada. Parte del compromiso de funcionar en base al diálogo político en igualdad de condiciones. Sin ningún tipo de injerencia ni de condicionalidad.

 

¿Todas esas cuestiones son efectivas, tienen una traducción real en las relaciones materiales entre Bruselas y la isla?

Es difícil, a veces las cosas no van tan rápidas como gustaría. El acuerdo se alcanzó el 12 de diciembre de 2016. Aunque se suponía que debía entrar en funcionamiento, el 1 de enero de 2017, el proceso se retrasó por la solicitud del Parlamento Europeo para dar el visto bueno al Acuerdo. Por ello, el acuerdo se está aplicándose provisionalmente desde noviembre de 2017. En la actualidad, el acuerdo se encuentra en proceso de ratificación por parte de los Estados Miembros. De hecho, solo falta Lituania, por ratificar el acuerdo, para que sea aprobado o no, por el Parlamento Europeo.

El Consejo Conjunto principal órgano del Acuerdo UE – Cuba, se puso en funcionamiento desde el 15 de marzo del 2018. El Consejo está integrado por miembros de la institución europea y el gobierno cubano, y han venido funcionando desde entonces, trabajando en los intereses comunes de las partes. Incluso, los acuerdos que se tomen en el marco del Consejo Conjunto son de obligado cumplimiento para las partes.

Durante estos años, se han abierto varios diálogos políticos como son: La lucha contra la proliferación de armas de destrucción masiva, el control de armas convencionales, la solución a las medidas coercitivas unilaterales, la aplicación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible y los derechos humanos.

Además, se han realizado diálogos políticos sobre cooperación, comercio y desarrollo sectoriales.

Se han realizado cinco diálogos políticos sobre los derechos humanos en ambas sociedades. La cuestión de los derechos humanos siempre había sido una exigencia, y un punto crítico en la relación UE – Cuba. Ya que Cuba lo ha considerado como parte de sus asuntos internos y como una injerencia en su soberanía, de hecho, llega a renunciar a la cooperación de la UE en 2003 por este motivo. Que se haya tratado el tema de forma abierta en el Consejo Conjunto y en los diferentes diálogos políticos sobre derechos humanos, es un elemento sin precedentes, y trascendental en el nuevo modelo político de relación UE – Cuba, pero que informativamente no ha tenido repercusión, o se ha querido ignorar.

Todo ello son avances que no se pueden menospreciar, aunque el acuerdo se esté aplicando de manera provisional, digamos, de manera definitiva a falta de la ratificación de los estados miembros y del Parlamento Europeo, el cual, lamentablemente, tiene unos equilibrios de fuerzas que hacen difícil en este momento su ratificación.

 

La UE debería seguir alejándose de la política exterior que mantiene los Estados Unidos contra Cuba

 

¿Qué es lo que debería hacer la Unión Europea en adelante? Hemos visto como, una vez más, los estados integrantes han votado en contra del Bloqueo de los Estados Unidos. Sin embargo, con respecto a los últimos acontecimientos y las posiciones agresivas de Washington, se ha mostrado como mínimo ambigua…

En este escenario, la UE debería apostar por seguir reforzando su relación con el gobierno y con la sociedad cubana. También, debería seguir alejándose de la política exterior que mantiene los Estados Unidos contra Cuba y para ello, debería tener una posición más contundente en su relación con Cuba, y con los países de América Latina y del Caribe.

Para alcanzar este objetivo se hace imprescindible que la UE mantenga la coherencia en su política exterior, y que convierta la diplomacia directa, ejecutada por el Servicio Europeo de Acción Exterior en la herramienta esencial para reforzar su papel en la escena internacional. Especialmente, en el marco de la conferencia sobre el futuro de Europa.

La UE han votado contra el Bloqueo que mantienen los Estados Unidos contra Cuba ante Naciones Unidas, este es un paso muy importante y está muy bien, pero tiene que ir un paso más allá. Por ejemplo, la UE, podría volver a incluir a Cuba en el sistema de preferencias arancelarias generalizadas de la Unión. Con ello, ayudaría a minimizar los efectos del bloqueo en el comercio exterior de la Isla, y estimularía la participación de los empresarios de origen cubanos que han comenzado a participar en el comercio exterior de Cuba. Con este paso, el gobierno cubano, ha dado respuesta a una de las cuestiones que siempre habían reclamado era que se abriese la isla a la posibilidad de inversión privada de los propios cubanos residente en Cuba. El cambio ha sido lento, pero se ha implementado. Sin embargo, ha pasado desapercibido o no se ha querido ver por el resto de los actores internacionales.

Además, no está de más decirlo, la UE también tiene que velar por garantizar una mayor visibilidad estratégica y reconocimiento como actor global.

 

Hay que recordar, que el Bloqueo no deja de ser un negocio

 

Volviendo a la actitud de los Estados Unidos, durante la presidencia de Barack Obama parecía abrirse una nueva línea de relaciones con Cuba, una apertura que hacía pensar incluso en un final del bloqueo. Trump acabó con esa línea, recrudeciendo enormemente la injerencia y el Bloqueo. Se tenía la esperanza de que Biden volviese al escenario de Obama, sin embargo, por el momento parece estar manteniendo una política de continuidad con Trump.

Sí, de momento, aunque ha dicho que pretende revisar esa política, de momento lo que hay es un recrudecimiento. La posición del presidente Jon Biden tampoco es fácil. Se enfrenta a un choque de modelos. Por un lado, hay fuertes presiones por parte de sectores en los Estados Unidos para mantener el Bloqueo. De hecho, hay que recordar, que el Bloqueo no deja de ser un negocio. Un negocio en el sentido de que, si cae, ¿de qué van a vivir los disidentes y los sectores que responden a los intereses geopolíticos y geoestratégicos que tienen los Estados Unidos hacia Cuba?

Algo que va más allá de las sanciones y conflicto desde la Revolución Cubana. Hay que tener presente que el presidente de los Estados Unidos James Madison, planteo que Cuba bajo ningún concepto podían caer bajo el dominio o la influencia de cualquier otra potencia, especialmente de Europa. Y este planteamiento, se ha ido trasmitiendo de presidente en presidente.

Por otro lado, Biden, tiene voces que le reclaman, ante el fracaso de su modelo diplomático tradicional basado en el bloqueo, la injerencia, la condicionalidad; reestablecer el modelo que puso en marcha Obama, que es el que adopta la UE con el Acuerdo y la apuesta por una diplomacia directa. A estos elementos se suma, la propuesta de Ley de Comercio entre Cuba y Estados Unidos de 2021, que derogaría las sanciones y establecería relaciones comerciales normales, presentada por el presidente del Comité de Finanzas del Senado, Ron Wyden.

Además, las políticas de presión y conflicto de Trump, no solo en Cuba, en toda Latinoamérica, al final produjeron un descenso de la presencia de Estados Unidos en la región. Facilitando, la irrupción, y una mayor presencia de China y Rusia. Esas políticas de injerencia y de condicionalidades han resultado un absoluto fracaso. Biden necesita recuperar la presencia de Estados Unidos en la región. Y no puede apostar por continuar con ese modelo que ha fracasado.

 

La cuestión que se plantea es si realmente los Estados Unidos, Unión Europa, China o Rusia, tienen interés en que Cuba alcance esa soberanía, esa autonomía económica

 

La coyuntura de las últimas semanas parece haber barrido de la primera plana informativa la acción y el papel internacional jugado por Cuba durante la pandemia de COVID-19. El importante papel de las Brigadas Henry Reeve, su despliegue en varios países de la UE como Italia. Un esfuerzo que ha recibido por otra parte grandes ataques.

Bueno, las brigadas médicas han sido objeto del ataque y de la deslegitimación, hasta el punto de boicotear su candidatura al premio Nobel de la Paz. Y este ataque se produce porque realmente es lo único que pueden hacer para frenar el desarrollo y la independencia económica de Cuba. No es simplemente una cuestión de propaganda. Es una cuestión de intentar detener una vía para que Cuba alcance una soberanía y una capacidad autónoma de operar en relaciones bilaterales y comerciales a nivel global. Hay que recordar que Cuba ha desarrollado cuatro vacunas distintas contra COVID-19. Y cuenta con acuerdos prácticamente cerrados con varios países de Latinoamérica, África y Asia. Atención a esta cuestión. Si tomamos como referencia los acuerdos de la Unión Europea con sus proveedores de la vacuna, sin conocer las cifras de los acuerdos suscritos por Cuba, podemos imaginar que sería un factor que prácticamente facilitaría a Cuba la autonomía económica.

La cuestión que se plantea es si realmente los Estados Unidos, Unión Europa, China o Rusia, tienen interés en que Cuba alcance esa soberanía, esa autonomía económica. Y aquí se debe señalar que hay actores internacionales, no solo de Estados Unidos, que no tienen el más mínimo interés en que Cuba, cuente con esa autonomía y que no quieren que se produzca ninguna transformación en la isla, que garantice el bienestar de su sociedad. Porque el objetivo real en la confrontación es defender sus propios intereses geopolíticos, no abogar por ningún tipo de cambio, transformación, actualización o cambio del modelo económico cubano.

 

¿Qué cabe esperar en el futuro inmediato de las relaciones de la UE con Cuba?

Cabe esperar que se siga acompañando a la sociedad y al gobierno cubano en el proceso de modernización de su modelo económico y que sigan reforzando la relación en el marco del Acuerdo UE – Cuba. Que aumente la cooperación en materia de comercio y de inversión extranjera. Especialmente, por la puesta en marcha de la ventanilla única de comercio exterior y de inversión extranjera que el gobierno cubano ha puesto en marcha, con la ayuda de la UE y del PNUD.

La puesta en marcha de ambas ventanillas podría estimular una mayor inversión en la Isla. Y permitirle desarrollar su propio modelo, ya sea de economía mixta, o socialismo de mercado.

Por otra parte, la UE puede contribuir a que la transformación del modelo económico cubano tribute a los intereses de la sociedad y del gobierno cubano. Los cuales han apostado por implementar un modelo de desarrollo alejado del modelo mono productor y dependiente, que permita garantizar el bienestar de toda su sociedad, junto con una mayor democratización de sus instituciones y descentralización de su comercio exterior, tal como se puede ver en las reformas introducidas en la Constitución del 2019.


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