Ramón Pedregal Casanova  •  Opinión •  19/05/2023

El bloqueador, político psicópata criminal

Es conocido de EEUU el caso del psicópata que encierra a su víctima en un sótano oscuro y en ese aislamiento la esclaviza, la tortura y la mata. Seguro que recuerdan algún caso. Horroriza solo pensarlo. Recuerda mucho a lo que la tropa deshumanizada hace con los prisioneros en Guantánamo. Uno y otro asunto es un crimen con todos los peores calificativos.

Es conocido del régimen estadounidense el caso de un bloqueo o encierro de todo un pueblo, de un país, impidiendo su relación con el resto del mundo, torturando a su víctima y regodeándose en ello, es violencia estatal organizada, es política criminal: genocidio.

El privilegio del Estado terrorista es su impunidad, su capacidad para aterrorizar, para engañar, para todo lo que le preserva.

La historia de los bloqueos a poblaciones tiene casos que se mencionan en la enseñanza de cada país. La imagen del causante es la de un tipo con barbita puntiaguda y ojos de muerte, sombrero de copa cubierto de barras y estrellas, y una chaqueta azul, de cuyas mangas salen garras que destilan sangre, esa foto mental lleva su calificativo, es aberrante, y produce repulsión, rechazo, condena sin paliativos.

Se atribuye al psicópata “un marcado comportamiento antisocial, una empatía y unos remordimientos reducidos, y un carácter más bien desinhibido”, todo lo cual es fácilmente reconocible en todos y cada uno de los representantes del imperio radicado en Wall Street, la City de Londres, y otros tantos centros supremacistas en los países seguidores del criminal bloqueo, lacayos proimperialistas, fabricantes de bulos y obedientes acusadores de quienes no les siguen, les contestan y se les rebelan contra lo que significa para vergüenza de la Humanidad casos como lo que hacen en Guantánamo.

No hay más, el bloqueo es calificado por el Derecho Internacional, la Ley que debe igualarnos, como un crimen de guerra, es mencionado como genocidio. Luego, ¿qué hay que hacer cuando lo realizan los criminales sociales ante nosotros, a la vista de todo el mundo? Si fuese el caso de un individuo psicópata que mantiene en un sótano a su víctima, ante la denuncia, los encargados de la seguridad ciudadana intervendrían. Pero es el caso del Estado terrorista que bloquea a un pueblo, a una nación, a un país, y debe intervenirse internacionalmente para romper esas garras que salen por las mangas de la chaqueta azul. Con el terrorista psicópata imperial todos los pueblos tenemos un problema.

Un ejército ha puesto sitio a una ciudad. La población resiste de manera heroica, defiende sus límites con energía, moral de combate, fortaleza ideológica y humana, y envía mensajeros para reunir ayuda.

Los de fuera gritan contra el ejército criminal que sitia e impide que entren alimentos, medicinas, agua, combustible, … se posicionan contra ese ejército criminal que encierra y ha jurado matar a la población rebelde.

Solo queda una opción a los de fuera que dicen defender al pueblo sitiado: romper el muro, echar abajo la construcción que bloquea, política, económica, comercialmente, dar la batalla a quienes construyen los fosos de inmundicia, los campos de minas, las alambradas de púas, … solo queda combatir al imperialismo en todos los campos, hay que ir “a la calle, que ya es hora”, decía el poeta Celaya, y declara en otro poema que “es el momento … El momento en que por fin todo parece posible. En el fondo de la noche tiembla el árbol del silencio.” Combatir al bloqueador, al político psicópata criminal, al imperialismo en todos los campos, y así combatir contra el miedo, contra el obediente, el seguidista, el lacayo, el leguleyo, el ignorante, el fabricante de bulos, y contra ellos a su gobierno, a los wall street y su corte. Echaremos abajo el bloqueo a Cuba.

Ramón Pedregal Casanova es miembro de la REDH (Red En Defensa de la Humanidad).


Opinión /