Izquierda Castellana •  Opinión •  02/01/2018

¿2018 o 2016?

El lapsus del Presidente del Gobierno, del Régimen de la Mafia borbónica, en la ceremonia de inauguración de la ampliación del Puente de Rande (Ría de Vigo), refiriéndose al próximo año 2018 como el 2016, es toda una expresión de la estructura mental y del programa socio-político del Sr. Mariano Rajoy: ir retrocediendo en el tiempo y en los derechos sociales y políticos conquistados a través de la lucha popular, hasta llegar a los años 60, al tardofranquismo, del que los líderes y una buena parte de la derecha española tienen una maravillosa imagen, por vía directa o indirecta.

El 20 de enero de 2012, publicábamos una editorial titulada “Empobreceros y españolizaros”. En ella describíamos lo que iban a ser las líneas básicas de acción del Gobierno de Mariano Rajoy. No nos equivocamos en lo fundamental.

Para la derecha española actual, que es la misma derecha que conformaba la base social del franquismo, y por irracional que parezca el planteamiento, el lema señalado es el que llevan en su código genético; por supuesto la parte de “empobrecer”  dirigida exclusivamente a las clases populares.

Para ese bloque socio-político de la derecha española, el modelo de sociedad que practican es aquel en el que rige el principio de autoridad por encima de cualquier otra consideración, incluyendo la libertad o la legitimidad. El principio del orden, para cuyo mantenimiento están los aparatos represivos en sus diversas modalidades.

La política de embrutecimiento moral y cultural es para esa fracción social imprescindible para reproducir la corrupción sistémica. Un Pueblo culto e instruido es por principio crítico y por lo tanto peligroso para estos planteamientos. Los recortes cada vez más brutales en educación y cultura sirven a esta finalidad. El aparato mediático del Régimen, auténtico “opio del pueblo” actualizado a nuestros días, es otro instrumento imprescindible para reproducir ese embrutecimiento. Pero cuando este conjunto de medidas no son suficientes, está el recurso puro y duro a la inducción hacia las drogodependencias y el gran negocio asociado del narcotráfico.

El empleo precario, que es el único que el empresariado español vinculado al Régimen está dispuesto a generar, va asociado intrínsecamente a un recorte en los derechos laborales y sociales.

La finalidad última de todo ello es clara: que las clases trabajadoras no se lleven a engaños, siempre ha habido y habrá ricos y pobres. Y es bueno que cada día se note más. Esa es una de las “máximas” de la derechona española. Podemos aportar decenas y decenas de datos objetivos que ilustran este análisis de la realidad (algunos los publicaremos al final de este artículo), pero lo que nos parece más sustancial es el análisis político de lo que está ocurriendo, que va más allá de unos datos estadísticos.

Pues bien, lo que acabamos de describir es el panorama básico del proyecto social que la derecha está imponiendo a base de represión y manipulación. Por cierto, que esta derecha española está sufriendo un proceso de reestructuración en su representación política, a lo cual hacíamos referencia en la anterior editorial y que analizaremos en detalle en la próxima; y que nos va a traer intensos movimientos en los próximos meses, hemos de pasar a reflexionar sobre la situación del movimiento popular en nuestra tierra, Castilla, y sobre el proceso de su maduración, o no, para convertirse en el auténtico instrumento para el cambio político y social cada día más imprescindible para nuestra supervivencia como Pueblo. En este ámbito hemos de destacar dos cuestiones que nos parecen de un interés estratégico de primer orden:

Primero, la configuración del castellanismo progresista, de forma compleja pero progresiva, como sujeto político cada vez más presente en nuestro propio Pueblo, pero también a nivel del conjunto del Estado y en el plano global.

En segundo lugar, la muy rápida reconstrucción del movimiento feminista como sujeto socio-político de principal importancia en Castilla. La movilización en Aranda de Duero el pasado día 30 de diciembre es un buen ejemplo de ello.

A ello hay que añadir el avance del internacionalismo, especialmente en Madrid, tal como se demostró en las movilizaciones de solidaridad con el proceso republicano-soberanista catalán; el mantenimiento de los movimientos antirepresivos y antifascistas; los de defensa de la tierra…

Pero repetimos, nos parece de especial importancia aquellos dos ejes: el crecimiento y maduración del castellanismo progresista, de forma compleja pero sólida, y la rápida reconstrucción de un movimiento feminista renovado teórica y generacionalmente. Esos dos elementos son los que darán una especial fortaleza al movimiento popular en Castilla los próximos tiempos y serán una de las garantías de su victoria frente al Régimen del 78 en los próximos años.

Hay muchas diferencias en la lucha por la ruptura con la monarquía postfranquista en el momento del inicio de la Transición y en la actualidad. Una esencial es el que el Régimen ya no tiene nada que ofrecer, salvo a los que viven de él, que no son pocos, pero desde luego una minoría. Entre los objetivamente beneficiad@s y los que subjetivamente se sienten en tal situación, no pasan de un tercio de la población. La capacidad del Régimen para engañar a la mayoría de la población se encuentra cada vez con mayores dificultades. Pero hay otro elemento, importantísimo desde el punto de vista de la organización de la lucha por el cambio, tal cual es la existencia de organizaciones propias de y para Castilla. Con proyectos estratégicos y tácticos pegados a la realidad pero sin renunciar a el abecé de cualquier cambio político y social. Para construir lo nuevo, hay que destruir lo viejo. Es decir, para construir la República castellana y comunera, hay que destruir el Régimen monárquico postfranquista del 78.

El enemigo sabe sobre la importancia de la existencia de fuerzas transformadoras propias de Castilla y para Castilla. Es por ello que desde los mas iniciales momentos -inicios de su constitución- tuvieron una actitud de beligerancia brutal para impedir que la semilla del castellanismo comunero germinara. No lo consiguieron, y no sólo la semilla germinó, sino que estamos en una etapa avanzada de gestación del proyecto. Seguirán intentando liquidarlo, pero ya es imposible, si sabemos hacerlo bien, tal cual es nuestra obligación.

La fortaleza del movimiento comunero del siglo XXI es estar, seguir estando, al servicio de los movimientos sociales, de los movimientos políticos del cambio. No ambicionamos tener cargos institucionales. Tenemos una ambición mucho más importante y global: queremos el cambio de Régimen y lo conseguiremos.

Servimos al Pueblo, no nos servimos del Pueblo para vivir de la política.

Venceremos. En 2021, República Comunera. En 2018, que no es 2016, durante sus 12 meses, durante sus 365 días, reflexionaremos, lucharemos y nos organizaremos para conseguir los objetivos que nuestro Pueblo necesita para su supervivencia.

Algunos datos sobre la situación socio-económica en el Estado Español:

  • La población en situación de pobreza severa ha pasado de 1,8 a 3 millones de personas en los últimos años.
  • La población con dificultades para llegar a fin de mes ha pasado de 11,9 a 16 millones.
  • La inversión pública desde 2009 a 2016 se redujo en un 60%.
  • Al cerrar 2016, la economía española había aumentado un 0.2% frente al año 2008. En ese periodo Alemania aumentó un 23%; Francia un 12%; Portugal un 3.5%; Italia un 3%; Reino Unido un 6.5 %; el conjunto de la eurozona un 11% y Estados Unidos un 26%.
  • El régimen fiscal en el Estado Español está al servicio de la mafia político-empresarial y condiciona, sin contar el fraude fiscal, que se dejen de ingresar 66 mil millones de euros al año.
  • La recaudación por el impuesto de sociedades es actualmente la mitad de lo recaudado antes de la crisis, a pesar de la recuperación de los beneficios empresariales.
  • La deuda pública supera el billón de euros.
  • 30.000 millones de los presupuestos generales del Estado se dedican, como media, a pagar los intereses de la deuda a las entidades financieras.
  • El año 2018, se inicia con subidas en prácticamente todos los productos que configuran las necesidades básicas de las clases trabajadoras: transporte, energía, combustible, alimentación, intereses bancarios, Internet, alimentos, vivienda…

Izquierda Castellana

Castilla, a 2 de enero de 2018


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