AVN •  Internacional •  31/12/2017

Con tres derrotas electorales y una división evidente la MUD finaliza 2017

En 2017 la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), coalición opositora al Gobierno revolucionario, demostró su capacidad destructiva, falta de liderazgo y división, luego de que su apuesta violenta para promover un cambio político en el país allanara el camino para su propia derrota en el terreno electoral.

Con tres derrotas electorales y una división evidente la MUD finaliza 2017

En 2017 la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), coalición opositora al Gobierno revolucionario, demostró su capacidad destructiva, falta de liderazgo y división, luego de que su apuesta violenta para promover un cambio político en el país allanara el camino para su propia derrota en el terreno electoral.

Luego del llamado a la paz hecho por el presidente Nicolás Maduro al convocar al Poder Originario el 1º de mayo para elegir una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) como espacio para resolver las diferencias políticas, 8 millones 89 mil 320 venezolanos concurrieron a votar el 30 de julio, momento a partir del cual en el seno de la alianza opositora, que de abril a julio usó la violencia sediciosa como expresión política, comenzó una fractura organizativa y política.

Para consolidar la democracia y paz de la República, el 12 de agosto la ANC solicitó adelantar las elecciones regionales, llamado que contó con el respaldo de más de 10 millones de electores quienes sufragaron el 15 de octubre para elegir a 23 gobernadores, entre los cuales 17 fueron del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y cinco del bloque opositor.

La desunión existente en la coalición se evidenció al no lograr consensos para ir con candidatos únicos en los estados, lo que dio paso a nuevas alianzas y exclusiones entre partidos, en el contexto de las diferencias entre los dirigentes nacionales del llamado G4, conformado por los partidos Primero Justicia, Acción Democrática, Voluntad Popular y Un Nuevo Tiempo, que decidían por encima del resto de los partidos que integran la MUD.

Posteriormente, el 26 de octubre, el órgano plenipotenciario aprobó convocar a elecciones municipales para el 10 de diciembre, en las que participó el 47,32% de los electores convocados para elegir a 335 alcaldes y al gobernador de Zulia, luego del desacato del gobernador de derecha electo en octubre, que se negó a juramentarse ante la ANC.

En un proceso en el que hubo más de nueve millones de votantes, los pequeños partidos opositores lograron llegar a 27 alcaldías del país, frente a las más de 300 conquistadas por el Psuv.

El resultado de estos comicios cambió la correlación de fuerzas en el seno de la oposición política, ampliando la brecha entre partidos extremistas —reacios a participar en el proceso comicial— y organizaciones menores, condición que se suma a tres derrotas electorales.

Ante el devenir de la coalición opositora, su ex secretario general Jesús Torrealba señaló que «la MUD fue licuada desde adentro».

De igual modo, el presidente del partido Avanzada Progresista, Henri Falcón, expresó que dicha alianza «cumplió su ciclo de vida histórica en la política”.

Foto: Pedro Mattey / Archivo


Mesa de la Unidad Democrática (MUD) /