Redacción •  Internacional •  18/12/2019

Denuncian que las radios comunitarias en Bolivia son «acalladas, hostigadas y perseguidas» desde el golpe de Estado

  • Periodistas y comunicadores denuncian  el cerco mediático en Bolivia instaurado por los autoridades de facto que acuñan el golpe de Estado: 53 radios comunitarias suspenden informativos.
  • Rodolfo Machaca, dirigente del movimiento campesino, informó de que el sector realiza el levantamiento de datos sobre las emisoras “acalladas”, destrozadas, saqueadas o resguardadas para cuidar sus equipos.
  • En Bolivia, la Ley de Telecomunicaciones establece que el Estado tendrá 33% de las frecuencias; los pueblos indígenas, el 17%; y los movimientos sociales o sindicatos, el otro 17%. El sector privado tiene 33%, cuando antes del Gobierno del MAS acaparaba el 90%.
Denuncian que las radios comunitarias en Bolivia son «acalladas, hostigadas y perseguidas» desde el golpe de Estado

De acuerdo con Pao Aly, quien asegura servir de altavoz para su pueblo, en Bolivia hay 53 radios administradas por comunidades originarias y organizaciones sociales y ninguna transmite espacios informativos.

Algunas de ellas fueron destrozadas por policías, militares y personas afines a al gobierno de facto durante los conflictos que vivió el país entre octubre y noviembre pasados.

Desde entonces, ninguna transmite informativos, algunas solo música y otras cortaron toda transmisión, aseguró Rodolfo Machaca, dirigente del movimiento campesino que viajó a Buenos Aires estos días para encontrarse con Evo Morales. Machaca ha declarado en una entrevista concidida ayer a Notas de periodismo popular que la dictadura de Jeanine Añez sigue violando los Derechos Humanos, persiguiendo a la población y entregando los recursos naturales del país a las multinacionales.

En referencia al papel de medios de comunicación, el dirigente campesino declaró en esa entrevista que esta censura «ha sido planificada muy bien, con mucha estrategia, para que los canales de televisión y las radios tradicionales no difundan nada», y que «algunas radios han sido acalladas, aunque otras están volviendo a funcionar pero siguen siendo hostigadas y perseguidas».

Machaca, explicó también al diario La Razón que el sector realiza el levantamiento de datos sobre las emisoras acalladas, destrozadas, saqueadas o resguardadas para cuidar sus equipos: “Tenemos el reporte preliminar de que en Santa Cruz la radio de la Federación Única de Campesinos fue saqueada, igual que la de los interculturales. En La Paz destrozaron la radio de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia y trataron de tomar la radio Bartolina Sisa. En Cochabamba quemaron la radio de los cocaleros y hay otras más en provincias”.

En ese contexto, el gobierno de facto presentó un proyecto de decreto denominado ‘La recuperación de la libertad de expresión en Bolivia’, el cual establece en uno de sus artículos la asignación o reasignación de ‘las radios de los pueblos originarios en el marco de la inclusión social para ampliar el derecho del acceso a la información’.

Desde el ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB), Juan Carlos Huarachi expresó su preocupación al respecto y resaltó que estas radios informan asuntos sectoriales y regionales. “Al ser un Gobierno de transición no puede tocar normas porque no le corresponde, ellos solo deben convocar a elecciones. No pueden instruir que las radios dejen de funcionar”.

Evo Morales, presentó el 6 de agosto de 2006 una red de emisoras de radio comunitarias denominada ‘Radio Patria Nueva’, un sistema que enlazaría 30 emisoras de distintas zonas del país.

Entonces el líder indígena aseguró que ese sistema nacía en el contexto de los cambios históricos de este país con la refundación de la Patria a través de la Asamblea Constituyente y también en la refundación de los medios de comunicación del Estado.

El pasado 10 de noviembre, altos mandos militares y de la policía obligaron a Evo Morales a renunciar al cargo y el día 12, la senadora de oposición Jeanine Añez en una sesión extraordinaria que no contó con el quórum requerido, se declaró presidenta interina de Bolivia.

Una treintena de muertos, decenas de heridos, cambios en las relaciones internacionales, nombramiento a la carrera de nuevos ministros, persecución a seguidores de Evo y funcionarios de su gobierno, ha sido la tónica de estos días calificados de pesadilla por muchos bolivianos.

A lo que se suman taques a la prensa, persecución política contra periodistas, suspensión de la señal a televisoras extranjeras, censuras a caricaturistas, y hasta amenazas a los comunicadores con enjuiciarlos por sedición, son hechos cotidianos en el país sudamericano.

Por el momento, de acuerdo con analistas, para conocer la verdad de lo ocurrido en Bolivia es mejor recurrir a las redes sociales y a los medios extranjeros y alternativos, que a los propios diarios nacionales.

* Con información de PL, Notas de periodsmo popular y La Razón.


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