Resumen Latinoamericano •  Internacional •  02/08/2017

“El voto de más de 8 millones de venezolanos dice que las clases populares no quieren retroceder”

Geraldina Colotti es periodista de Il Manifesto y viajó a Caracas para cubrir la votación del 30J y allí se encontró con la realidad de que sus notas chocaban no solo con el discurso único sino que también cierta prensa que se manifiesta como progre frente a otros temas no coincidía con su enfoque. Las notas de Colotti han sido sí publicada por Resumen Latinoamericano y por L’Antidiplomático, portal italiano independiente. Estos últimos realizaron con ella la siguiente entrevista que reproducimos a continuación.

“El voto de más de 8 millones de venezolanos dice que las clases populares no quieren retroceder”
Cómo lee el voto histórico para la Asamblea Constituyente?

Un resultado histórico, de hecho, los más de 8 millones que han votado
por la ANC representan el 41,5% de los que tienen derecho al voto. En
las últimas elecciones las legislativas del 2015, la oposición ha
totalizado 7’771.076 votos, el chavismo 5’628.044. Las derechas,
entonces, han aumentado de poco, pero el chavismo ha perdido dos
millones de votos: debido a la abstención, en el pleno de una crisis
aguda por la guerra económica, por las colas, etc. El voto de hoy
indica que el chavismo, en un año y medio, ha recuperado 2’477.000
preferencias. Además, si miramos a la relación entre número de
habitantes y porcentaje de votos, si consideramos que el porcentaje

más alto de consenso obtenido por Chavez ha sido del 55%, con el
actual número de habitantes, el 41,5% de Maduro resulta el consenso
más alto obtenido por el chavismo. Un resultado histórico, de hecho,
que legitima la propuesta de relanzar el socialismo bolivariano: sin
descuentos, sino con un renovado entusiasmo. La Asamblea constituyente
es una especie de “reiniciar” del socialismo bolivariano, que no
quiere cambiar la computadora, sino limpiarla de la escoria para
hacerle funcionar más veloz.

Qué clima se respira?

Es necesario mirar con atención aquellos videos amatoriales que
muestran las peripecias implementadas en Táchira por grupos de
ciudadanos que debían ir a administrar las mesas electorales
amenazados por los “guarimberos”. Lo hacen como si estuvieran yendo a
la montaña a hacer la guerrilla, y en efecto estan también huyendo de
agresores armados de machete y dispuestos a quemarlos vivos para
impedirles votar. Una técnica informática de apoyo al voto, ha sido
desnudada y amenazada junto al resto del personal por un grupo armado
de pistola y machete que quería saber dónde se encontraban las
máquinas electorales para destruirlas. “Tendrán que matarme”, les ha
respondido la muchacha haciendo venir los cabellos de punta a la
dirigente del CNE que desde la otra parte del teléfono decía a todos
de no arriesgar. Pero en aquel gesto de dignidad había mucho más que
una máquina para el voto. Maduro lo ha resumido en estos términos
mandando un mensaje a Trump: “lo que el pueblo está dispuesto a hacer
por el voto lo sabrá hacer con las armas”. Es este el clima que se
respira aquí, sobretodo luego de las sanciones que Trump ha impuesto a
Maduro. El alma de esta “revolución” es la participación popular, la
democracia “participativa y protagónista” que es la base de la
avanzadísima Constitución del 1999. Sobre esto ha apostado Maduro para
relanzar los términos: para romper el asedio de los poderes fuertes y
para afrontar en el modo más apropiado a este “proceso” los problemas
que se han evidenciado en casi veinte años.

Entonces es ésta la razón profunda que está detrás de la Asamblea Constituyente?

Si con este intento se han desarrollado las elecciones para la
Asamblea Nacional Constituyente, que se está instalando en este
momento. Y que ha relanzado la posta para salir del ángulo, poniéndo
sobre el plato las grandes cuestiones económicas, políticas,
ambientales: planteadas por la visión de género que ha llevado a las
mujeres en todos los niveles del poder popular. Una de las candidatas
a la ANC es Rumi Quintero, histórica dirigente trans del Movimiento
LGBTI. Se presenta como portavoz de una organización popular que tiene
muy claros los términos de la instesección entre óptica de género y
lucha de clases. Se presenta para decir que no se trata de “un
sector”, sino de una visión del mundo que atraviesa todos los ámbitos
de la vida y que debe ser asumida en cada espacio social. La dimensión
de la libertad. El socialismo bolivariano se define “humanista”
gramsciano, sostiene de poner al centro el ser humano como ser social
y sexuado, capaz de entender la pluralidad de las diferencias sin
perder de vista la necesaria articulación en un proyecto colectivo. En
el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), fundado por Chavez en
el 2007, fluyen todas las corrientes del socialismo, del mutualismo al
leninismo, pasando por el aporte indígena y afrodescendiente, desde
Guaicaipuro al Negro primero, a la Teología de la Liberación. Para
algunos, un “caldero caribeño”, para otros un laboratorio que se
definirá en el concreto histórico, a la prueba por la lucha de clases
por como se presenta hoy, luego de la desaparición del campo
socialista en el perfil de un mundo multipolar.

Frente a las reacciones de las derechas y a la negativa de reconocer
la ANC por parte de la “comunidad internacional”, cómo reaccionará el
gobierno?

Estamos frente a un primer grande momento de redefinición. Y el
problema, en escencia, es siempre el mismo: la relación de fuerzas
entre las clases, la respuesta al ataque de la burguesía que debe
resolver con la guerra (en todas sus formas) la crisis estructural en
la que se debate el capitalismo. Se debe mirar a la cara la cuestión
del poder: en el sentido del “poder hacer”, desde la puesta en marcha
de un proyecto político alternativo que las clases dominantes quieren
impedir con todos los medios. Qué se hace en estos casos? Se pone la
otra mejilla y se deja que las derechas se lleven toda la torta?
Evidentemente no.

Hasta las consecuencias extremas?

El voto de más de 8 millones de venezolanos dice que las clases
populares no quieren retroceder, que quieren decir la suya sobre como
ir adelante, desconfiando hasta de los nuevos “bonzos” que se atacan a
los puestos. No se trata de “basismo” sino de redefinición del
consenso, que aquí se esta acostumbrado a actuar poniendo en escena un
constante “ágora”: pero con Guaicaipuro, Manuelita Saenz y Toussaint
Louverture. Y aquí se presenta un punto difícil de entender en una
Italia dispuesta a tragar todas las politiquerías de quien se incrusta
en el poder en nombre de la “democracia”, pero no el hecho de que
llegar a un cambio estructural es necesario asumir -con inteligencia y
consecuencia – el nudo de la relación entre legalidad y legitimidad
por como se reconfigura hoy y por como lo hemos heredado del “balance
distorsionado” del conflicto social y armado de los años 70 y 80. Se
necesitaría recordar la Italia de las masacres de estado, puestas a
cuidado del sistema cada vez que los sectores populares estaban al
ataque. Que cosa sucedería hoy en Italia de los Minniti y del
“equilibrio presupuestario” si se pusiera en marcha un proyecto de
transformación estructural?

Qué cosa sucedería?

Aunque en este caso, se puede mirar a Venezuela que dice “estamos en
una Revolución pacífica, pero también armada” para entender en el modo
justo los términos de la dignidad y de la organización de clase. Pero
hasta un cierto punto: porque en Venezuela tienen “la unión
cívico-militar” y un pueblo predispuesto a la autodefensa, nosotros
estamos en cero. Nosotros aceptamos hasta que los africanos barran las
calles gratuitamente para conquistar el “derecho” a
mendigar…Nosotros somos prisioneros del paradigma de la “víctima
merecedora”, del “reconocimiento” hacia el patrón, del “cerebro en
fuga” que babea por ser acogido en el salón bueno. Lamentablemente, la
reconstrucción de un bloqueo social anticapitalista debe poner en
consideración también un profundo camino de re-alfabetización respecto
a los fundamentos de la lucha de clase, al sentido de la elección, de
la responsabilidad, de la consecuencia entre el decir y el hacer, de
la solidaridad hasta cuando se debe pagar un precio, etc. De otra
forma, al máximo se apoya a Bergoglio de “techo, tierra, trabajo”.
Estas cosas llegan desde Venezuela, donde el “partido de los
suburbios” lo han hecho verdaderamente: con límites y riesgos, pasos
adelante y retrocesos, a su manera. Desde Venezuela llega un mensaje a
mirar a la cara la lucha de clases, fuera de los esquemas, pero
también sin miedo del Esquema, a 100 años de la Revolución Soviética.

Esta noche han sido arrestados Leopoldo López y Antonio Ledezma, que
se encontraban en arresto domiciliario luego de pesadas condenas por
violencia política y apelos al golpe….

Sí, el Tribunal Supremo de Justicia ha revocado el arresto
domiciliario. Ya en la noche, han circulado videos enviados por Lilian
Tintori, esposa de Leopoldo Lopez, que se encuentra en Miami con la
familia. El pueblo ha devuelto la confianza al presidente -no al
“dictador”- como dicen los grandes medios – para resolver los
problemas confrontando los proyectos y las ideas. El mandato es: no
queremos ser quemadas vivos mientras buscamos de resolverlos. Quien
quiera confrontarse -también la oposición- lo haga en la Asamblea
Constituyente (y muchos han ido a votar). De aquí la entrada en juego
de lo instituído contra los líderes de extrema derecha que, como
Leopoldo Lopez y Antonio Ledezma, estaban al arresto domiciliario como
gesto de buena fe, pero han continuado a hacer apelos al golpe y a
avalar al “gobierno paralelo” puesto en marcha desde Washington y los
países vasallos en el modelo sirio. Algunos años atrás, en Francia, el
militante de Action Directe Jean Marc Rouillan, que estaba en
semilibertad, había regresado a la cárcel luego de haber dado una
entrevista a un diario. Hace algunos años en Italia, a Bruno Seghetti,
después de decenios de cárcel especial, le ha sido revocada tres años
de semilibertad por haber participado al funeral de un compañero. La
democracia burguès se defiende: con las bombas, con la subversión de
las clases dominantes, con la tortura, y el 41 bis. Dobla las reglas y
distorsiona los conceptos cuando le conviene, escondiendo la agresión
detrás de oximorones feroces como “guerra humanitaria”, etc. Asesina a
Carlo Giuliani para hecerte entender el aire. Hace su trabajo, muestra
su verdadera naturaleza, no es necesario sorprenderse, no se necesita
lloriquear, en todo caso se trata de enmascarar la hipocresía porque a
esto sirve, como decía una vez, “a hacer crecer la conciencia de las
masas” y a organizarlas. Queremos recordar, por ejemplo, que antes de
la represión de Génova ha habido la de Nápoles? Y quién gobernaba
Nápoles en ese entonces? Quién ha votado las leyes especiales en los
años 70, quién ha hecho la “guerra humanitaria”, quiénes son los
Minniti de hoy? Esos mismos “legalitarios” que dan lecciones de
democracia al gobierno Maduro. Para nosotros, que “legalitarios” no
somos y que continuamos a considerar pertinente la oposición
revolucionaria aunque sin fetichismo de las formas, la cuestión va más
allá de la defensa del gobierno Maduro- aunque absolutamente necesaria
en este momento. Para los comunistas, se trata de defender un proyecto
que va en la dirección en la que miramos nosotros: diferenciando los
ámbitos de referencia y también la sobreposición no anunciadas entre
las situaciones en Italia, donde las fuerzas populares no gobiernan, y
aquella de Venezuela bolivariana. Ahora las derechas quieren ocupar el
Parlamento, encerrarse dentro para impedir que se instale la Asamblea
Nacional Constituyente. Las organizaciones del poder popular estan
pensando de impedirlo. Sobre todo, la amenaza de una intervención
armada guiada por la CIA.

Redacción de Antidiplomático

Traducción Gabriela Pereira

 


Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela /