Redacción •  Actualidad •  23/11/2021

Vuelve la campaña La Motosierra de Atila, para que los extremeños denuncien los árboles talados o podados en su ciudad

  • Tras el éxito del año pasado, Ecologistas en Acción pone en marcha de nuevo la actividad La Motosierra de Atila, dentro de la campaña “Cada Extremeñ@, un Árbol”, a través de la que los ciudadanos pueden denunciar casos de árboles talados o maltratados en su ciudad.
  • Afirman que cada vez es más habitual que se planten árboles solo en el centro de la ciudad o en zonas comerciales o turísticas, y que “cabría preguntarse por qué apenas se invierte en ponerlos en las calles de los barrios”.
  • Los árboles ayudan a moderar un clima con tanta variación como es el extremeño, rebajan la temperatura en verano, ayudan a eliminar los contaminantes urbanos como el de los coches, fijan el suelo y contribuyen a que sea más fértil, retienen la humedad y permiten su circulación.
Vuelve la campaña La Motosierra de Atila, para que los extremeños denuncien los árboles talados o podados en su ciudad
Otro año más, da comienzo La Motosierra de Atila, actividad con la que Ecologistas en Acción de Extremadura pretende llamar la atención de la sociedad y los organismos públicos sobre la tala, la poda abusiva y el maltrato a los árboles de las poblaciones extremeñas por parte de las Administraciones.
La organización ecologista considera que “es lamentable” el panorama que presenta el arbolado en la mayoría de las localidades de la región, en especial en las ciudades, “como si los árboles fueran un mero accesorio de la calle, poco más que una señal de tráfico”. Añaden que a esto hay que sumar “las talas indiscriminadas que están haciendo que nuestras ciudades cada vez tengan menos árboles, y menos variedades, porque, además, apenas se hacen nuevas plantaciones”. A menudo se talan grandes ejemplares, que han tardado años o incluso décadas en crecer, afirman que “en ocasiones se hace alegando prevención, cuando muchas de esas veces no suponen ningún problema en realidad”.

Ecologistas en Acción denuncia que “los árboles son tratados habitualmente como una parte más del mobiliario urbano, se dispone de ellos según venga en gana, como elemento decorativo”. Afirman  que cada vez es más habitual que se planten solo en el centro de la ciudad o en zonas comerciales o turísticas, o junto a carreteras para reducir la contaminación y que “cabría preguntarse por qué apenas se invierte en poner árboles en las calles de los barrios”. Asimismo, mantienen que las talas, que continúan año tras año, “dan lugar un paisaje urbano cada vez más triste y contribuyen a que la calle, que es el espacio de encuentro social, sea un sitio donde no apetece estar”. La organización ecologista cree que esto ocurre porque muchos Ayuntamientos no entienden que los árboles son seres vivos que nos proporcionan múltiples beneficios, además de embellecer, pues desempeñan una función esencial en el mantenimiento de un entorno urbano saludable: Ayudan a moderar un clima con tanta variación como es el extremeño y su sombra rebaja la sensación de calor en el verano, también ayudan a eliminar los contaminantes urbanos como el de los coches, fijan el suelo y contribuyen a que sea más fértil, retienen la humedad y permiten su circulación. Además son fuente de alimento y refugio de muchos animales que viven en la ciudad, sobre todo pájaros, sin los cuales aspectos tan importantes como el control de plagas o la polinización estarían seriamente comprometidos y tendrían serias repercusiones en nuestro entorno.

La asociación ecologista explica que los árboles son parte de nuestros pueblos y ciudades, pero que asistimos “a diario y casi sin inmutarnos” a graves agresiones al valioso patrimonio que suponen para nuestros municipios. Declaran que “es habitual que los servicios municipales encargados de su mantenimiento vean el arbolado como una mera fuente de problemas que demanda la inversión de horas de trabajo que creen innecesarias” por lo que “a menudo tienden a podarlos de forma excesiva, dejándolos a veces en poco más del tronco o directamente a talarlos, pese a que algunos llevan décadas y forman parte del paisaje y la memoria de los vecinos”. Apuntan que al no prestarles el cuidado que puedan requerir, muchos de ellos enferman y acaban siendo eliminados “y, en el mejor de los casos, sustituidos por un ejemplar joven, al igual que si se tratara de una una farola o una papelera”. A este respecto afirman que “este desconocimiento y desinterés” conduce a veces a que las especies elegidas para crecer en nuestras calles sean inadecuadas para los sitios en los que se colocan, produciendo con ello complicaciones cuando crecen. A su vez, los servicios de parques y jardines municipales “reciben habitualmente quejas de personas que también consideran los árboles como objetos y que prestan atención únicamente a las molestias que les puedan ocasionar, contribuyendo así a que sean podados o talados”.

Por otra parte, sostienen que “la premisa de adoquinar o alquitranar todo el espacio público, aunque no sean calles propiamente o se trate de zonas poco transitadas, impide que surja flora natural”. Y concretan: “No hay más que ver la variedad de plantas que brotan en cualquier zona que no se tape con cemento y que, lejos de molestar, supone un espacio diferente y valioso en la ciudad”. En ese sentido, hacen notar que los pueblos extremeños tienen muchos más árboles por km cuadrado que las ciudades, “pues son más conscientes de su importancia y están más cerca de los entornos naturales. No hace tanto tiempo que esto no era nada raro en la ciudad”.

Ecologistas en Acción quiere llamar la atención sobre el tipo de modelo urbanístico que estas prácticas denotan y critica esta forma de entender el espacio público “que, por urbanizar, entiende exclusivamente cubrir con cemento”. Para acabar, sentencia: “estas decisiones marcan el carácter y aspecto de la ciudad, al igual que otras tantas: cuántos bancos hay para sentarse, cuántas fuentes, cuántos parques y plazas, cuántos kilómetros de carril bici, cómo de anchas son las calles en los barrios, en qué zonas se invierte y en cuáles no, etc.”. Esto tiene que ver con “cómo se planifica el espacio urbano, y cómo queremos que sea nuestra ciudad, lo cual entronca con la vida que hacemos en ella”. Por ello invitan a actuar “ya que las ciudades no son espacios solo predefinidos, los ciudadanos si se organizan pueden exigir o hacer cambios”.

Por todo ello, Ecologistas en Acción lleva desarrollando durante años diferentes acciones y campañas orientadas a promover una “Nueva Cultura del Árbol Urbano”. Así, le ha dedicado varias ediciones en su campaña anual de concienciación Cada extremeñ@, un Árbol, con la que también realizan plantaciones, y este año se va a incorporar dentro de la propia campaña la actividad de participación ciudadana La Motosierra de Atila, que ya se realizó el año pasado. Con dicha actividad, Ecologistas en Acción de Extremadura anima a la ciudadanía a denunciar “los desmanes que ciertos ayuntamientos y organismos públicos provocan al arbolado urbano”. El año pasado, la iniciativa fue un éxito en la región y se recibió un gran número de avisos sobre el maltrato a los árboles desde todas partes de Extremadura, que después se hicieron públicas.

Los avisos de maltrato a los árboles se realizan mediante un correo electrónico a extremadura@ecologistasenaccion.org. Para ello, deberán enviar algunas fotografías que ilustren el caso y toda la información de la que puedan disponer para documentar lo ocurrido (la localidad y calle, situación y número de árboles afectados, especie si la saben, especificar si se trata de una mala poda o ha sido talado, si ha existido justificación técnica para ello, la persona o entidad causante del daño, etc.). También será deseable que se proporcione algún medio de contacto que permita, en los casos que se necesite, hacer consultas con las que ampliar la información. Las personas que deseen poner en conocimiento alguna de estas situaciones podrán hacerlo desde este momento y hasta el 31 de mayo de 2022.

A los casos recogidos se les dará difusión y las personas públicas o instituciones que los hayan causado quedarán nominadas a los Premios Atila 2022. Cuando acabe la campaña a los nominados que hayan provocado más daño al entorno natural  a nivel extremeño se les concederá, a modo de denuncia, el premio La Motosierra de Atila de Extremadura en el evento que Ecologistas en Acción celebra todos los años en la región con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente.


La Motosierra de Atila /