Redacción •  Actualidad •  23/03/2022

Por unos ríos vivos, con agua para la vida en Extremadura

  • Ecologistas en Acción de Extremadura ha celebrado el Día Mundial del Agua denunciando la grave situación de deterioro de los ríos de la región por la inhibición de las administraciones que deberían asegurar su conservación.
  • Períodos cada vez más acentuados de sequía, contaminación de las aguas, sobrexplotación con fines económicos y degradación generalizada de los ecosistemas fluviales son las principales amenazas que ponen en peligro la supervivencia de unos ríos vivos en Extremadura.
Por unos ríos vivos, con agua para la vida en Extremadura

Comunicado

Ecologistas en Acción de Extremadura ha celebrado el Día Mundial del Agua con una acción reivindicativa en Cáceres, donde miembros de esta asociación desplegaron una pancarta en la puerta de la sede de Confederación Hidrográfica del Tajo y en la Plaza Mayor de Cáceres, para posteriormente leer un manifiesto donde se pidió una gestión sostenible del agua en Extremadura.

Ecologistas en Acción de Extremadura quiere mostrar su rechazo a la situación de emergencia ambiental y sanitaria por la que atraviesan nuestros ríos. Los ecosistemas fluviales del Tajo se están convirtiendo en lugares alterados y sin vida debido a la deficiente calidad de sus aguas y a la falta de caudales suficientes.

A pesar de las obligaciones que imponen las legislaciones europeas, estatal y autonómicas, nuestros ríos agonizan y ya resulta inaceptable la inhibición de las administraciones que deberían asegurar su conservación. De una parte, las Confederaciones Hidrográficas del Tajo y Guadiana, responsables de la protección y gestión del dominio público hidráulico y de garantizar su buen estado. Por otro, la Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad, responsable de la depuración de las aguas residuales y de la regulación de los caudales que liberan los embalses. Estas administraciones siguen sin comprender el valor de los ecosistemas fluviales y las oportunidades y beneficios sociales, económicos y recreativos que podrían ofrecer a las localidades ribereñas.

En su dejación de funciones, estas administraciones no están contribuyendo a garantizar el derecho humano al agua, especialmente para la ciudadanía de la cuenca del Tajo.
La protección de las aguas superficiales y subterráneas y sus ecosistemas asociados son acciones esenciales para garantizar el cumplimiento de este derecho, ya que son imprescindibles para garantizar la disponibilidad de agua en la cantidad y calidad suficientes para las generaciones actuales y futuras, especialmente en escenarios de cambio climático.
Es inadmisible que el acuífero del Calerizo de Cáceres no esté reconocido como masa de agua subterránea por parte de la Confederación Hidrográfica del Tajo y, por tanto, que no esté sometido a la protección que le corresponde.

Es inadmisible que, por parte de Iberdrola, el pasado verano se hayan producido drásticos desembalses para obtener grandes beneficios del turbinaje, aprovechando la oportunidad de cobrar esa electricidad a precio de gas, todo ello con la complicidad de la Confederación Hidrográfica del Tajo, que no ha tomado ninguna medida de control al respecto.

Es inadmisible que los vertidos contaminados procedentes de las depuradoras del área metropolitana de Madrid conviertan al río Tajo en una cloaca a cielo abierto.

Es inadmisible que nuestros ríos continúen sin un régimen de caudales ecológicos, a pesar de las cinco sentencias de 2019 del Tribunal Supremo que obligan a la Confederación Hidrográfica del Tajo a establecer regímenes de caudales ecológicos con todos sus componentes en todas las masas de agua de la demarcación.

Es inadmisible la medida solicitada por ASAJA, UPA Y COAG, así como por Cooperativas Agroalimentarias, de reducir el caudal ecológico del río Guadiana para dedicar más agua al regadío. Un río que no corre hace meses por muchos puntos de su cauce.

Es inadmisible que continúen los trasvases intercuencas, que dejan al Tajo y sus ríos sin caudales suficientes. El Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico sigue empeñado en continuar trasvasando para abastecer una agricultura insostenible, desmesurada, tóxica e insolidaria que ya está causando enormes daños ecológicos también en la cuenca receptora, con el colapso ambiental del Mar Menor.

Y es inadmisible el deterioro y degradación generalizada de los ecosistemas fluviales. Ocupaciones del espacio ribereño, barreras transversales, alteraciones de los cauces, proliferación de especies exóticas… son elementos que no faltan en ninguno de nuestros ríos y que las administraciones tienen la obligación de revertir.

Ecologistas en Acción de Extremadura no se resigna a continuar en esta situación. Disfrutar de ríos en buen estado es un derecho ciudadano que exige a las administraciones competentes. Aún estamos a tiempo de conseguir que los ríos de la cuenca del Tajo sean ríos vivos y con agua para la vida, recuperando sus funciones ambientales, culturales y sociales.
¡Por unos ríos vivos, con agua para la vida!

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