Redacción •  Actualidad •  10/10/2022

Por Andalucía critica que la Junta anteponga “el dinero y los intereses de unos pocos a la imagen, el prestigio y la sociedad de Málaga”

  • La portavoz adjunta de la coalición progresista, Esperanza Gómez, a colación del rechazo hace unos días de una PNL al respecto del rascacielos proyectado en el Puerto de Málaga, insiste en “recapacitar sobre lo que es mejor para la ciudad, su imagen, su patrimonio y su gente, que es preservar lo que somos como mejor reclamo y diferenciación hacia el exterior”.
Por Andalucía critica que la Junta anteponga “el dinero y los intereses de unos pocos a la imagen, el prestigio y la sociedad de Málaga”

Según la presidenta de Más País Andalucía este proyecto supondrá un “tremendo impacto al valor patrimonial de los elementos más singulares y distintivos de la ciudad de Málaga, tanto presentes en el Puerto, sobre ‘la Farola’ por ejemplo, como en el entorno histórico del centro, siendo la Catedral y su propio perfil paisajístico las que se verán más afectadas para siempre”.

A juicio de Gómez “otros proyectos, mejor integrados, con desarrollos similares pero mucho menos impacto”, serían más convenientes dadas las características de la ciudad, “pero para el PP prima el pelotazo de unos cuántos, el mayor aprovechamiento económico de los promotores, y un modelo urbanístico de desarrollismo absolutamente desfasado que romperá toda la idiosincrasia de Málaga”. La capital malagueña, añade Esperanza Gómez, “no es Benidorm”.

Y es que la presidenta de Más País Andalucía, Esperanza Gómez, elevó una PNL a la Comisión de Turismo, Cultura y Deporte para que la Consejería homónima, en el ejercicio de sus competencias y al amparo de la Ley de Patrimonio Histórico, limite el impacto del proyecto para salvaguardar el valor histórico, urbanístico, paisajístico, cultural y antropológico, tanto del Puerto de Málaga como del entorno al que afecta el rascacielos.

Esa PNL fue rechazada en bloque por el PP, ante cuya actitud recuerda la portavoz adjunta de Por Andalucía,“el rechazo cerrado de colectivos sociales, asociaciones del sector, organismos de defensa del patrimonio, y un buen número de entidades representativas de la sociedad de Málaga”.

“Nadie quiere un mamotreto de 120 metros de altura, 38 plantas y 45.000 metros cuadrados destruyendo la personalidad única de una ciudad milenaria”, concluye.


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