Narciso Isa Conde •  Opinión •  26/07/2021

Alternativa a la nefasta privatización de la electricidad

La privatización del sector eléctrico impuesta por el Banco Mundial-BM y el Fondo Monetario Internacional-FMI, como componente fundamental de la estrategia neoliberal, ha tenido todas las características de un asalto del gran capital privado a la generación de energía y venta, y a sus sobre-ganancias; sin que en la mayoría de los casos el subsidio estatal haya disminuido, sin reducción de costos, sin disminuir la contaminación ambiental y sin erradicar apagones.

Así ha acontecido en nuestra República Dominicana y parece ser un patrón común en muchas partes del planeta, particularmente en los países del llamado Tercer Mundo.

 Previamente se había deteriorado el estatismo clientelista y corrupto en ese sector, modelo vigente durante 35 años después de la tiranía de Trujillo, que luego resurge parcialmente con los mismos vicios –y peores- en las   Empresas de Distribución de Electricidad (EDES), verificada la estafa de la corporación electrica española Unión Fenosa; generando así una combinación nefasta –afán de lucro privado y corrupción estatal- para nuestra sociedad.

 Alarma ahora que frente a ambos fracasos -obviando sus impactos negativos- el Gobierno PRM-Abinader, bajo control de las voraces elites capitalistas, se prepara para ampliar aún más la privatización de ese sector, a favor de los mismos grupos privados que han estafado al Estado; algo que se repite en muchas partes del mundo donde las clases gobernante-dominantes locales y élites capitalistas insaciables optan, ante el agravamiento de la crisis sistémica a consecuencia de la COVID 19, por endurecer las políticas neoliberales.

 Duras recetas globales, provocan duros impactos negativos planetarios que son abordados con el reforzamiento y ampliación de recetas anteriores aplicadas parcialmente, las cuales se extienden a las propias fuentes de energías y muy especialmente a la extracción minera.

A la crisis agravada por la estrategia neoliberal y profundizada por la pandemia, le agregan más neoliberalismo endurecido, sin importarle consecuencias a nivel de los pueblos y su entorno ambiental; y sin  limitar, por razones de imagen, disfraces apariencias, tácticas de contención de excesos y negocios, las posibilidades de control y explotación altamente lucrativa de las llamadas “fuentes de energía limpias”.

La responsabilidad de esa determinación aferrada al neoliberalismo, generalmente es asignada  a representantes del gran empresariado que no solo han asaltado el sistema eléctrico, sino también centros de decisiones ejecutivas del propio Estado e importantes cargos gubernamentales relacionados con la gestión del patrimonio público y natural de las Naciones

¿Cuáles son los graves problemas del sistema energético (mezclado con corrupción estatal) y cuáles sus causas y consecuencias bajo el esquema privatizador que dura ya varias décadas?

1-Las enormes ganancias de las empresas privadas (extranjeras y criollas), los leoninos contratos con las empresas generadoras, el tristemente famoso, la tolerancia estatal a la sobrevaluación del costo de energía en las empresas privadas, la distorsión del subsidios convertidos en regalos a la ineficiencia y a la especulación del sector privado, la autorización de compra de electricidad a los generadoras sin pasar por controles estatales.

2-La conversión de los apagones en un mecanismo de chantaje para el cobro privado al Estado, el bajo cobro a los grandes consumidores privados de energía (provocando la acumulación de enormes deudas no saldadas), la evasión de pago tolerada por el Estado a sus empresarios favoritos, las pérdidas crónicas en la distribución de energía a causas de la irresponsabilidad del sector público y privado…

3-Las violaciones a la ley concediéndole derecho a transmisión de electricidad a empresas privadas con fines especulativos…

4-El control de un área estratégica de la economía, estrechamente relacionada con la seguridad nacional y a la soberanía del páis, que a su vez se impone sobre gobiernos y Estados extremadamente debilitados.

  • ALTERNATIVA.

¿Qué hacer frente a quienes pretenden profundizar y generalizar la privatización de  ese sector estratégico para el desarrollo económico y social independiente del país?

Urge crear  conciencia nacional-popular en dirección a redefinir el sistema eléctrico como servicio público y el suministro de la energía eléctrica como un deber del Estado, a través de un nuevo modelo de propiedad, tecnología gestión y cooperación regional, que garantice el cese de los apagones, bajos costos producción, sanidad ambiental y precios accesibles a toda la sociedad.

Esto exige:

  • Desprivatizar el sector, recuperando las empresas públicas privatizadas y nacionalizando progresivamente los negocios relacionados con la generación de energía dentro del sistema y con las fuentes de energía bajo control transnacional.
  • Eliminar los contratos leoninos y obligar en el contexto de la recuperación de la propiedad pública a compensar al Estado y a la sociedad de las estafas de que han sido víctimas.
  • Erradicar el lucro, el beneficio, las ganancias privadas en el manejo de las empresas eléctricas.
  • Bajar los costos de operaciones, reducirlos aceleradamente mediante una reestructuración tecnológica y administrativa, lo que implica un esfuerzo persistente de carácter social en favor de fuentes alternas de energía que no dañen el ambiente.
  • Integrar vertical y horizontalmente todas las vertientes del sistema (generación, transmisión, distribución y cobro) en un gran consorcio público democráticamente controlado,  poniéndole fin al fraccionamiento empresarial impuesta por el Banco Mundial.
  • Crear un nuevo modelo de gestión, que preservando el carácter público y social del sector impida toda práctica clientelista y toda corrupción en su sistema de administración; incorporando la contabilidad abierta, la administración por concurso y la cogestión entre el Estado, los trabajadores y la ciudadanía, así como formas de autogestión.

23/07/2021, Santo Domingo, RD


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