África y nuestra América frente al saqueo imperial
A cada cerdo gordo le llega su San Martín.
Es el caso del imperialismo occidental, racista, brutalmente saqueador y neocolonial.
Una parte de África, rica en oro, diamante, uranio… con pueblos dramáticamente empobrecidos, les ha dicho a las potencias imperialistas europeas y norteamericanas: alto ahí, no más abusos, tenemos otras posibilidades y ofertas, ustedes no están solos, ni controlando todo, en el sistema de Estado de este mundo multipolar.
Cierto que todos los Estados están operando dentro de la lógica de la economía-mundo del gran capital. Pero con modalidades distintas y en el marco de una intensa competencia por la supremacía a escala mundial, en las que EU y la UE transitan por una decadencia progresiva, afectadas además por recurrentes y diversas crisis político-sociales.
Estamos ante nuevas oportunidades y nuevos desafíos.
La superación del miedo a las crueles potencias neocoloniales nuevas rutas de libertad y autodeterminación.
Las rebeldías de los pueblos de una parte de sus naciones y de no pocos pueblos de sus periferias dependientes se repiten y se expanden.
En África, Níger rompió cadenas neocoloniales recientemente.
Burkina Faso, Malí y Guinea la respaldaron, después de haber hecho lo mismo anticipadamente.
Sudáfrica, desde la victoria de Mandela, aún con sus altibajos, dejó atrás la sumisión al Norte opresor.
En fin, en África avanza una ola pro nueva independencia parecida a las latino-caribeñas de las últimas décadas.
Miren lo que le dice al mundo la Coordinación Estatal Contra la OTAN y las Bases (CECOB):
“Las cosas están cambiando rápidamente en África Occidental y las repercusiones se sentirán en todo el continente y en buena parte del planeta. El corazón de las tinieblas ha decidido latir por sí y para sí. Níger, es el cuarto país del Sahel con un golpe de Estado anti-occidental. El levantamiento militar ocurrido en Níger el pasado 26 de julio sigue la estela de otros similares ocurridos en (agosto 2020 y mayo 2021), Burkina Faso (enero y septiembre de 2022) y Guinea (septiembre de 2021).”
“Estos golpes de estado, a diferencia de los que ocurren con frecuencia en éstos y otros países africanos que sirven para intensificar el saqueo neocolonial o deponer a líderes no lo suficientemente dóciles a sus intereses, han señalado a las potencias occidentales – sobre todo a Francia y EEUU – como responsables de la sangrienta presencia de grupos islamistas y del pillaje de sus recursos”.
Y esto… “acontece después de siglos de colonialismo, de esclavitud, de saqueo de las materias primas de un país inmensamente rico, de miseria de su pueblo, de asesinato de líderes antiimperialistas, de gobiernos títeres y de ocupación militar.” (CECOB /REBELIÓN, 11 de AGOSTO 2023)
Así las cosas, los recientes golpes militares africanos, a diferencia de los tradicionales golpes del pasado, se parecen en cierta medida a los encabezados en Nuestra América, en aquellos tiempos, por Torrijos, Velazco Alvarado, Torres y Chávez…
Tienen cierto parecido a procesos como la revolución democrática y guerra patria liderada en República Dominicana por los coroneles Fernández Domínguez y Francis Caamaño.
Militares jóvenes y talentosos desplazando regímenes ultra derechistas, condenando el dominio neocolonial y el saqueo imperialista, y dispuestos a enfrentar con las armas la invasión de las potencias occidentales; guardando –claro está- la debida distancias y particularidades históricas y culturales.
Ojo, pues, con la pérfida campaña que los presenta y estigmatiza como “golpes despóticos”, para erosionar la solidaridad mundial que merecen y la hermandad que necesitamos.
Algo de gran valor es que esta oleada de cambios en África Occidental confluye con las rebeldías latino-caribeñas de estos tiempos.
Pueblos abusados y naciones saqueadas de ambos continentes coinciden en el esfuerzo heroico de ejercicio de soberanía popular y autodeterminación nacional.
Las fibras comunes creadas en siglos de sufrimientos se potencian y hermanan en los nuevos combates por el pan, la alegría y la felicidad,
Este mundo cambiante se torna así más promisorio para los pueblos oprimidos del mundo y para el desarrollo de la unidad antiimperialista transcontinental.