Cornado Mina Non •  Opinión •  14/11/2021

El interminable ridículo de Venancio Salcines sobre la mina de Touro

Analizando el caso a fondo es fácil llegar a la conclusión de que alguien no tuvo su mejor día en el departamento de recursos humanos de la minera. Solo así puede entenderse que José Venancio Salcines Cristal, economista, empresario, exconcejal aficionado a los gastos de representación con dinero público, protorector, comentarista a dedo, conseguidor, vendedor de muebles -y a menudo también de humo- se esfuerce con la frecuencia que marcan los posibles de Atalaya Mining en liar su propia madeja sobre la mina de Touro.

El interminable ridículo de Venancio Salcines sobre la mina de Touro

Sin embargo, con frecuencia, su desatino verbal le extravía el camino y pierde el norte. Es así que el personaje dice ahora que la sociedad civil que rechaza la reapertura del proyecto y exige con la Ley en la mano que se ponga fin a los más de 30 años de ignominia y vergüenza pública derivada de la antigua explotación no quiere que se ponga fin al desastre ambiental que atraviesan decenas de kilómetros de cursos fluviales contaminados.

Pero la realidad, terca como es ella, se esfuerza en contradecir el discurso del conseguidor. Son décadas de denuncias, protestas, sanciones y un problema de salud pública contra el que las vecinas y vecinos de Touro y su comarca no han parado de alzar la voz. Porque además enclaves como el Lugar do Portaguzo, infierno en vida de la naturaleza gallega, son solo la punta del iceberg. En este sentido hay que que empezar a hablar de dragado a gran escala más que de depuración de cauces. Y mejor ni pensar en la situación actual de los acuíferos, cuya remediación a corto o medio plazo es prácticamente imposible.

Por otra parte están los datos científicos, las investigaciones que han venido demostrando desde hace más de 30 años y hasta la fecha que la contaminación de la cuenca del Ulla SÍ supone un peligro para Arousa, sus gentes y la actividad económica de la que dependen miles de familias. De ahí a pensar que la «pintura de los barcos» es la que provoca la contaminación de la ría media un mundo. El afamado oye pero no escucha, mira pero no ve. Es la ceguera del euro, que (casi) todo lo puede.

Por eso no sorpende que una empresa como Atalaya Mining, que en su proyecto andaluz de Riotinto acumula expedientes sancionadores, escándalos internos, altos niveles de siniestralidad laboral e incumplimientos en materia ambiental haya contado con los servicios de este ilustre opinador de la farándula que va del pino a la pasta del papel, de las mesas de comedor al pretendido elitismo. Como una vez dijo el mismísimo Groucho: «Partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de la miseria».


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