Carlos Martín •  Opinión •  12/02/2017

Podemos ser menos piramidales

Podemos ser menos piramidales
La imagen que acompaña me surgió tras la entrevista que Ana Pastor hizo recientemente en su programa El Objetivo a Iñigo Errejón quien describió al partido como una estructura demasiado piramidal que había que transversalizar. Esa peculiaridad para algunos para otros es una definición chirriante que no pasa desapercibida. Las estructuras piramidales en las organizaciones son demasiado aberrantes, así que me limitaré a no hacer agravios comparativos para no alarmar a nadie y ensuciar el mensaje. Aun así diré que ese tipo de estructura es incluso peor que la estructura verticalista que suele gustar tan poco a los que luchan y, solo por dar un dato, trata al conjunto de los integrantes que no ocupan el vértice como carne para la picadora.
 
Esta reflexión va dirigida como siempre a todo el público, pero en especial a esas personas de PODEMOS  y a las bases de las confluencias en plataformas políticas que todavía confían en un cambio social impulsado en una organización de estructura igualitaria de carácter social. Ni siquiera me centro en esos cinco millones de votantes que son la llave para todas las puertas. A tanto no asciende mi ambición comunicativa, de todas formas tampoco es que crea que tal número tenga que ver con la gente comprometida en el proyecto político, pero tampoco quiero restarles importancia. No obstante me importa llegar a los y las podemitas desprogramados del fanatismo. Una salvedad, no tengo el más mínimo interés de parecerme en nada a las típicas críticas que exhortan los partidos rivales o los medios de comunicación y aunque pueda compartir algunas de esas críticas me esforzaré en no asemejarme a ninguna. 
 
Es de sobra sabido que PODEMOS es enaltecido al mismo tiempo que vilipendiado por el escenario mediático al que han entrado como elefantes en una cacharrería. Es más ese enfoque piramidal va marcado por el pulso de las redes y las grandes cadenas informativas que casi eclipsan todo lo demás. Voy a reconocer que la aparición de este partido en la escena política ha logrado ciertos resultados. Es muy gracioso ver como ahora todos los partidos rancios se matan por hacer primarias y de cómo ha dado color al vetusto monocromo de la política. En contra hay que decir que sobran políticos en un país tan sobredimensionado en el funcionariado político. Han puesto patas arriba el bipartidismo, aunque no está muy claro que lo hayan dilapidado pues no hay evidencias suficientes que hagan pensar que estén contra el régimen del 78, sino que por diversos motivos son más bien una versión restaurada. Con todo y con eso se puede afirmar que el entusiasmo político les está llevando a buenos puertos institucionales, pero en el terreno social es todo lo contrario. No se aprecian garantías de querer transformar la sociedad, el afán prioritario es alcanzar el gobierno y todos los que estamos por un cambio más sustancial sabemos que eso no es lo mismo. Pero no vayamos tan allá, miremos los aspectos más cotidianos que son más reveladores. Se puede intuir a estas alturas que en su estrategia no está la labor conjunta con los movimientos sociales, lo digan hasta la saciedad en sus pulcros discursos. Salir en unas fotos con CCOO y UGT o en manifestaciones en realidad refuerza lo que afirmo porque justamente la calle no es una puesta en escena como lo pueda ser el parlamento. Pero si algo pone en relieve su desatención social es el escaso valor estratégico que PODEMOS confiere a sus círculos y a sus bases que prácticamente están vacías de contenido.
 
Cuando los dirigentes de PODEMOS dicen manar del 15M desde luego razones no les falta, pero precisamente no vienen de la esencia colectivista que tanto caracterizó ese movimiento, si no más de su etapa rupturista donde pesaban más los grupos de coordinación, consejos u otras nomenclaturas, que la propia asamblea que ya por entonces tendía a ser más de espectadores que un espacio de convergencia. Y aún con todas, esa etapa final que dio al traste el 15M era todavía más democrática puesto que al menos supo desarrollar nódulos desde donde impartir las propuestas políticas cosa que PODEMOS no ha hecho nada por desarrollarlas. Una cosa más, el carisma que brotaba en las asambleas del 15M no era ni por asomo el carisma mesiánico que hay en este partido y la distancia entre asamblearios y representados no estaba tan definida, lo que permitió un tipo de convivencia entre ambas.
 
Ahora pongamos la mirada en la asamblea nacional de Vistalegre 2 (V2). En primer lugar llamar asamblea cuando en origen no se es asambleario es una pretensión confusionista que no deja en buen lugar a los regidores. Llámese asamblea o congreso, da igual, no conozco a ninguna organización social que sea horizontal, transversal, sindicada o federada, cuya toma de decisión provenga de la directiva y pocas o ninguna desde la base. En el mejor de los casos V2 trazará las líneas a seguir de los proyectos presentados por sus líderes que confieren demasiada versatilidad a los cuadros dirigentes, pero al contrario alientan el reduccionismo hacia sus bases.
 
Cualquier metodología de congreso medianamente decente no permitiría tal exaltación del líder y cuidaría de dar protagonismo a las propuestas y ponencias vertebradas desde las bases, buscando mecanismos que garanticen el equilibrio. Con total certeza se impedirían los cauces directivos que atajan decisiones y pongan en riesgo el quórum. Ya para echar a andar la estructura directiva está el día de después cuando se asumen los distintos cauces y dinámicas del partido, así que no hay motivo que justifique la verticalidad. Tras alcanzar acuerdos tácticos y principales es en última instancia cuando se ven los cargos de gestión que desde luego deberían tener una durabilidad limitada y un poder acotado. Pero V2 no parece ser el vademécum de la horizontalidad. Hay una lucha sin igual por los puestos de poder. El liderazgo por el partido y el intenso dominio en el consejo ciudadano no deja entrever mucho más y bajo mi punto de vista ni siquiera existe una correlación objetiva en las tomas de decisión. En alguna ocasión hubo problemas en el sistema de escrutinio con los votos online, y que más da, si el escrutinio fuera de estricto rigor tampoco se garantizaría la democracia en un modelo en el que solo puedes ir a votar algo que como ya sabemos se ha pactado meses atrás en reuniones precongresuales.    
 
Cuando se dice aquello de que el fin justifica los medios, frase que en la actualidad se atribuye a Napoleón Bonaparte, es porque se incurre en una acción política de escasa ética, pero aplicado a PODEMOS el término se queda incluso desfasado ya que se dice mucho de los fines pero bien poco se sabe de los medios. A finales de 2013 y a puerta cerrada se creó sin fundamento el aparato del partido con un programa que ha ido modulando a merced de los acontecimientos. Fruto de los éxitos electorales se jactan de haber acertado estratégicamente y sin echar la vista atrás se sigue construyendo la casa por el tejado. A los casi tres años es cuando se paran a ver aspectos orgánicos del partido. En todo este transcurso… ¿no han tenido tiempo suficiente para dotar de entidad a los círculos?
 
Para mí son motivos suficientes para pensarme la naturaleza de esta empresa y si yo puedo verlo lo pueden ver los demás también. Es necesario que seamos un sujeto crítico para no pasar por cualquier aro, que prestemos atención en el trasfondo de las organizaciones pantalla para no ser mercadeados y pedir siempre ser parte activa y participativa de cualquier proceso, aunque luego decidas dormirte en los laureles. Estés donde estés no dejes que te manipulen. 

Opinión /