Jaime Martínez Porro •  Opinión •  11/07/2022

«Un nuevo comienzo» para la izquierda alemana

Tras el 8° Congreso de Érfurt Die LINKE. se enfrenta a muchas incertidumbres sobre su futuro, pero también ante la certeza de ser la única oposición de izquierdas en Alemania.

«Un nuevo comienzo» para la izquierda alemana

A finales de junio se celebró el 8° Congreso de Die LINKE. en Érfurt, en un momento en el que el partido pasa por unos momentos difíciles tanto electoralmente como internamente. La sensación tras acabar el Congreso fue de Neuanfang («Nuevo comienzo»). Es decir, cerrar una etapa complicada, para seguir construyendo una izquierda ecosocialista, anticapitalista y antimilitarista.

Janine Wissler, diputada en el Bundestag, y Martin Schirdewan, eurodiputado, son los nuevos coportavoces de Die LINKE. Dentro de la política de corrientes del partido, cada vez con límites más difusos y bajo las que cada vez menos militancia se etiqueta (un servidor entre ellos), se asume que Janine Wissler representa a la Izquierda Movimentista, un ala que se etiqueta como «ala izquierda» del partido. Por su parte, Martin Schirdewan entraría dentro del ala «reformista», muy volcada en lo institucional y la formación de Gobiernos de coalición.

Fuera de este dúo y de otras posiciones dentro de la dirección del partido se ha quedado la Izquierda Socialista, cuya principal representante ha sido tradicionalmente Sahra Wagenkneht (aún diputada en el Bundestag), un ala históricamente anclada en el sindicalismo, pero más conservadora en aspectos como la política migratoria o el ecologismo. En ese sentido, expresaban su descontento con «el rumbo del partido», apenas apagadas las luces del salón de actos en el que se celebraba el Congreso.

Y es que en Die LINKE. uno de los mayores problemas es la falta de discurso unívoco, fundamentalmente debido al individualismo con el que actúan algunos cargos públicos, incluida la propia Sahra Wagenknecht. Es una actitud que no es ni exclusiva de Die LINKE. ni nueva. Ya Alvaro Cunhal, histórico Secreatio del Partido Comunista Portugués, decía en Un Partido con las paredes de cristal: «No es raro tampoco el caso de camaradas que consideran buena opinión del colectivo cuando coincide con la suya propia, pero ya la consideran discutible y de menor obligatoriedad cuando la contraría o se le opone», cuando «la libertad de pensar y de actuar presupone la apropiación y asimilación de elementos de juicio, y ello presupone a su vez la aceptación de la información y de la opinión colectivas como inseparables de la libertad». Esa falta de unidad de discurso y el individualismo han lastrado pesadamente a Die LINKE. en los últimos años.

De poner orden se tiene que encargar Tobias Bank, quien fue elegido como Secretario de Organización de Die LINKE. y que, en sus propias palabras, «no se encasilla en ninguna corriente». Bank realizó su primera visita a Leipzig, al diputado Sören Pellmann, que también se había presentado a la portavocía del partido, apoyado por la Izquierda Socialista. El tuit de Die LINKE. sobre esa visita es muy descriptivo del nuevo tipo de política de organización que quiere adoptar Bank: «Hablar con los demás, no por encima de los demás. Eso es lo que se ha propuesto nuestro Secretario de Organización, Tobias Bank. Ayer fue a Leipzig para hablar con @LINKEPELLI (Sören Pellmann) y para decirle que quiere que Sören siga desempeñando un papel activo en el partido».

Si Bank consigue la tarea de unificar al partido y a sus 60.000 militantes, Die LINKE. tiene un futuro más halagüeño por delante, tras un año de desastre electoral tras desastre electoral. Si entendemos que los partidos tienen que ser en su estructura interna representaciones de la sociedad que se quiere construir, desde luego hasta ahora Die LINKE. daba el aspecto del famoso «Duelo a garrotazos» de Goya. Cambiar esta lógica es un buen cimiento interno sobre el que apoyar las resoluciones y documentos aprobados en el Congreso de Érfurt.

En ese sentido, dos documentos presentados por la dirección fueron aprobados: «El bien común frente al lucro. Justicia climática frente al gasto militar» y «Deterner las guerras y el rearme. Pasos hacia el desarme ya. Por un nuevo orden de paz y solidaridad internacional». El primero pone el acento en la indisolubilidad de las políticas sociales de las políticas climáticas como elemento de lucha contra el capitalismo. En la actual crisis, de nuevo son las grandes empresas y las grandes fortunas las que más se están lucrando. Ante eso, un tope a los beneficios y un impuesto a las grandes fortunas como mecanismo de protección a las familias más vulnerables, así como para transformar la industria y la agricultura, y desarrollar planes de trabajo con especial participación de los municipios para vertebrar el territorio, todo ello además con el objetivo de cumplir con la neutralidad climática en 2035.

El segundo, un documento que fue debatido mucho más duramente y aprobado con menos margen, partía de una posición que trataba de equilibrar las diferentes posiciones dentro del partido. Se condena en primer lugar y de forma preminente la invasión de Ucrania por parte de Rusia, se defiende la no exportación de armas, se aceptan las sanciones contra «el aparato de poder de Putin», se condena la rusofobia creciente, el rearm y el aumento del gasto militar y, finalmente, se condena la política otanista de expansión hacia el Este, así como el significado de la propia OTAN y sus guerras imperialistas.

Finalmente, otro de los documentos fundamentales aprobados (asumido por el Congreso) fue «Renovar el consenso básico. Por una LINKE. feminista». En abril de este año saltó a los medios el #LinkeMeToo, que denunciaba casos de violencia de género dentro del Partido. En las denuncias, se puso también el foco sobre la re-elegida coportavoz, Janine Wissler, ya que su ex-pareja era uno de los implicados en estos casos. Sin embargo, nunca se ha podido demostrar que ella tuviera conocimiento de ello y Wissler siempre lo ha negado.

Sí dejo en evidencia carencias estructurales dentro de la organización para proteger a las mujeres que, dentro del partido, sufrían violencia de género. En ese sentido, ya la dirección saliente puso los primeros cimientos para reforzar las estructuras de protección a estas mujeres dentro de la organización y el Congreso de Érfurt aprobó el mencionado documento. En él, se aprueba la creación organismos compuestos por personas expertas ajenas a la organización para tratar los casos; una comisión mixta de expertas (de personas de la organización y externas) para la creación de protocolos contra la violencia de género en el partido; formación obligatoria para cargos institucionales y miembros de la dirección en materia de violencia de género, dentro de un largo catálogo de medidas.

Si el Congreso de Érfurt ha sido un «nuevo comienzo», se podrá ver en cómo se desarrolle tanto la acción externa como la vida interna del Partido. En los espacios militantes y también en la comunicación externa se repite la idea de que Die LINKE. sigue siendo necesaria. Frente a un gobierno socialdemócrata-verde-liberal, Die LINKE. se presenta como la única posición de izquierdas y anticapitalista, reforzando su discurso ecosocialista y pacifista, así como avanzando en posturas feministas. Pero todo esto se podrá desarrollar si el ruido de sables se calla y permite oír lo que Die LINKE. tenemos que transmitir a la sociedad y si toda la organización con todas sus individualidades (no individualismos) rema en la dirección de las resoluciones y documentos colectivamente debatidos y aprobados.

Jaime Martínez Porro (@iacbe), Die LINKE. Steglitz-Zehlendorf (@LINKE_SZ).


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