André Abeledo Fernández •  Opinión •  09/06/2020

Donald Trump un engendro engendrador de engendros.

Los pueblos de Occidente han permitido que se fortalezca el fascismo, una vez más se repite la historia, los pueblos que no la conocen están condenados a hacerlo, la crisis del capitalismo abre de nuevo las puertas al fascismo en Europa y América.

Recordemos que no hace tanto tiempo uno de los pueblos más cultos de Europa elegía como respuesta a una crisis del capitalismo a un fanático racista como su líder, ese país era Alemania y ese elegido era Adolf Hitler.

Trump se vendió a sí mismo como un antisistema del sistema, era la incertidumbre y ahora la certeza de que el racismo y el fascismo rompen siempre la convivencia y fracturan la sociedad para poder crecer de manos de la polarización de la sociedad a la que fagocita.

Donald Trump fue visto por muchos como un payaso inestable y imprevisible, pero está claro que millones de norteamericanos lo han vieron como una esperanza de cambio, un cambio necesario ante una situación insoportable.

Chomsky: «Trump es resultado del miedo y de una sociedad quebrada por el neoliberalismo».

Pero Donald Trump no da tanto miedo como los que lo apoyan, la Asociación Nacional del Rifle, los del Ku Klux Klan, los grupos armados de las milicias de extrema derecha, la América profunda es la que realmente me preocupa.

Trump es padrino de Bolsonaro en Brasil y del VOX de Abascal en el Estado español. Es un engendro engendrador de engendros.

Donald Trump y el ascenso del fascismo en Europa son una alarma, una muy urgente llamada de atención, debería servir como lección para la izquierda, o empezamos de una vez a hablar claro de la lucha de clases, o empezamos a poner en valor a la clase obrera, o lo hará el fascismo.

En los barrios obreros de Francia donde antes ganaba el Partido Comunista hoy lo hace el Frente Popular de Jean-Marie Le Pen, la ultraderecha avanza en Europa, recordemos que con el apoyo de la UE y de la administración de Obama un partido nazi tomó el poder en Ucrania mediante un golpe de Estado «blando», disfrazado de protesta social.

En China cuando te maldicen lo hacen con la siguiente frase, «Espero que vivas en tiempos interesantes», y estos desgraciadamente son tiempos interesantes, tiempos peligrosos, tiempos de descomposición del capitalismo, vivimos una crisis diferente a otras, una crisis sistémica que no tiene salida hacia adelante, solo hacia el siglo XIX, una crisis sin solución para los pueblos del mundo dentro del capitalismo.

Esta es una crisis sistémica y de valores agravada por la pandemia del COVID-19 y la crisis económica que nacerá en la pospandemia.

Trump esta enfrentándose ahora a las consecuencias internas de sus políticas que fomentan el odio racial y las desigualdades. Un estallido social previsible que tuvo como detonante un nuevo asesinato de un afroamericano por parte de la policía.

Pero el problema es mundial, la pandemia sanitaria del coronavirus y política del fascismo nos afecta a todos.

O la izquierda recupera la esencia y pone los pies en el suelo para llamar a las cosas por su nombre o viviremos tiempos de fascismo.


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