Alvaeno Alvaeno •  Opinión •  05/09/2018

El Imperio ataca

Según datos de ACNUR, unas 68 millones de personas se ven obligadas a huir de la violencia y las guerras en el mundo.

La pregunta es: ¿Cuáles son las causas de esta violencia y de estas guerras? Vamos a intentar analizar las razones por las que esto ocurre en diferentes países como Myanmar, Siria, Irak, Sudán del Sur, República Centroafricana, Yemen o Burundi.

¿Cuáles son los intereses que se esconden tras estos conflictos bélicos, y quiénes los auspician con el fin de lucrarse? ¿Son las grandes compañías mercantiles las que están detrás de todo esto? ¿Qué países occidentales se benefician con su intervención directa o indirecta?

Analicemos pues y vayamos a la raíz de todo conflicto armado, de toda guerra, y la historia nos habla de ello, nos cuenta que ninguna guerra se ha llevado a cabo por razones humanitarias, sino que tras toda guerra siempre ha habido, hay y habrá un interés común, la apropiación de las tierras y con ello de los recursos, el control económico y por tanto político es lo que se esconde tras toda guerra, aunque nos intenten vender otra cosa como lo han hecho, lo hacen y lo harán siempre intentando convecernos de que la guerra es necesaria, sobre en todo en países en los que no hay democracia, así tenemos frases que pretenden “dulcificar”, de algún modo, una invasión, un ataque, o un genocidio en nombre de la “democracia”, en nombre de la libertad, y de los derechos humanos.

¿Qué democracia, qué libertad, qué derechos humanos se respetan ante la agresión bélica hacia cualquier país soberano? Creo que ninguna democracia, ninguna libertad y ningún derecho humano se respeta en la guerra.

Las víctimas, como siempre, son los inocentes, los millones de desplazados, los millones de parias, los millones de niños, los millones de seres humanos a los que se les arrebata no solo sus tierras, sus casas…, sino el derecho inalienable a tener una vida digna, un lugar en el que vivir en paz, un lugar en el que ser personas dignas. Pero cualquier guerra les arrebata todo, incluso la vida.

La maquinaria bélica es insensible, carece de escrúpulos, es atroz y destructiva, mata, perversamente, mata, y ¿con qué finalidad?

¿Cuáles son los países productores de armas? Los que el Imperio protege con su OTAN, con su ONU, y con todas esas organizaciones que no son otra cosa que los peones, que los servicios de limpieza tras los ataques, la intendencia de la guerra bien ejecutada y bien estructurada. La primera industria en el mundo que genera más beneficios es el narcotráfico, la segunda la armamentista, la tercera la petrolífera, la cuarta la del coltán, aunque el orden podría alterarse, como se dice el orden del factor no altera el producto, aquí no importa cuál es la primera o la última, lo que sí importa es que estén en el orden que estén el resultado será siempre el mismo, como es el caso que nos ocupa.

Lo que sí sabemos o deberíamos saber es que lo que hay detrás de todas esas industrias agresivas, destructoras y voraces, no es otra cosa que el beneficio económico, el beneficio político del poder, del control sobre la masa, sobre el grueso del pueblo, siendo estos últimos los perjudicados, los excluidos, los convertidos en parias porque en las mesas de los despachos de las grandes compañías se pacta con el diablo para invadir y arrasar cualquier país en el que haya algo que robar, algo de lo que apropiarse para venderlo después a los gentiles occidentales, que sin saberlo, en muchos casos, sustentan su bienestar, su calidad de vida, sobre la barbarie que suponen las guerras. Importándoles nada o casi nada que millones de seres humanos pierdan todo, incluso la vida, para que ellos sigan manteniendo sus “maravillosas” vidas.

¿Qué hay en los países citados que pueda interesar a los invasores, a los que desde fuera fomentan la violencia, crean grupos “rebeldes”, asesinos a sueldo, para más tarde, en nombre de la Paz y la Democracia, se otorguen el privilegio, primero de invadir y luego de explotar los recursos que han sido, son y serán, el principal motivo de la invasión, de la guerra, del genocidio, del exterminio? 

No seamos pánfilos o ingenuos, la guerra, la violencia, siempre lleva tras ella una intendencia, una organización, una hoja de ruta, un objetivo, y todos, en esa estructura sacan sus réditos, los que venden drogas, los que venden armas, los que venden petróleo, los que negocian con el coltán, los que negocian con las ayudas humanitarias, los que al fin y al cabo son el grueso de todo ataque bélico.

Es todo, es mi análisis, es mi opinión basada en datos, investigación y lectura, leer entre líneas siempre es tener una capacidad de crítica, de análisis, necesarios estos para comprender, para que no creer esas falacias con las que intentan hacernos creer que todo eso es necesario, que la guerra es necesaria, que la droga es necesaria, que el petróleo es necesario, que el coltán es necesario: crea la necesidad y tendrás a un montón de consumidores natos.

Siempre me hice estas preguntas que quizás no tengan nada que ver con el tema, o puede que sí, el lector tiene la palabra:

¿Qué sería, por ejemplo, de la caridad, para con la iglesia, si no existiera la pobreza? ¿Qué sería el mundo sin armas para la industria armamentista, qué sería de los millones de dólares que genera el narcotráfico, sin drogas, qué sería de un mundo sin móviles para la industria del coltán?

Podría hacerme muchas más preguntas, pero al fin las cosas están como están, y puede, y la historia lo corrobora, digo, y puede que no haya solución para nuestra civilización, puede, pero yo no quiero perder la esperanza, todavía hay seres humanos que tienen corazón, y no una caja fuerte en su caja torácica.

Yo todavía creo en la humanidad.

SALV-A-E los que van a morir te saludan.


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