Germán Gorraiz Lopéz •  Opinión •  02/10/2016

Obama, Putin y la nueva Geopolítica «Primus Inter Pares»

Asistiremos en esta década al finiquito de la Unipolaridad de Estados Unidos y de su papel de gendarme mundial y su sustitución por la nueva doctrina de la Multipolaridad o Geopolítica Primus Inter-Pares, formado por la Troika EEUU, China y Rusia o G-3,lo que supondrá el inicio de la desmembración del BRICS ( Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), colectivo económico que habrían intensificado su cooperación política para obtener acuerdos en comercio exterior y extraer concesiones políticas de los Países desarrollados, ( cooperación nuclear propuesta con la India y Brasil), y que tendrían el potencial de formar un bloque económico con un estatus mayor que del actual G-8 (se estima que en el horizonte del 2050 tendrían más del 40% de la población mundial y un PIB combinado de 34.951 Billones de $) , quedando de paso la UE , Japón, India y Brasil como convidados de piedra en el nuevo escenario geopolítico.

Riesgo de una nueva Crisis de los Misiles

El presidente estadounidense, Barack Obama inició su mandato aparcando el proyecto del Escudo de Misiles Antibalísticos (NDM) de su predecesor George H. Bush, convirtiendo así en un primer momento a Rusia en colaborador necesario en la salvaguarda de la paz y estabilidad mundiales. Para ello, procedió a la sustitución de la doctrina geopolítica del unilateralismo de Bush por la del Multilateralismo, rubricado con la Ratificación del Nuevo Tratado START II,firmado por Medvedev y Obama, en abril de 2010 y aprobado posteriormente por ambas cámaras del Parlamento ruso y por el Congreso y Senado estadounidense. Sin embargo, en septiembre de 2009 el presidente Obama ( siguiendo la recomendación del secretario de Defensa y de la Junta de Jefes de Estado) , aprobaba la implementación del nuevo sistema europeo de defensa anti-misiles,( European Phased Adaptative Approach (EPAA), que en realidad se trata de un escudo anti-misil global en el que los misiles interceptores emplazados en plataformas móviles pueden abatir blancos en un espacio común (a base de datos transmitidos por todos los radares y sistemas de reconocimiento opto-electrónico).

En un principio, Rusia y la OTAN acordaron cooperar en la creación del escudo anti-misiles para Europa en noviembre de 2010 en la Cumbre Bilateral de Lisboa, pues para Moscú era vital que la OTAN ofreciera garantías reales de que ese sistema no apuntaría a Rusia y disponer de un documento jurídicamente vinculante al respecto en el que plasme que los misiles interceptores emplazados en tierra serán alejados de la frontera de Rusia a la distancia de su radio de acción, (con lo que la OTAN no podría interceptar blancos sobre el territorio de Rusia sino tan sólo en el espacio aéreo de los países miembros de la Alianza Atlántica), pero la Administración Obama siguiendo la inercia mimética de la Administración Bush de ningunear a Rusia, ha rehusado hasta el momento ofrecer dichas garantías por escrito. Putin, por su parte, durante el encuentro con miembros de Club de Debates Valdái advirtió a EEUU “que el despliegue del sistema estadounidense de defensa antimisiles (DAM) en Europa podría complicar las relaciones entre Moscú y Washington”, por lo que dicho debate se habría convertido en un peligroso punto de fricción en las relaciones bilaterales EEUU-Rusia. Sin embargo, la dilación en el tiempo anunciada recientemente por EEUU para la culminación de dicho Sistema de Misiles podría desdramatizar el espinoso asunto a pesar de que EE.UU estaría inmerso en la última fase del despliegue de su sistema anti-misiles en Polonia con el consiguiente riesgo de reeditar la Crisis de los Misiles (Cuba, 1.962).

Obama, Putin y el avispero sirio

Tras el encuentro bilateral dentro del la Cumbre del G-8 que se desarrolló en Lough Erne (Irlanda del Norte), Putin y Obama escenificaron ante las cámaras la ceremonia del desencuentro debido al conflicto sirio, pues Putin bloqueó hasta el final de la Cumbre el acuerdo del G- 8 sobre una salida negociada al avispero sirio y anunció la continuación de la ayuda militar, logística y de asesoramiento al régimen de de Bachir el Asad, “el único representante legítimo de Siria”, según sus palabras. Por su parte, EUU ha establecido como condición que “Asad no puede jugar ningún papel en el futuro de su país y tiene que abandonar la presidencia”, algo a lo que se opone frontalmente Rusia, consciente de que jugaba con ventaja en este pulso diplomático con Obama ante la incapacidad de EE UU y sus aliados europeos de marcar la iniciativa en un nuevo conflicto en Oriente Próximo, por lo que aprovechó la gran oportunidad que se le presenta en el conflicto sirio de recuperar la influencia internacional que Rusia había perdido en los últimos años.

Así, la nueva geopolítica rusa en Oriente Próximo pasaría por un decidido apoyo al régimen sirio de Al-Assad y al régimen iraní en su contencioso nuclear con los EEUU con el objetivo de fijar su posición como colaborador ineludible en la búsqueda de un acuerdo internacional que se plasmaría en la Conferencia de Viena y que se englobaría en un escenario de solución global a los contenciosos existentes en Oriente Medio (Siria, Palestina, Irán). Por otra parte, el acuerdo de cooperación energética del 2010 entre Irak, Irán y Siria para la construcción del gaseoducto de South Pars a Homms que conectaría el Golfo Pérsico con el Mar Mediterráneo y con un coste estimado de 10.000 millones $, relativizarían la importancia estratégica de las vías energéticas turcas lo que aunado con que un posible bloqueo del estrecho de Ormuz por el que pasa un tercio del tráfico energético mundial podría agravar la recesión económica mundial y debilitar profundamente todo el sistema político internacional,explicaría la presencia de peones de EEUU como Qatar, Arabia Saudí y Turquía en el desesperado intento de defenestrar a Bacher Al-Asad.

Tras la intervención de la NATO en Libia, se habría producido un inusual coincidencia de China y Rusia en forma de veto en la ONU, con lo que podríamos asistir al nacimiento de una alianza ruso-china impulsada por Putin que tendría su plasmación con la aparición en el escenario geopolítico mundial de la Unión Euroasiática como alternativa económica y militar al bloque hegemónico occidental. Así, según la agencia Reuters, Rusia y China habrían sellado un estratosférico contrato petrolero que se convierte en uno de los mayores de la historia de la industria energética por el que la empresa rusa Rosneft, (la mayor petrolera del país), suministrará petróleo al gigante asiático durante 25 años por valor de 270.000 millones de dólares (unos 205.000 millones de euros), operación incluida en una más amplia política de diversificación de las ventas energéticas, teniendo a Rusia como actor principal y con la que se sentarían las bases económicas de la futura Unión Euro-Asiática.

El escenario postsoviético y el retorno de la Doctrina Brézhnev

Con respecto al escenario postsoviético, podríamos asistir al retorno de la Doctrina Brézhnev (también llamada doctrina de la soberanía limitada), doctrina que instauró que Rusia tiene derecho a intervenir (incluso militarmente) en asuntos internos de los países de su área de influencia ( el llamado patio trasero de Rusia). Para ello, conjugando hábilmente la ayuda a minorías étnicas rusas oprimidas, el chantaje energético, la amenaza nuclear disuasoria, la intervención militar quirúrgica, la desestabilización de gobiernos vecinos “non gratos” y el ahogamiento de la oposición política interna irá fagocitando a los países que conformaban el patio trasero del escenario soviético (Letonia, Estonia, Lituania, Georgia, Bielorrusia, Moldavia, Armenia, Azerbaiyán, Ucrania, Turkmenistán, Kazajistán y Kirguistán), con el objetivo inequívoco de gestar la Nueva Gran Rusia en el horizonte del 2020, fruto del atavismo de Pedro el Grande. Por su parte, Estados Unidos tiene hasta el próximo 11 de julio de 2014 para cerrar su base aérea instalada en Manás, el aeropuerto civil más importante a las afueras de la capital de Kirguistán, región rica en minerales y disputada por Rusia, EEUU y China. La decisión de cerrar la base, operativa desde finales de 2001 y que se utilizaba para enviar y recibir cargamento y transportar a las tropas norteamericanas a Afganistán, lo que unido al fracaso del gasoducto Nabucco, significará el fracaso de la estrategia de EEUU para impedir la reunificación del patio trasero de la extinta URSS, quedando Rusia en posición dominante tras firmar en el 2012 el contrato que le posibilita seguir utilizando su base aérea en Kirguistán hasta el 2028 y haberse finalmente inclinado Turkmenistán, Uzbekistán y Kazajistán por el proyecto ruso del gasoducto South Stream para abastecer a Europa y China, quedando Azerbaiyán como único aliado de EEUU en el espacio postsoviético.

Efectos colaterales de la nueva Guerra Fría en América Latina

El visionario Juan Bautista Alberdi, en un artículo publicado en el Comercio de Valparaíso en 1.850 se anticipa a la Historia al afirmar que “los Estados Unidos no pelean por glorias ni laureles; pelean por ventajas, buscan mercados y quieren espacio en el Sur. El principio político de los Estados Unidos es expansivo y conquistador”, con lo que se adelanta en casi un siglo a la teoría del palo y la zanahoria de Sherman Kent expuesta en su libro “Inteligencia Estratégica para la Política Mundial Norteamericana” publicado en 1949. Así, tras la era Obama, asistiremos a la aplicación de la «doble vía» kennedyana en su relación con los países de América Latina, ( el traspatio según John Kerry) ,procediendo a la entronización de la Doctrina Monroe (América para los americanos). Sherman Kent afirma en su libro : “No todas las guerras son convencionales pues pueden ser guerras económicas y en estas guerras no convencionales se trata de hacer dos cosas:debilitar la voluntad y la capacidad de resistencia del enemigo y fortalecer la propia voluntad y capacidad para vencer” y más adelante añade que “los instrumentos de la guerra económica consisten en “el palo y la zanahoria”:el bloqueo, la congelación de fondos,el boicot, el embargo y la lista negra por un lado; los subsidios, los empréstitos, los tratados bilaterales, el trueque y los convenios comerciales por otro”. Así, la estrategia de EE.UU. para América Latina conjugará la teoría kentiana del palo y la zanahoria para reconducir los pasos de los países latinoamericanos y lograr su ingreso en la Alianza del Pacífico con el retorno de la política del Big Stick o «Gran Garrote», (cuya autoría cabe atribuir al presidente de Estados Unidos Theodoro Roosevelt ), consistente en la implementación de “golpes virtuales o postmodernos“ en los países que no se plieguen a sus dictados, no dudando en sustituir a regímenes populistas-progresistas surgidos de las urnas (Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia) por regímenes militares presidencialistas, quedando Cuba y Colombia como portaaviones de Rusia y EEUU respectivamente.


Opinión /