La vida en el panel derecho de El Jardín de las Delicias •  03/07/2016

Sobre resultados electorales, oportunismo y unidad popular

 

Todavía estamos de resaca electoral, y es que a pesar de que a veces se pueda tener la sensación de que ha pasado un siglo desde las últimas elecciones, hace apenas una semana que tuvimos que votar en este país. Era una convocatoria atípica desde luego, y no sólo porque fuesen convocadas después de seis meses de infructuosas negociaciones para formar un gobierno, sino porque todas las encuestas pronosticaban que la coalición Unidos Podemos iba a dar puntilla al bipartidismo, relegando al PSOE a una tercera posición que hacía presagiar un futuro incierto a los socialistas españoles.

Pero el escrutinio llegó, y lejos de lo esperado, el socialismo resistió, a pesar de volver a cosechar el peor resultado de su historia en democracia. El gran vencedor fue el Partido Popular, al que no parecen haberle afectado los escándalos de corrupción ni los recortes, saliendo fortalecido en estas elecciones a costa del recambio ciudadanista que le tenía preparado el sistema por si caía. Unidos Podemos, no sólo no llegó a acercarse a las expectativas que le auguraban las encuestas, sino que lejos de ello, perdía más de un millón de votos con respecto a las elecciones anteriores, si sumábamos los apoyos recibidos por Podemos e Izquierda Unida en diciembre.

Desde que se supo lo que había pasado, y sin ni siquiera esperar a conocer los resultados definitivos, algunos cuadros políticos y caras reconocibles de ambas organizaciones que no habían estado de acuerdo con la convergencia, salieron a la palestra. Era el momento de ajustar cuentas, y si la política de unidad se había dado sin su consentimiento, ahora tocaba señalar a los culpables de la catástrofe. La cosa parecía clara. Uno más uno no había sumado dos, tal y como ellos habían advertido, y por eso había que retomar el rumbo perdido, volviendo Podemos a la transversalidad –que es la manera en que Errejón denomina al populismo electoralista de toda la vida-, e Izquierda Unida, a su cómoda marginalidad de apoyo al PSOE allí donde no obtengan mayoría absoluta.

Nunca he sido amigo de valorar resultados electorales en el momento, pues entiendo que hace falta perspectiva para evaluar algo tan complejo como unas elecciones. Cabían desde luego hacerse muchas preguntas: ¿Y si la suma de ambas organizaciones, en vez de restar, había parado en seco la caída libre que estaba viviendo Podemos desde enero?; ¿Qué papel había jugado la presión mediática del miedo al cambio?; ¿Y el Brexit?; ¿Y las calumnias sobre Venezuela, Irán o hasta Corea del Norte (sí, pues hasta Corea ha llegado a aparecer en campaña); ¿Habrían tenido algo que ver los virajes ideológicos de Pablo Iglesias, que lo mismo se define comunista que socialdemócrata según crea que convenga?,… en fin, demasiadas variables creo yo como para despachar de manera tan grosera un debate de este tipo.

Pero en realidad no se trataba de buscar explicaciones sino de oportunismo. La misma noche electoral, comprobé en primera persona a lo que algunos estaban dispuestos a llegar cuando, desde el escenario que la coalición había montado para que los candidatos comparecieran ante los medios en Sevilla, presencié cómo Sergio Pascual se dirigía al público lamentándose de los resultados “que en Sevilla habían cubierto las expectativas, pero no en Andalucía”, aprovechando así su turno de palabra para ajustarle las cuentas a la secretaria general de su partido en la región.

Miserias políticas aparte, creo que la explicación a los resultados cosechados demuestra que los españoles todavía no están listos para el cambio, aunque estoy seguro de que más temprano que tarde, la misma situación económica hará que superen sus miedos. No se puede tapar eternamente el sol con una mano, y teniendo en cuenta que esta crisis estafa, lejos de terminar, va a reproducirse nuevamente, es sólo cuestión de tiempo el que se den las condiciones objetivas para la ruptura. Eso desde luego no bastará, pues como ya advirtió un clásico, también es necesario que el hartazgo social sea conducido hacia buen puerto, y para ello es imprescindible que las fuerzas del cambio estemos preparadas.

Tanto Podemos como Izquierda Unida supieron ver que la convergencia era necesaria en este momento, y aunque la jugada parezca no haber salido como estaba prevista, entiendo que se hizo bien en concurrir juntos a las pasadas elecciones. Desde luego que eso ni bastaba ni era más que una solución urgente a una convocatoria electoral precipitada, pero como digo no creo que se hiciera mal, aunque deberíamos prepararnos mejor para lo que se avecina. Lo verdaderamente necesario ahora no es crear coaliciones meramente electorales, sino verdaderas alianzas de unidad popular, alianzas democráticas e interclasistas que frenen los ataques salvajes que nos van a llegar, cada vez con más fuerza, desde aquellos sectores económicos que han decidido que la crisis la van a pagar siempre los mismos. Estas alianzas deberían darse en la calle y en el Parlamento, con todas las organizaciones que estén dispuestas a dar la batalla por el cambio, y eso desde luego no será tarea fácil.

A los liquidacionistas de IU y de Podemos les une la convicción de no querer cambiar nada, pues detrás de toda la parafernalia rupturista de la que a veces hacen gala, en realidad se esconde la convicción de que es imposible el cambio real. Frente a ellos, los que desde dentro sabemos que este cambio no sólo es posible sino irremediable, deberemos organizarnos para que a las siguientes elecciones seamos capaces de llegar al poder, un poder que deberá apoyarse en una base social amplia y solida, construida día a día en las luchas contra los desahucios, por la defensa de la sanidad y la educación, por las pensiones y en definitiva por la dignidad de la gente.

La vigencia o no del acuerdo con Podemos dependerá de que en las luchas internas a las que van a enfrentarse estos, venzan los partidarios del cambio frente a los populistas. En todo caso, desde Izquierda Unida, creo que el camino ya queda más o menos claro, y pase lo que pase con Podemos, no debería desfallecerse en la estrategia por construir un amplio frente unitario que sea capaz de orientar el malestar hacia un cambio real en nuestro país. La lucha va a ser complicada desde luego, pero es lo que nos queda.


La vida en el panel derecho de El Jardín de las Delicias / 

Alejandro Sánchez

Profesor de secundaria e historiador. Actualmente es doctorando de la Universidad de Málaga en una tesis sobre los inicios del comunismo andaluz. Realizó sus estudios en las universidades de Sevilla, Toulouse II Le Mirail, Complutense de Madrid y Autónoma de Madrid. Ha trabajado desde hace años en el campo de la docencia. Es miembro de la Fundación de Investigaciones Marxistas y de los órganos locales del PCE e Izquierda Unida en Sevilla. Sus publicaciones han girado fundamentalmente hasta ahora en torno a estudios historiográficos, siendo autor de diversos artículos publicados en Chile y España. Su primer relato de ficción “La Catarsis de Clío”, fue seleccionado por la Latin Heritage Foundation para formar parte de un libro recopilatorio de “jóvenes promesas de la literatura hispanoamericana” (Hijos de la Pólvora. Antología de relatos hispanoamericanos, Latin Heritage Foundation,Washington, 2011.) El autor del blog ha presentado recientemente su primer libro “José Díaz, una vida en lucha”, biografía del dirigente obrero José Díaz Ramos que ha sido publicada por Almuzara y además, próximamente verá la luz su segunda monografía sobre un importante episodio represivo de la Andalucía franquista.

Alejandro Sánchez Moreno (Sevilla, 1982.)

Profesor de secundaria e historiador. Actualmente es doctorando de la Universidad de Málaga en una tesis sobre los inicios del comunismo andaluz. Realizó sus estudios en las universidades de Sevilla, Toulouse II Le Mirail, Complutense de Madrid y Autónoma de Madrid. Ha trabajado desde hace años en el campo de la docencia. Es miembro de la Fundación de Investigaciones Marxistas y de los órganos locales del PCE e Izquierda Unida en Sevilla.

Sus publicaciones han girado fundamentalmente hasta ahora en torno a estudios historiográficos, siendo autor de diversos artículos publicados en Chile y España.

Su primer relato de ficción “La Catarsis de Clío”, fue seleccionado por la Latin Heritage Foundation para formar parte de un libro recopilatorio de “jóvenes promesas de la literatura hispanoamericana” (Hijos de la Pólvora. Antología de relatos hispanoamericanos, Latin Heritage Foundation,Washington, 2011.)

El autor del blog ha presentado recientemente su primer libro “José Díaz, una vida en lucha”, biografía del dirigente obrero José Díaz Ramos que ha sido publicada por Almuzara y además, próximamente verá la luz su segunda monografía sobre un importante episodio represivo de la Andalucía franquista.