Redacción •  Vivienda •  25/11/2020

La asociación ARRE y la Plataforma de vecinas y vecinos en apoyo al asentamiento del Edificio de San Pío

La petición para el desalojo y cierre del edificio en ruinas del barrio de San Pío fue impulsada por la junta municipal, consecuencia de la moción que llevaron los vocales del PP y Vox, y que fue aprobada en el Pleno de la Junta Municipal de San Pío X, el pasado mes de junio.

La asociación ARRE y la Plataforma de vecinas y vecinos en apoyo al asentamiento del Edificio de San Pío

Comunicado

Ayer martes 24 de noviembre se produjo el desalojo de las personas que se refugiaban en el edificio en ruinas ubicado en San Pío X. Miembros de la Plataforma ciudadana de apoyo a este colectivo, junto con otras organizaciones y vecinos acudimos al edificio para intentar explicar a las autoridades la irresponsabilidad que suponía echarlos a la calle, sin alternativas ni recursos, en plena pandemia y con un toque de queda estricto de 23:00 a 6:00 horas.

El día anterior, a las 23:05 de la noche, nos llamaros los refugiados del edificio, contándonos que la policía estaba allí avisándoles de que al día siguiente se produciría el desalojo. Ninguna notificación oficial se comunica ni entrega a estas horas, claramente intimidatorias. Recordemos que el edificio carece de luz y que a esas horas nadie puede entrar ni salir del mismo.

Los policías, tanto locales como nacionales, nos comunicaron que no había una orden de desalojo, sino una invitación voluntaria a salir del edificio para proceder a las tareas de limpieza y acondicionamiento que determinaba la orden. Entraron varios policías al edificio, quedando el resto fuera para impedir el acceso, pues eran un grupo considerable. Con amenazas de multa por obstrucción a la justicia, y alegando hacerlo por nuestra seguridad, hicieron salir a todas las personas que se encontraban dentro. Formaron un cordón policial y no nos dejaron volver a entrar. Fue entonces cuando comenzaron a tapiar la entrada del edificio.

Unos pocos pudieron entrar a rescatar sus pertenencias, pero debieron hacerlo de uno en uno y acompañados de un policía en todo momento. Sometidos a la presión e intimidación del gran dispositivo policial, muchos tuvieron que abandonar sus cosas dentro, y otros encontraron al regresar el edificio ya tapiado, con sus escasas pertenencias en él. Pudimos presenciar escenas de completa impotencia y desesperación. Tenían muy poco y hasta ese poco se lo habían quitado.

Otra consecuencia de este cerramiento ha sido el aprisionamiento dentro de gatos que estaban al cuidado de las personas que fueron desalojadas, quedando encerrados sin agua ni comida. Se solicitó asistencia para rescatar a estos animales, pero la policía, alegando que este asunto no era de su competencia, se desentendió absolutamente.

Según los refugiados del edificio los agentes se han presentado repetidamente con amenazas de multas y con falsas promesas de ayuda por parte de los servicios sociales. También ese día los agentes dijeron que los servicios sociales se encontraban en la puerta para gestionar la reubicación de los desalojados. Todo mentiras. Los servicios sociales alegaban tiempo insuficiente y se limitaron a repartir sacos de dormir a las personas que estaban echando a la calle.

Gracias a la colaboración de dos trabajadoras de una ONG que gestionaron los trámites necesarios se consiguió alojar a 26 inmigrantes en el hotel Legazpi durante dos días, mientras se buscan alternativas. Alternativas de las que el Ayuntamiento y servicios sociales parecen desentenderse, pese a ser ellos los responsables reales de estas gestiones. Sin embargo, esto significa que fuera han quedado más de 24 personas. Entre estas personas abandonadas en la calle, ayer algunos han sido víctimas de actos de violencia callejera, llegando incluso a ser trasladados en ambulancia al hospital por las graves lesiones.

La petición para el desalojo y cierre del edificio en ruinas del barrio de San Pío fue impulsada por la junta municipal, consecuencia de la moción que llevaron los vocales del PP y Vox, y que fue aprobada en el Pleno de la Junta Municipal de San Pío X, el pasado mes de junio. El argumentario que la justificaba se apoyaba, como de costumbre, más en las mentiras y en el miedo irracional que en las pruebas y las soluciones reales para estas personas. Estamos hablando de seres humanos, no de molestias circunstanciales ni expedientes administrativos. Pero estos políticos parecen más preocupados por vaciar un edificio en ruinas que por dejar en la calle a medio centenar de personas, en tiempo de crisis sanitaria, que no tienen a donde ir por culpa de las obligaciones y compromisos incumplidos de la Administración.

Algunos medios de comunicación han hablado de “salida voluntaria” y de “enfrentamientos” entre policías y refugiados del edificio. Todo esto es falso: la salida fue impuesta coactivamente por la policía y los refugiados del edificio salieron engañados y sin mostrar resistencia, como puede apreciarse en las imágenes.


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