Prensa Latina •  Internacional •  17/12/2022

Dimiten dos ministros del nuevo gobierno peruano por las muertes en protestas

  • La renuncia de dos ministros por las muertes de participantes en protestas sociales agudizó hoy la crisis en Perú, mientras fracasó un intento del Parlamento de adelantar las elecciones como salida a la crisis.
Dimiten dos ministros del nuevo gobierno peruano por las muertes en protestas

Los ministros de Educación, Patricia Correa, y de Cultura, Jair Pérez, renunciaron a solo seis días de jurar sus cargos ante la presidenta Dina Boluarte.

Ambos lo hicieron al día siguiente que, al entrar en acción los militares contra las protestas, fueron abatidos ocho manifestantes en la región andina de Ayacucho, donde sin embargo hoy continuaron las manifestaciones de descontento y actos de violencia.

La renunciante Correa expresó en su carta de dimisión que Perú enfrenta una gran crisis política que demanda “convicciones democráticas, respeto al orden y a la vez la integridad física y la vida de cada ciudadano peruano que, lamentablemente, se han visto vulneradas en las últimas horas”.

Más breve fue la renuncia del hasta hoy titular de Educación, Jair Pérez, quien señaló: “Los lamentables sucesos acontecidos en el país tienen como saldo la irreparable pérdida de hermanos y hermanas y hacen insostenible mi permanencia en su gobierno», se puede leer en el documento dirigido a la presidenta Dina Boluarte.

Entretanto, en el Parlamento se presentó un proyecto de reforma constitucional tramsitoria para convocar elecciones adelantadas a realizarse en diciembre de 2023 y recortar los mandatos presidencial y parlamentarios previstos para terminar en julio de 2026, para que concluyan el 30 de abril de 2024.

El adelanto electoral es una de las principales demandas de las protestas, hoy en su noveno día, las cuales exigen además la libertad del expresidente Pedro Castillo -para quien un juez dictó ayer 18 meses de prisión preventiva- y una asamblea constituyente.

El proyecto solo recibió 49 votos sobre un total de 130 legisladores, 38 votos menos que los 87 (dos tercios) necesarios para la reforma y la mayoría de las bancadas votaron divididas.

Las bancadas progresistas exigían que se incluya en los comicios el tema de la asamblea constituyente, lo que fue rechazado por la mayoría de extrema derecha y centro-derecha, ante lo cual la legisladora Ruth Luque señaló que se necesita al menos un referendo para que la población decida si quiere o no una constituyente.

Al votarse el proyecto fracasado, los congresistas de izquierda se apostaron en el centro del hemiciclo con carteles de protesta y corearon lemas en demanda de una nueva constitución en reemplazo de la neoliberal vigente.

La presidenta Boluarte, por su parte, anunció que viajará a las regiones en conflicto para tratar sus demandas y pedirá el apoyo de las iglesias católica, cristiana y evangélica para instalar mesas de diálogo con el mismo fin de superar la crisis.


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