Javier Campos / Wikimedia •  Redacción •  Actualidad •  06/10/2019

IIDMA pide a Endesa que aclare el futuro de sus centrales de carbón

  • Endesa no ha anunciado el cierre de As Pontes, ni ha solicitado la autorización pertinente al Gobierno para su desmantelamiento. El “hecho relevante” comunicado a la CNMV el viernes 27 de septiembre sólo se refiere a la discontinuidad de la producción
  • IIDMA preguntó en la Junta de Accionistas de Endesa en abril de 2019 por los planes de futuro de la compañía respecto a As Pontes y Litoral, a lo que se respondió que “podrían estar abiertas más allá de 2030”.
  • La compañía debe aclarar los planes para ambas centrales, que deberían cerrar en todo caso antes de 2025 como fecha límite y garantizar que no se realizarán conversiones para producción de otras energías contaminantes.
  • Los cierres que tendrán lugar antes de junio de 2020 implican más de 5.100 MW de capacidad en carbón, es decir, un 52% de la capacidad instalada de carbón y un 5% de la capacidad total instalada en nuestro país*.
IIDMA pide a Endesa que aclare el futuro de sus centrales de carbón

El Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA) pide a Endesa, propietaria de 5 de las centrales térmicas de carbón españolas, que aclare sus planes de futuro para ellas. Esta solicitud se realiza tras las informaciones aparecidas en medios afirmando que la compañía planea cerrar las centrales de As Pontes y Litoral, a pesar de haber realizado las inversiones necesarias para ajustarse a la normativa europea de emisiones y seguir funcionando después de junio de 2020.

Sin embargo, Endesa no ha realizado ninguna comunicación sobre su intención de cerrar las centrales, ni ha anunciado una fecha de cierre. La compañía envió un hecho relevante a la CNMV el viernes 27 de septiembre donde anunciaba que su Consejo había aprobado “promover la discontinuidad de la producción de sus centrales térmicas de carbón en la Península”. IIDMA participó en la Junta de Accionistas de Endesa en abril de 2019 y realizó una pregunta acerca de los planes de futuro de la compañía respecto al carbón, a lo que se respondió que las centrales que habían realizado inversiones, Litoral y As Pontes, “podrían funcionar más allá de 2030”. En mayo, IIDMA acudió también a la Junta de Accionistas de Enel para preguntar acerca de esta posibilidad de funcionamiento más allá de 2030, a lo que la italiana dio una respuesta ambigua.

“La confirmación de los planes de cierre supondría un cambio de criterio radical de la compañía, que en abril afirmaba que Litoral y As Pontes podrían funcionar más allá de 2030. Endesa debe clarificar su ambigua posición y anunciar qué planes tiene para los próximos años respecto a sus centrales térmicas. Para garantizar una transición ecológica, las centrales no deben adaptarse a la producción de energía con otras fuentes contaminantes” afirma Carlota Ruiz, Abogada de IIDMA.

De las 5 centrales de Endesa, tanto Litoral como As Pontes han realizado las inversiones y adaptaciones necesarias para cumplir con los valores límite de emisión más estrictos previstos en la normativa europea. En el caso de las centrales de Teruel y Compostilla no se realizaron las inversiones, por lo que se solicitó su cierre a finales de 2018 y están esperando autorización del Ministerio para acometer un cierre ordenado y progresivo de cara a junio de 2020, fecha límite para que aquellas instalaciones incluidas en el PNT (Plan Nacional Transitorio) que no hayan realizado las adaptaciones necesarias cierren.

La referencia en la comunicación de Endesa a las centrales “de la Península” excluye de la comunicación a la central de Es Murterar en Islas Baleares, cuyos Grupos I y II cerrarán antes de enero de 2020. Se prevé que el resto de los grupos de la central (Grupos III y IV) cierren en 2025 dependiendo de la instalación y funcionamiento del segundo cable submarino previsto para la interconexión de las islas.

La compañía, además de no haber confirmado el cierre, tampoco ha presentado todavía las solicitudes necesarias para comenzar el proceso en As Pontes y Litoral. En todo caso, los desmantelamientos, según exige el Ministerio de Transición Ecológica, estarían condicionados a la presentación de un Plan de Transición para las centrales, que incluya una transición justa. Asimismo, uno de los requisitos para obtener este permiso sería una evaluación previa por parte de Red Eléctrica Española.

¿Cuál es la situación de las centrales de carbón que quedan en España?

IIDMA ha solicitado en diferentes ocasiones al Gobierno que incluya fechas concretas de cierre de todas las centrales térmicas que operan en España dentro del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), cuyo borrador final se publicará antes de finales de año, y de la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Para poder cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, todas las centrales de carbón en España deben cerrar a más tardar en 2025.

Naturgy e Iberdrola no han realizado ni tienen planes de realizar inversiones para la adaptación de sus centrales a los nuevos límites, por lo que se prevé el cierre de todas para antes de junio de 2020. Naturgy es propietaria de La Robla, Narcea y Meirama, además de Anllares, cuyo cierre ya ha sido autorizado y está proceso de desmantelamiento. Iberdrola, por su parte, es propietaria de las centrales de Lada y Velilla, cuyo cierre solicitaron ya en 2017 y también se prevé para junio de 2020. La central de Puente Nuevo, propiedad de Viesgo, se incluiría también entre las instalaciones que dejarán de funcionar en junio de 2020, al no haber realizado tampoco las adaptaciones necesarias. Los cierres que tendrán lugar antes de junio de 2020 implican más de 5.100 MW de capacidad en carbón, es decir, un 52% de la capacidad instalada de carbón y un 5% de la capacidad total instalada en nuestro país*.

EDP, por el contrario, sí ha acometido inversiones en las centrales de Soto de Ribera y Aboño (Grupo II), mientras que Viesgo lo ha hecho en Los Barrios, por lo que podrían permanecer funcionando más allá de junio de 2020. Si no se fija una fecha concreta de fin del carbón en un instrumento jurídico vinculante, se corre el riesgo de que estas centrales continúen funcionando más allá de 2025, algo incompatible con los objetivos del Acuerdo de París y contraproducente para la lucha contra el cambio climático.


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