Redacción •  Actualidad •  06/05/2021

Registradas alegaciones contra la declaración de bien de interés cultural de las monterías y las rehalas en Extremadura

Las monterías con rehalas no tienen un valor cualitativo para el pueblo extremeño, más bien tienen un valor cuantitativo para aquellos que las solicitan. Consideran que no se puede dar un valor proteccionista a una figura que no lo merece para la mayoría, solo por el mero hecho de que los interesados teman que desaparezca; tienen que tenerse en cuenta muchos otros factores de implantación social, cultural y territorial.

Registradas alegaciones contra la declaración de bien de interés cultural de las monterías y las rehalas en Extremadura

Desde Ecologistas Extremadura han registrado en el organismo correspondiente sus alegaciones al procedimiento de apertura del trámite administrativo para declarar las monterías y las rehalas como Bien de Interés Cultural de Extremadura. En dichas alegaciones manifiestan su absoluto rechazo y preocupación por las graves consecuencias que puede tener contra la imagen pública de los BIC, de Extremadura, el bienestar de los animales y el medio ambiente, esta declaración poniendo en entredicho el correcto empleo de los limitados recursos para proteger nuestros bienes culturales. En ellas se solicita que no se apruebe la declaración como Bien de Interés Cultural para “La montería y la Rehala en Extremadura”, entre otros por estos motivos por lo siguiente:

∙ Este tipo de caza es, a nivel histórico, relativamente nuevo en lo que respecta a la caza social, y no posee una fuerte implantación popular ya que es muy reciente su realización fuera de las clases altas. Por tanto, no pertenece a la tradición etnológica de todos los extremeños ni tiene un peso histórico en la cultura popular extremeña: hasta hace relativamente poco tiempo estaba reservada a las élites económicas y sociales exclusivamente. En la actualidad sigue pasando algo parecido: no existe una prohibición expresa para que el pueblo cace en esta modalidad cinegética, pero los costes económicos para participar en la mayoría de las monterías son prohibitivos. Por tanto, tienen un importante componente clasista.

∙ También la participación de mujeres en estas prácticas se limita casi exclusivamente la asistencia como acompañantes, y se puede considerar que están impregnadas de un sistema de valores machista. Tradicionalmente la mujer ni siquiera asistía, “era solo cosa de hombres”, si bien es cierto que actualmente algunas, muy pocas, participan en alguna montería.

∙ La declaración de BIC tiene grandes potencialidades para las comunidades, pues es la base de su identidad y representan sus raíces históricas y culturales. Las monterías y las rehalas se realizan en todas las comunidades autónomas de España, e incluso de parte de Europa, no siendo prácticas autóctonas de nuestra región, por tanto, no tienen valor identitario.

∙ Destacan que no es un valor a transmitir a generaciones venideras por lo que representa de maltrato y bestialidad hacia los animales. Cuando los niños acuden a este tipo de cacerías se le inicia en la cultura de la violencia, y no del respeto a los animales, se les muestra de forma cruenta los despieces de los animales abatidos, como se les extraen las vísceras y le sierran las cuernas. Esta desensibilización es absolutamente negativa en la formación y el desarrollo de los menores. Un ejemplo claro de ello en este sentido, el llamado rito de la “noviez” (hacerse novio) es el ritual más representativo y original de la montería y puede integrarse, al mismo tiempo, entre los expiatorios y los de iniciación. Es un rito de paso, de “ordenación”, que se celebra cuando se abate la primera res en una montería, ritualizando el tránsito desde la condición de simple cazador al estatus de montero. Mediante una dramaturgia específica se reproduce un juicio penal: el cazador cumple el rol de “acusado”, la res abatida es la prueba del “delito”, mientras que el “tribunal” lo componen monteros veteranos, que explican un “pliego de cargos” por el “asesinato” de un animal, conducente a una “sentencia” (siempre inculpatoria) y un “castigo”, que es ejecutado habitualmente por el grupo de rehaleros. La sanción decretada conlleva superar una serie de pruebas que pretenden demostrar la hombría del aprendiz de montero (impregnación con la sangre del animal, colocación de las vísceras en la cabeza del reo, corte de algunos mechones del cabello, embadurnamiento con huevos y harina, etc.), además del pago de una sanción que se concreta en la invitación a los asistentes y la propina a los podenqueros. Este ritual de iniciación puede reproducirse en cualquier modalidad de montería, pero su frecuencia es más alta en las monterías de sociedades deportivas de caza dado el mayor control del grupo sobre los monteros neófitos.

En conclusión, las monterías con rehalas no tienen un valor cualitativo para el pueblo extremeño, más bien tienen un valor cuantitativo para aquellos que las solicitan. Consideran que no se puede dar un valor proteccionista a una figura que no lo merece para la mayoría, solo por el mero hecho de que los interesados teman que desaparezca; tienen que tenerse en cuenta muchos otros factores de implantación social, cultural y territorial. Con el desarrollo del patrimonio inmaterial, en los últimos tiempos su valor de uso se puede inclinar hacia el mercantilismo, aprovechando la condición cultural para generar riqueza para los que hacen negocio.

Afirman que las justificaciones que incidan en la relevancia de las monterías como un bien patrimonial, sin duda, evidencian un total desconocimiento no solo de la legislación vigente y el significado del concepto de patrimonio, sino también de las realidades que rodean a esta actividad. Resultaría peligroso que se reconozcan prácticas que atentan contra la diversidad cultural, el patrimonio vernáculo construido, la sostenibilidad de espacios tradicionalmente vinculados con la propia imagen de nuestra comunidad autónoma o el respeto a los animales. El valor económico de las monterías, usado como argumento de peso en su reconocimiento patrimonial, disfraza contextos y realidades que no deberían pasarse por alto a la hora de valorar la posible protección de esta actividad. Justificar, por tanto, que las monterías son patrimonio haría un flaco favor a otros bienes que sí que representan y definen nuestras formas de ser y sentir.

Afirman desde Ecologistas Extremadura que las monterías con rehalas, que son prácticas “deportivas” que no tienen valor simbólico, sus usos no son culturales, los valores que supuestamente transmiten son deleznables por la violencia que manifiestan, y tampoco están asentados en un territorio específico, ni son propias sólo de Extremadura. De hecho, las monterías han sido una actividad de caza en toda Europa, no constituyen una actividad característica de nuestra región y no necesitan protección, al no formar parte de nuestro Patrimonio etnológico.

Recuerdan que cuando la UNESCO estableció en 1972 la Cultura como Bien para promover la protección del Patrimonio Histórico y Natural, se refería a un sentido humanista del término, cultura en sentido del “cultivo del alma”, todo aquello que contribuye a promover en las personas valores como el Bien, la Verdad y la Belleza, aquello que nos haga mejores personas, más solidarias, tolerantes, reflexivas, sensibles, sabias. La UNESCO abre su concepto hacia la historia, la antropología o la etnología, lo remite a la idea de valor moral para la humanidad que hay que conservar; por eso por ejemplo la ablación de clítoris y la caza de crías de focas a golpes para arrancar su piel, son de interés antropológico y con una larga historia, pero no pueden ser protegidas, no obedecen a dichos valores. En este mismo sentido lanzan la pregunta ¿Tiene la montería algún valor moral que la humanidad deba conservar?

Desde esta organización esperan que se rechace la declaración de las monterías y rehalas como bic entre otros motivos por el gran rechazo social.

Texto completo de las alegaciones presentadas por Ecologistas Extremadura.

Dossier de la plataforma entregado

Enlaces relacionados

Enlace para firmar contra declaración bic Monterías y Rehalas en Extremadura

Rechazo de Ecologistas Extremadura a la declaración como bic de monterías y rehalas

Enlace a publicación DOE inicio del expediente


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