Manifiesto por el 1 de mayo de la Confederación Intersindical
Contra la crisis económica y la carestía de la vida, contra la guerra,
por la defensa de unos servicios públicos.
Se acerca nuevamente el 1º de Mayo, el día en el que la clase
trabajadora del mundo entero se moviliza para defender sus derechos y
exhibir su anhelo de un modelo diferente de sociedad, que supere este
sistema económico que se basa en la existencia de profundas
desigualdades sociales. Lo hemos escuchado muchas veces. Este sistema,
incluso en los tiempos de crisis, permite que una minoría se beneficie y
se enriquezca a costa de la mayoría.
Este año nos enfrentamos a una crisis económica que viene destruyendo
nuestro poder adquisitivo debido a la subida generalizada de precios de
los productos de primera necesidad: los alimentos y fuentes de energía.
Son muchas las familias que tienen dificultades para llegar a fin de
mes. Acabamos de pasar un invierno en el que los sectores más
vulnerables de la sociedad han tenido que elegir entre pasar hambre o
pasar frío. Estamos ante una crisis que, como siempre, el sistema quiere
que paguemos quienes no tenemos ninguna responsabilidad en la misma.
Su origen se sitúa en el estallido de la guerra tras la invasión de
Ucrania por las tropas rusas. Hace más de un año que se inició y vemos
con profunda preocupación que apenas se hacen esfuerzos a nivel
internacional para detener un conflicto que está costando miles de
vidas. La denuncia y oposición a las guerras ha sido y sigue siendo una
de las señas de identidad del movimiento obrero desde sus ya lejanos
inicios. Mientras la clase trabajadora pone los muertos, las élites
gobernantes incrementan los beneficios en sus bolsillos. Exigimos la
retirada de las tropas rusas de Ucrania, el fin inmediato de los
combates y la búsqueda de soluciones políticas a las causas que
originaron el conflicto.
Con el pretexto de la guerra, además de las consecuencias económicas,
estamos sufriendo un nuevo empuje de las fuerzas neoliberales. Mientras
trabajadores y trabajadoras luchamos por llegar a fin de mes, la clase
dirigente continúa amasando beneficios a costa de privatizar y destruir
los diferentes servicios públicos que tantas décadas nos costó
construir. Aspiran a convertir en un negocio lo que son servicios que
deberían de estar a disposición del conjunto de la sociedad. Vemos cómo
los llamados fondos buitres, especulan con la vivienda, una necesidad
esencial para las familias; somos testigos del asalto al sistema
sanitario que vienen asediando de forma sistemática externalizando
tareas como paso previo a su privatización; desmantelan el sistema
público de transporte, en lugar de fomentarlo para ofrecer una respuesta
sostenible para evitar el calentamiento del planeta; escatiman los
presupuestos para la educación, con lo que se pone en riesgo el
desarrollo de una escuela pública que garantice la igualdad de
oportunidades para las generaciones del futuro; juegan con nuestro
sistema público de pensiones, que es el que nos ofrece seguridad para
afrontar los últimos años de nuestras vidas o convierten en negocios
privados las ayudas a la dependencia.
Frente a esta ofensiva neoliberal al conjunto de trabajadores y
trabajadoras solo nos queda organizarnos, movilizarnos y luchar para
defender nuestros derechos y aspiraciones. Lo vemos en Francia, donde la
movilización social está poniendo al desnudo la versión autoritaria del
neoliberalismo. Frente a la pretensión de modificar el sistema de
pensiones existente, millones de personas vienen dando la batalla en las
calles al gobierno de Macron. Decenas de detenciones, cientos de
personas heridas de diversa consideración, son la muestra de la
determinación social existente para defender los derechos adquiridos.
Enfrentar al neoliberalismo tiene sus consecuencias. También en el
Estado Español asistimos a una oleada de juicios y sentencias que
pretenden penalizar cualquier tipo de activismo. Solo en los últimos
meses estamos conociendo sentencias como la del caso La Suiza, en
Asturies, penalizando hacer sindicalismo; contra los jóvenes de Zaragoza
por denunciar el discurso de odio del fascismo, otros jóvenes
sentenciados por luchar contra los desahucios en Guadalajara o, más
recientemente, el proceso abierto al grupo de jóvenes que realizaron una
acción no violenta frente al Congreso para denunciar la inacción oficial
frente al cambio climático.
Si queremos tener futuro como clase y como personas. Si aspiramos a un
mundo igualitario son diferencias de género, ni violencia, ni techos de
cristal. Si queremos un futuro en un planeta sostenible que nos ofrece
signos evidentes a agotamiento de recursos. Si esperamos un mundo sin
desigualdades ni exclusiones sociales, solo tenemos una alternativa:
organizarnos y luchar para que esos deseos se conviertan realidad. La
fuerza colectiva de nuestra clase es el único camino que tenemos por
delante. Nos va la vida y el futuro en ello.
1º de Mayo 2023
SINDICATO FERROVIARIO DE CÁDIZ
Intersindical Andaluza Confederación
sf.cadiz@sindicatoferroviario.com
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