Nicanor León Cotayo •  Opinión •  31/12/2016

¿Continuarán las relaciones entre Cuba y EE.UU.?

Una de las interrogantes que acompañan el arribo de 2017 gira en torno a qué sucederá con los actuales nexos cubano-estadounidenses.

De acuerdo a señales, tal posibilidad no puede vaticinarse ajena a la corriente de pensamiento hoy presente en América Latina. Un dato muy significativo es que hasta importantes figuras ultraderechistas, ligadas al mundo oficial de Washington, por lo general avalan el mantenimiento de las relaciones entre ambos países.

Según el Nuevo Herald, lo que más interesa a la Casa Blanca radica en detener la “marea izquierdista” desatada en Latinoamerica.

Esa publicación, con sede en Miami, agrega que “tal mensaje va dirigido al equipo de transición de Donald Trump”. Asimismo, puntualiza, “les advierte implícitamente que no echen atrás la nueva política hacia Cuba”.

Un funcionario de Barack Obama argumentó cómo, en su opinión, ese comportamiento ha logrado disminuir  el auge de fuerzas progresistas en la zona.

“Si se observa la trayectoria de esa cepa antiestadounidense en la política de la región, se notará que es algo que puede apreciarse todavía, pero que se ha disipado significativamente”.

¿Quién habló de esa manera? Ben Rhodes, asesor adjunto de Seguridad Nacional de Obama, quien lo hizo ante la prensa durante un diálogo sobre la política hacia Cuba.

Semanas atrás, la Casa Blanca recordó  el segundo aniversario de la restauración de sus lazos con La Habana. Por ese motivo recibió a funcionarios de la embajada cubana, miembros de la comunidad cubanoamericana y líderes empresariales, en una conferencia  para discutir cómo promover las relaciones entre ambos gobiernos.

El logro más concreto sobre el tema ha sido la reanudación de los nexos diplomáticos, mientras el camino sigue muy obstruido, en primer lugar, por el bloqueo económico, comercial y financiero. Junto a ello ha persistido la pública aprobación de fondos para la realización de planes subversivos contra la nación antillana.

Parte inseparable de estos ha sido, -y es- la existencia de una estación de radio y otra de televisión, hijas de la CIA desde sus inicios, que tergiversan  sostenidamente la realidad cubana.

En marzo del presente año el presidente Obama viajó a La Habana, y allí prometió solemnemente hacer todo lo posible para mantener lazos respetuosos y de plena igualdad entre las dos partes.

Cerró su mandato como el jefe de la Casa Blanca que más sanciones ha ejecutado contra  bancos del mundo que cometieron el “pecado” de hacer algún tipo de transacción con Cuba.

Y esto, en medio de un proceso de acercamiento saludado por muchos en la arena internacional.

El pequeño archipiélago caribeño ha demostrado con creces su disposición a sostener relaciones civilizadas con Estados Unidos, siempre que se respete su independencia, soberanía y derecho de autodeterminación. Algo que también concede, sin un solo átomo de duda, a su gran vecino del Norte y a cualquiera de sus gobernantes.

Mientras tanto, y no obstante lo dicho, la realidad que se vislumbra en Estados Unidos hace aconsejable dormir con un ojo abierto y los oídos de guardia.

Fuente: Cubasí


Opinión /