André Abeledo Fernández •  26/10/2020

Ni venceréis ni convenceréis

El 12 de octubre de 1936, Miguel de Unamuno y José Millán-Astray protagonizaron un enfrentamiento en el paraninfo de la Universidad de Salamanca que le supuso al escritor ser cesado de su cargo de rector vitalicio y ser recluido en su casa.
Miguel de Unamuno un intelectual de derechas contra el franquismo, el fascismo y el racismo:
“Acabo de oír el grito de ¡viva la muerte! Esto suena lo mismo que ¡muera la vida! Y yo, que me he pasado toda mi vida creando paradojas que enojaban a los que no las comprendían, he de deciros como autoridad en la materia que esa paradoja me parece ridícula y repelente. De forma excesiva y tortuosa ha sido proclamada en homenaje al último orador, como testimonio de que él mismo es un símbolo de la muerte. El general Millán Astray es un inválido de guerra. No es preciso decirlo en un tono más bajo. También lo fue Cervantes. Pero los extremos no se tocan ni nos sirven de norma. Por desgracia hoy tenemos demasiados inválidos en España y pronto habrá más si Dios no nos ayuda. Me duele pensar que el general Millán Astray pueda dictar las normas de psicología a las masas. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes se sentirá aliviado al ver cómo aumentan los mutilados a su alrededor. El general Millán Astray no es un espíritu selecto: quiere crear una España nueva, a su propia imagen. Por ello lo que desea es ver una España mutilada, como ha dado a entender.
Este es el templo del intelecto y yo soy su supremo sacerdote. Vosotros estáis profanando su recinto sagrado. Diga lo que diga el proverbio, yo siempre he sido profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta en esta lucha, razón y derecho. Me parece inútil pediros que penséis en España”.
Miguel de Unamuno
El escritor y filósofo se salvó de ser linchado por aquella multitud descontrolada de irracionales falangistas gracias a la rápida y oportuna intervención de Carmen Polo, esposa del genocida general Franco, quien se agarró del brazo de Unamuno y lo acompañó hasta la puerta de su casa. Ese mismo día llegó una orden de arresto domiciliario y pocos días después Miguel de Unamuno era cesado como rector de la Universidad de Salamanca por orden del propio Francisco Franco.
Ningún intelectual con dos dedos de frente, con un mínimo de humanidad y empatía apoyó jamás ni puede apoyar al fascismo.
El fascismo es una ideología de bestias, de odio y de barbarie basada en la premisa falsa de que existen personas mejores que otras. Una ideología que llega a negar la humanidad a otras por cuestiones como la raza, la tendencia sexual o simplemente pensar o ser diferente.
El fascismo no es respetable ni puede ser tolerado en una sociedad donde exista un mínimo de democracia o simplemente algo de humanidad.