José Camargo •  Opinión •  26/04/2019

Trump, saca tus manos de Venezuela y devuelve lo robado

El Libertador, Simón Bolívar, en una carta enviada a José Antonio Páez (1828) resaltaba que “llamarse jefe para no serlo, es el colmo de la miseria,” este papel es el que está jugando Juan Guaidó, en su calidad de “presidente encargado” de Venezuela desde el 23 de enero del 2019. Esta, además, ha sido una de las grandes derrotas de la oposición en Venezuela, del Grupo de Lima y de la Casa Blanca. Más adelante, el 11 de febrero, el imperio norteamericano y sus lacayos sufrieron otra derrota cuando el gobierno y el pueblo bolivariano frustraron la mal llamada operación ayuda humanitaria en Venezuela. Una tragedia que precisamente tiene su causa en el boicot económico que se gesta desde la Casa Blanca y que cuenta con aliados incondicionales. En un gesto valiente y audaz el gobierno bolivariano autorizo bloquear el puente internacional de Tienditas. El mundo descubrió la gran farsa que se tendía alrededor de la supuesta ayuda humanitaria, en realidad lo que se tejía era una nefasta intervención militar.

La otra gran victoria, se dio en el contexto de las ideas y del discurso, en el campo de la diplomacia. El mundo pudo percatarse como los embajadores de los estados miembros de la Unión Europea y de otros países salieron en estampida del recinto de la ONU para no escuchar las verdades del gobierno bolivariano a través de su canciller Jorge Arreaza. La administración Trump sigue trabajando en la política de hacer sufrir al pueblo bolivariano, sometiéndolo a un bloqueo económico perverso e inhumano y estimulando una fraseología de guerra intimidatoria que los grandes medios de comunicación logran imponer en la opinión pública mundial, la administración Trump acuño la frase: “Todas las opciones están sobre la mesa” el bravo pueblo de la república bolivariana de Venezuela respondió con apoteósicas manifestaciones, a cada amenaza el espíritu chavista aflora con más fuerza.

El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA)Luis Almagro, pidió el pasado 17 de abril más sanciones económicas y un eventual uso de la fuerza para resolver la situación en Venezuela. El hombre que preside este foro político para la toma de decisiones, el dialogo multilateral y la integración de América, pide la guerra. Este organismo se ha silenciado ante las consecuencias nefastas del bloqueo internacional contra la República Bolivariana de Venezuela.

El bloqueo económico representa pérdidas por 350.000 millones de dólares en producción de bienes y servicios entre 2013 y 2017(Celag). El presidente Maduro destacaba que: “Tenemos una batalla cruenta contra las sanciones internacionales que le han hecho perder a Venezuela al menos 20 mil millones de dólares en el 2018”. El imperio es capaz de adueñarse de los millones de cocuyos que todas las noches se reúnen en el Catatumbo para rendirles tributo a los padres de la creación (wari)

Al gobierno Trump y sus aliados neoliberales, no solo lo seduce el olor a petróleo, quieren la intervención militar para sentar un precedente y es el de destruir todo lo que se forjó en América latina con los gobiernos progresistas de la región. Con una intervención militar la consigna seria que no quede piedra sobre piedra, que no queden vestigio alguno de lo que fue el Chavismo. Aniquilar todo lo que construyo la revolución y desaparecer conceptos como el de soberanía, autonomía de los pueblos, la política de no injerencia.

El otro instigador en contra de Venezuela, Iván Duque, lleva en sus alforjas una estadística preocupante y es el suicidio de niños en Colombia. El Instituto de Medicina Legal reportó que en 2017 se registraron en Colombia 253 casos de suicidio de niños y en 2018 fueron 267.Los casos se presentaron en niños de 8 y 9 años y entre 10 y 14 años. Pero, la tragedia no termina, nuestros más peligrosos sicarios son menores de edad. El gobierno aplica la política del avestruz, el congreso mira hacia otro lado, el ministerio de salud sonríe y la sociedad se muestra incapaz de reaccionar. Los medios de comunicación colombianos no elaboran sus estupendos programas de investigación. Esto está sucediendo en Colombia y no en Venezuela.

Seguimos mostrando nuestra solidaridad con el gobierno de Nicolas Maduro y recogemos con gran satisfacción su llamado: “Saca tus manos de aquí, Donald Trump. Go home.” Pero también de Cuba y Nicaragua.


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