Estados Unidos y aliados amenazan seguridad de Venezuela y el hemisferio
El derecho humano a la autodeterminación de Venezuela es violentado por Estados Unidos (EE.UU) junto a aliados eurocentristas y latinoamericanos, que -8 meses más tarde de la elección presidencial en Venezuela, del año 2018- impusieron junto a factores internos venezolanos, un poder paralelo, violando el derecho internacional.
La voluntad del pueblo venezolano y su derecho a dirimir sus diferencias internas sin injerencias han sido conculcados, mientras Brasil (1) y Colombia (socia extra- regional de la OTAN) allanan el camino a una intervención con la que EE.UU y sus otros aliados amenazan la seguridad de Venezuela y del hemisferio Occidental.
A poco para la elección presidencial en EE.UU, al candidato Trump lo ataca el miedo a perder su inquilinato en el despacho oval, a quedar mal con el “establishment” y el poder económico transnacional al que sirve, por lo que conjuró “máxima presión” contra Venezuela (2).
La anunciada “independencia energética” de EE.UU es un fracaso, por lo que roba petróleo sirio (3). Asimismo, insiste en volver al patrón oro (4), de allí que intente escalar el apertrechamiento de Rusia y China en reservas auríferas. El recurso energético y el oro venezolano le son indispensables. Por eso, ni republicanos ni demócratas quitarán el yugo de la injuriosa Orden Ejecutiva 13692 contra Venezuela.
La pretendida gestión intervencionista, con un Comando Sur que cerca aguas caribeñas y latinoamericanas (5), fue denunciada el 17 de agosto pasado por Samuel Moncada, representante de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en su cuenta de twitter (@SMoncada_VEN) en la que advirtió que:
“Órganos de propaganda de Washington ya promueven la fuerza multinacional invasora de Venezuela. La estabilización debe ser con ocupación militar pero sin la presencia visible de EE.UU en primera fila. Son ejércitos de Colombia y Centroamérica que harán el trabajo sucio”. (6)
Estas denuncias encajan con el reciente desplazamiento de tropas brasileñas a cercanías con la frontera venezolana (7) y la campaña de calumnias contra Venezuela a la que, se puede inferir, EE.UU le aplica lo que reza su documento “Guerra no Convencional de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos (TC 18-01, del 30 de noviembre de 2010)”, en su extracto 1-11:
“1-11. Las fuerzas de Guerra No Convencional estadounidenses poseen las capacidades que le permiten influir enormemente en el factor humano, mediante operaciones que ejercen influencia sobre la conducta, en apoyo a los objetivos estadounidenses. También pueden influir en las características de los movimientos de resistencia, al hacerlos más apropiados para la misión. Por ejemplo, las fuerzas de Guerra No Convencional estadounidenses pudieran enfatizar la adhesión de la guerrilla a las normas internacionales y a las conductas estándares”. (8)
A la vista pública está que EE.UU, la Unión Europea (U.E) y el llamado Grupo de Lima vienen forjando la negación del diálogo, deslegitimando la realización de elecciones legislativas en Venezuela y propiciando una salida por la fuerza a la situación política provocada por EE.UU y factores de oposición en el país suramericano, para lo que usan un poderoso aparato de propaganda que recorre el hemisferio y el mundo.
Una incursión masiva como la que pretenden -sin precedentes cercanos en la región- cobraría innumerables vidas inocentes, y al venir fundamentada por EE.UU, miembro del Consejo de Seguridad de la ONU con derecho a veto, que además, ha declarado terroristas a Francia, Reino Unido y Alemania, por mantener el acuerdo nuclear con Irán (que EE.UU abandonó durante la gestión de Trump) convoca a una guerra regional contra natura, mediante coalición.
Colombia, aliado del país del norte en esta empresa intervencionista, ha aceptado como adelanto –vergonzosamente- un segundo Plan Colombia (9). Para hacer la tarea encomendada, lanza su ofensiva propagandística mediante “fake news” y una pretendida justicia –tardía- contra los desmanes de Uribe, para acallar voces críticas y recelos dentro de sus filas militares por esta decisión que le costará a su clase gobernante la poca credibilidad que le queda.
La oligarquía neogranadina y sus dirigentes, que históricamente han ido contra los principios integracionistas, desde la división de la Gran Colombia, ya habían acatado línea al desintegrar la insurgencia y dejar al paramilitarismo coger impulso, mientras resguardaba golpistas y conspiradores venezolanos.
Por su parte, una Centroamérica pobre, lastimada en su autonomía mediante una CICIG y otros mecanismos impuestos por EE.UU -con gobernantes presos de la fantasía de alianzas igualitarias con el poder estadounidense- dictaría su sentencia histórica si apoya este plan infame contra Venezuela, ofreciendo más terreno fértil a la delincuencia transnacional y mercenaria que sigue provocando la huida en masa de su población.
En todo caso, la geopolítica mundial no funciona aisladamente. China, Rusia, Irán, Turquía, Japón, Francia, entre muchos otros países del mundo, sostienen relaciones históricas y de intereses de larga data en Suramérica.
Si Venezuela es ultrajada como pretenden EE.UU y sus aliados regionales y europeos, de entrada cantarán victoria cuando, convertidos en serpiente, emanen el rumoroso sonido del animal rastrero desplazándose hacia el objetivo de su presa, pero de vuelta no disfrutarán alegremente el triunfo del botín robado. No se puede desafiar la seguridad de un hemisferio completo y salir ileso.>
(4) https://es.cointelegraph.com/news/trumps-fed-nominee-advocates-a-gold-backed-currency-even-a-crypto-
(5) https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-5214623
(6) pic.twitter.com/3Xs5krZQXD
(7) https://temas.sld.cu/derinthumanitario/2017/07/20/guerra-no-convencional-y-dih/
http://www.cubadefensa.cu/sites/default/files/circular_TC1801.pdf
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