Ramaris Vásquez •  Opinión •  20/02/2022

DD.HH. Infancia: Violencia sexual e incesto

DD.HH. Infancia: Violencia sexual e incesto

Una de las formas de abuso contra la infancia, que conlleva mayor carga de violencia, tal como lo ha revelado Unicef, es el abuso sexual (1). A este tipo de abuso, se suma el silencio familiar y social, cuando se adiciona el incesto. Un tipo de transgresión que por sus características, suele descubrirse mucho tiempo después de ejecutada. (2).

White, O. (2004), en su artículo científico “El incesto: perspectiva histórica y jurídica” define el incesto como “la actividad sexual entre miembros de la misma familia”, que “comprendería desde caricias inadecuadas hasta el coito”. Entre los factores sociales históricos que conllevan al incesto aduce: “La promiscuidad en la vivienda, el exceso de miembros en hacinamiento”. (3). A ello se suma abuso de poder de un adulto sobre un niñ@.

Unicef (2017), en su publicación “Cómo prevenir el Abuso Sexual contra nuestros hijos e hijas”, sostiene que los abusadores sexuales de niñ@s y adolescentes, “saben muy bien elegir su víctima valiéndose de su figura de autoridad, de la confianza previa depositada en él, de su indefensión, o de ambos” y que “casi siempre, son personas muy cercanas” como “familiares” y “amistades”. (4).

Adentrándose en los oscuros escondrijos del abuso sexual infantil, White, O. cita a Levi- Strauss: “el paso del hombre de la naturaleza a la cultura es sin duda mediante la prohibición del incesto”. (s/n). (3). Hay que ver el problema de los abusos sexuales a la infancia, por parte de familiares o no, con preocupación.

Paulo Sérgio Pinheiro, experto Independiente para el Estudio del Secretario General de la ONU sobre la Violencia contra los Niños (2010), advertía en su informe al respecto que “la persistente aceptación social de algunos tipos de violencia contra los niños y niñas es un factor importante que contribuye a su perpetuación en casi todos los Estados”. (P.10). Esto se mantiene. (5). Unicef,  el 10 de diciembre de 2020, afirmaba: “La violencia física, psicológica o sexual contra niñas, niños y adolescentes constituye una de las principales amenazas a su desarrollo integral y, lastimosamente, siguen estando presente en la sociedad, bajo preceptos que la normalizan, avalan y en muchos casos la dejan impune”. (6). Hay que educar y reeducar desde los sistemas pedagógicos formales y los mass media.

Garro, K.  (2012), en su artículo científico, Incesto: enfoque psiquiátrico (s/n), expone que “los niños con mayor riesgo de victimización  son aquellos con una capacidad reducida para resistirse o revelarlo, como son los que todavía no hablan, y los que muestran retraso del desarrollo y discapacidades física y psíquicas”, así como “los niños que se encuentran carentes de afecto en la familia”.(7).

De acuerdo al informador mx, citando a Unicef, señales de posible abuso sexual, incestuoso o no, son: “Incremento de pesadillas y problemas para dormir; conducta retraída; estallidos de angustia; ansiedad, depresión; rechazo a quedarse solos con una persona en particular; conocimiento inapropiado para la edad acerca de la sexualidad (…), conductas y lenguajes sexualizados”. (8).

¿Por qué se oculta el delito? Garro, K. (2012) sostiene que “por parte de la víctima el hecho de obtener ciertas ventajas adicionales, como regalos, o el temor a no ser creída, junto con el miedo a destrozar la familia; en otros el estigma social negativo generado por el abuso sexual o el temor a no ser capaz de sacar a adelante por sí sola la familia”. (s/n). (6).

En cuanto a cifras, según prevenciondelaviolencia.org. “en México hay 4,5 millones de víctimas al año, siendo el primer lugar en abuso sexual infantil, según la OCDE”. (9). No obstante, estos hechos de incesto con niñ@s y aumento de otras formas de violencia sexual infantil, se evidencian en diversos lugares, no tienen nacionalidad. En algunos países, el incesto es aceptado como legal, entre adultos. (10).

¿Qué pasa con las evaluaciones en materia de DD.HH a la infancia y rendición de cuentas de los Estados suscriptores de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (1989), y los que al menos acogen la Declaración Universal de los Derechos Humanos?

Por estos días, ha estallado un caso de presuntos abusos sexuales infantiles en Colombia, con cifras alarmantes: elcolombiano.com del 16 de febrero de 2022, publicó que “según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane)- 886 bebés nacieron de madres entre los 10 y los 14 años. Dato que podría estar relacionado con abusos sexuales”. (11). Citan al director del Dane, Juan Daniel Oviedo, quien habría considerado: “los integrantes del hogar se vieron obligados a permanecer en sus casas, aumentando las posibilidades de cometer el delito”. (11). Esto significa que el presunto abuso sexual en el seno familiar no estaría descartado.

Finalmente, para quienes hoy son autoridad en el mundo, es bueno recordar que también fueron niñ@s y también tienen hij@s, niet@s, herman@s, sobrin@s, ahijad@s a los cuales proteger. Unicef en su blog, orienta un orden para atacar el problema: “prevenir, atender, sancionar y erradicar”, y de cara al momento pandémico que vivimos,  “invertir” en “aprendizaje, nutrición y salud mental”. (12).

Referencias: 

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