Juan Cejudo •  Opinión •  15/07/2020

Incendio de la pérgola de Santa Bárbara donde pernoctan las personas sin techo

Un gran incendio en la pérgola de Sta. Bárbara ha destruído el lugar donde varios sin techo pernoctaban. Alguien ha dicho que  dormían allí hasta 25 personas. No sé.

No se saben las causas de ese incendio que la policía estará investigando. Ya nos enteraremos, supongo.

No entro en los enfrentamientos políticos que este desgraciado suceso ha originado, pues hemos leído que el PP achaca a Kichi que «la culpa del incendio es por su abandono a las personas sin hogar.». También C´S viene a decir algo parecido.Sólo diré que es verdad que el problema de estas personas sigue pasando con unos y con otros, con tirios y con troyanos, desde hace décadas. Un ex militante del PP me dijo en una ocasión que en Cádiz, cuando ellos gobernaban, a los sin techo se les echaba  «a manguerazos»,  para que no molestaran. No sé…Ahora desde luego no se les echa a manguerazos. 

El actual equipo de Gobierno ha puesto en marcha el centro de día Fermín Salvochea para personas sin techo, aunque no es un centro para dormir. Sin duda que ha sido una muy buena iniciativa. También es cierto que durante el confinamiento se ha llevado una buena labor con más de 100 personas  en el Centro El Cano. Y también muy positivo el comedor que Amigas al Sur ha puesto en marcha para los sin techo de esta zona de la ciudad.

Pero, la «nueva normalidad» ha provocado que de nuevo estas personas hayan tenido que buscar un sitio donde dormir: sea en la Caleta, en la pérgola de Sta. Bárbara, en las bóvedas de Puerta de Tierra, en las inmediaciones de la Plaza de las Tortugas o donde puedan….Y este es el problema: que varias decenas de personas siguen durmiendo en la calle, pues las plazas disponibles para ellos en el albergue municipal o en Caballeros Hospitalarios son claramente insuficientes y han sido insuficientes desde siempre….además de que suelen ser para pocos días.

Y no se ha hecho nada para buscar solución a este problema. No se ha hecho nunca nada en muchos años…El problema viene de lejos. No vale hacer política partidaria ahora con los sin techo, sino, entre todos, hay que buscar soluciones.

Algunos llevamos, como siete años, proponiendo a los de antes y a los de ahora, que se deberían habilitar algunos espacios, uno en Cádiz interior y otro en Extramuros, para que estas personas puedan dormir con dignidad y puedan  ser atendidas.

¿Tan difícil es? ¿Que no hay sitio? Ahí están los 50.000 m2 vacíos en los Depósitos de Tabacos y ahí están esos  inmuebles públicos  en el Cádiz interior…También muchos inmuebles y pisos de las distintas fundaciones que controla el obispado de Cádiz y que debería colaborar,  como viene pidiendo insistentemente  el papa Francisco. El Seminario está casi vacío… Muchos dicen  que estas personas no quieren ir a un albergue, que prefieren dormir en la calle, expuestos a mil problemas…

Claro, en un albergue hay normas muy rígidas que impiden poder estar con sus mascotas,  estar con su pareja, unos horarios rígidos  etc…Tendría que ser un local con normas mucho más tolerantes para que se decidan a ir…Unos centros de acogida también de «alta tolerancia», como el Centro Fermín Salvochea del Campo del Sur y donde se respete su intimidad y sus pertenencias….

Mucho me temo que todo siga igual. Esta vez no ha ocurrido ninguna desgracia, pero podría haber pasado. Los sin techo seguirán «molestando» allá donde duerman, pero no se les busca una solución donde ellos puedan dormir dignamente y ser atendidos. De solucionarlo se quitaría un problema en las calles y plazas de Cádiz donde varios ya han muerto.

Este suceso debe ser la ocasión para reflexionar sobre la situación  de estas personas y buscar entre todos una solución. 

Muy importante: los responsables públicos deberían hablar con ellos, con los sin techo y con los colectivos que llevan años atendiéndolos, para saber cómo habría que organizar esos dos centros de acogida en Cádiz interior y en Extramuros de modo que se animen a utilizar estos nuevos equipamientos, mientras no pueden acceder a una vivienda pública.

 


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