Andrés Kogan Valderrama •  Opinión •  01/07/2022

Neurodiversidad en la nueva constitución: Otra razón más para votar apruebo

Chile está atravesando un proceso político institucional histórico, no solo para la realidad del país, que nunca ha tenido antes una constitución escrita democráticamente, sino también a nivel internacional, ya que se han aprobado distintas normas constitucionales que están en pocas cartas magnas en el mundo e incluso en ninguna de ellas.

De ahí que esta propuesta de constitución se esté haciendo cargo de problemáticas a nivel global, como es el caso de la crisis climática, el racismo contra los pueblos originarios, el centralismo desde las grandes ciudades, el maltrato a los animales no humanos y la violencia contra las mujeres, disidencias sexogenéricas y personas neurodivergentes.

Son estas últimas personas, las neurodivergentes, que Chile nuevamente se pone a la vanguardia a nivel internacional con esta propuesta constitucional, para darle un reconocimiento formal a miles de personas que han sido diagnosticadas por razones de salud mental y/o por tener alguna situación de discapacidad psicosocial o de neurodesarrollo.

Lo que se añade a las distintas violencias que han tenido que sufrir estas personas neurodivergentes, que van desde la estigmatización, discriminación, abuso, violación, encierro involuntario, esterilización a la fuerza y hasta tortura, muchas veces ocasionadas por los mismos tratamientos psiquiátricos (terapia electroconvulsiva), que siguen viendo lo mental desde paradigmas racionalistas y/o cuerdistas.

Por eso es tan importante, que la norma respectiva no solo hable de neurodivergencia, sino también de neurodiversidad, ya que desmonta el discurso biomédico sobre la normalidad psíquica, al entender que existe una diversidad humana mucho más amplia, dejando al descubierto que las personas neurotípicas son solo parte de esa pluralidad.

En consecuencia, es muy destacable lo planteado en el artículo 29 de la propuesta constitucional, al señalar que “El Estado reconoce la neurodiversidad y garantiza a las personas neurodivergentes su derecho a una vida autónoma, a desarrollar libremente su personalidad e identidad, a ejercer su capacidad jurídica y los derechos reconocidos en esta Constitución y los tratados e instrumentos internacionales de derechos humanos ratificados y vigentes en Chile”.

En otras palabras, la nueva constitución obligará al Estado a reconocer la neurodiversidad y a garantizar las condiciones para el desarrollo de todas las personas, dejando atrás estigmas y etiquetas psiquiátricas que solo buscan negar la diferencias de ver y experimentar el mundo, para dar paso a una mirada inclusiva, desde los Derechos Humanos.

Asimismo, este inédito reconocimiento a la neurodiversidad en la nueva propuesta constitucional de Chile, es solo un punto de inicio de un largo proceso de convivencia, que no solo tiene relación con el derecho a la salud mental de las personas y a una vida autónoma de éstas, sino también en cómo construimos una sociedad sin tantos prejuicios y estereotipos, los cuales se nos instalan desde los primeros años de vida.

Por lo mismo, el rol del nuevo Sistema Nacional de Educación, en la propuesta constitucional también, así como también los medios de información públicos, son claves para promover una mirada que tome a la neurodiversidad como una riqueza y no un problema, como los sectores más conservadores tienden a verlo, ante su terror a la diferencia y a la aprobación de este tipo de normas.

Ante esto, defender la neurodiversidad es una tarea de todas y todos, por lo que no se puede delegar en algún organismo particular, ya que es algo totalmente transversal, así como otras demandas presentes en la nueva constitución, como lo son la paridad de género, el derecho al cuidado, la plurinacionalidad, los derechos de la naturaleza y los animales no humanos como sujetos de derecho,

Dicho todo esto, es imposible no mencionar el rol que han jugado las y los ciudadanos organizados durante todo este proceso constituyente y antes de él, en donde en el caso de la neurodiversidad específicamente, el Movimiento Nacional de Defensa de la Salud Mental, ha empujado esta discusión por años, a través de distintas acciones realizadas para visibilizar el tema.

Para finalizar, es importante nombrar a organizaciones particulares, de las que son parte personas provenientes del campo de la salud, activistas, expertos por experiencia y aliados de la neurodivergencia, como lo son la Mesa Técnica del Movimiento Nacional de Defensa de la Salud Mental, Asociación Autismo Arica, Centro Cultural Equidad y Género de Maule, Corporación ANUSSAM, Círculo Emancipador de Mujeres y Niñas con Discapacidad de Chile (CIMUNIDIS), Corporación Voces, Observatorio de Derechos Humanos en Salud Mental Bío Bío y ONG Siendo.

*Andrés Kogan Valderrama
Sociólogo
Diplomado en Educación para el Desarrollo Sustentable
Magíster en Comunicación y Cultura Contemporánea
Con cursos de Doctorado en Estudios Sociales de América Latina
Profesional de la Municipalidad de Ñuñoa
Integrante de Comité Científico de Revista Iberoamérica Social
Director del Observatorio Plurinacional de Aguas www.oplas.org  


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