Jaime Martínez Porro •  Memoria Histórica •  24/12/2020

Las vidas sin traducir de la Madrid antifascista que maravillaba al mundo

El libro ‘Madrid, du wunderbare’ de Victor Grossmann contiene una enorme recopilación de material sobre las Brigadas Internacionales: memorias, relatos, documentos oficiales… Una obra ingente que debería ser traducida al castellano.

Las vidas sin traducir de la Madrid antifascista que maravillaba al mundo
«Queridos padres, tengo que seguir las cuitas de mi corazón. No puedo hacer otra cosa que ir a España a luchar, para poner todo el coraje y todo lo que habéis despertado en mi corazón con mimo y amor paternal al servicio de la causa». Así empieza la carta con la que el suizo Eolo Morenzoni se despide de sus padres cuando tiene que iniciar su travesía clandestina para llegar a España a luchar contra el fascismo.

Es el primer capítulo de Madrid, du wunderbare, una monumental obra de Victor Grossmann (ed. GNN) en alemán que vio la luz ya hace 14 años y que nunca es tarde para traer a la memoria, como traemos a la memoria los recuerdos de miles de trabajadores y trabajadoras que, muchas veces, dejando una vida cómoda (otras veces precaria, de persecuciones o de lucha sindical), dejaron su hogar para combatir al fascismo en el que probablemente sea el mayor ejemplo de solidaridad internacional de la historia.

Victor Grossmann, nacido en 1928 en Nueva York, sintió desde niño fascinación por la lucha antifascista y por el ejemplo de las Brigadas Internacionales. Militante de la Young Communist League desde 1942 y del CPUSA desde 1945, fue llamado a filas en 1950 a Baviera en plena Guerra Fría. Harto del macartismo y de la persecución anticomunista, en 1952 cruzó a la zona ocupada soviética de Austria, y de ahí, a la RDA a través de Checoslovaquia. A día de hoy, reside en Berlín y no falta cada año a la cita otoñal de homenaje a las Brigadas Internacionales en el monumento situado en Volkspark Friedrichshain. Este monumento a las Brigadas Internacionales, erigido en 1968 durante la vigencia de la RDA, se compone de una placa y una escultura. En la placa podemos leer la frase que da título al libro, «Madrid, du wunderbare» (Madrid, eres maravillosa), y a la que Ernst Busch le puso música al ritmo de la canción popular Los cuatro muleros, patrimonio inmaterial de Andalucía e interpretada también por Federico García Lorca y Encarnación López La Argentinita en 1931. «Madrid, eres maravillosa, mamita mía, te quieren conquistar, pero de tus hijos leales, mamita mía, no debes avergonzarte» dice la versión de Busch, supuestamente representado en la escultura del memorial de Berlín saltando desde una trinchera con el puño en alto y una espada.

Grosmann cuenta la Guerra de España (1936-1939) desde las memorias de los y las brigadistas, desde sus relatos para revistas, testimonios de segunda mano (políticos, embajadores…) o documentos oficiales desclasificados. Recorre desde la llegada de las Brigadas hasta su marcha y también lo que les sucedió después, incluida la entrega de la nacionalidad española a los y las brigadistas en 1996 en el Congreso de los Diputados en Madrid, tras ser aprobado en 1995. Cita, por cierto, a la que ni el jefe de Estado, Juan Carlos de Borbón, ni el presidente del Gobierno, Jose María Aznar, decidieron acudir.

Uno de los ejes fundamentales, más allá del alistamiento, la formación en Albacete, la batalla de Madrid, el Jarama, Teruel o el Ebro, varios de los capítulos más duros son los que lidian con las decisiones del llamado «Comité de No Intervención», la política de supuesta neutralidad de algunas llamadas democracias como EEUU, así como la despedida forzosa en 1938 pactada por Negrín, quien creía que el fascismo se avendría a cumplir los pactos.

«Si en 1936-1939 Inglaterra, Francia y los EEUU no hubieran traicionado a la elegida libremente y democrática República de España, no habría estallado probablemente la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, por miedo a un Frente Popular, ayudaron a Franco, Mussolini y Hitler. Poco después pagó el mundo por ello un precio elevado…», reflexiona Grossmann en la contraportada del libro.

El contexto internacional juega un papel fundamental en las decisiones de tantas personas que habían abandonado sus países para combatir al fascismo. Hay quienes venían desde Italia —ya fascista- y Alemania —ya nazi- y sabían que la Guerra de España no era, como se suele decir, una guerra civil, sino el preludio del Eje, del Holocausto y de millones de muertos.

«La mañana del 9 de marzo», cuenta el estadounidense Harry Fisher en la revista Comrades (pp. 139-140) y recoge Grossmann, «nos despertó el ruido de aviones. […] Vimos tres aviones que en torno a una milla de distancia sobre Belchite estaban dando vueltas. De pronto, empezaron a descender en picado. Creíamos que los habrían alcanzado y nos alegramos, pero justo antes de tocar tierra descargaron sus bombas y volvieron a subir. […] Belchite era un campo de ensayo para la Segunda Guerra Mundial, donde la Luftwaffe alemana usó esta técnica con bastante frecuencia. Aquel día fuimos testigos del primer ejercicio de entrenamiento alemán», teminaba. «El 10 de marzo Franco hizo grandes avances en Aragón. […] Un día después, el 11 de marzo ocupaba Hitler Austria», cuenta en este caso Ludwig Renn, alemán y parte del Estado mayor de la XI Brigada Thaelmann.

El libro cierra con una colección de imágenes y fotografías de brigadistas o de diversos campos de batalla de la Guerra de España, así como con algunos mapas explicativos de algunas de las batallas. Finalmente, prosigue con una amplia bibliografía y un glosario con las referencias donde se citan a diferentes brigadistas. En conjunto, una obra monumental de más de 400 páginas que, lamentablemente, solo se encuentra disponible en alemán, pero que debería ver la luz en España. Porque no es una historia de guerra más, sino un ejemplo de solidaridad y entrega para salvar a la humanidad de los horrores del nazifascismo.

*Por Jaime Martínez (@iacbe), militante de IU Berlín y de Die Linke Steglitz-Zehlendorf.


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