Redacción •  Memoria Histórica •  16/08/2023

Identificados genéticamente dos de los exhumados en Villadangos del Páramo

  • Identificados por el ADN los restos de dos de los cuerpos exhumados en la fosa de Villadangos del Páramo.
  • Se trata de Urbano González Soto y Marcelino Quintano Fernandez que fueron asesinados por pistoleros falangistas en septiembre de 1936.
  • “Estos logros son el resultado de la resistencia y el esfuerzo de muchas familias”.
Identificados genéticamente dos de los exhumados en Villadangos del Páramo

Se trata de Urbano González Soto y Marcelino Quintano Fernández, concejales socialistas en Valencia de don Juan en 1936. Sus restos y los de otras diez víctimas aún no identificadas fueron exhumados por la ARMH en febrero de 2022. En esa fosa fueron sepultadas decenas de víctimas en total, pero no ha podido ser exhumada por completo porque se construyeron panteones sobre parte de ella a partir de los años ochenta-noventa.

El laboratorio de la Universidad del País Vasco ha podido extraer muestras de ADN de otros cuatro esqueletos exhumados, que están siendo cotejadas con muestras de otros familiares de víctimas.

En septiembre de 1936 Urbano y Marcelino fueron arrestados y trasladados al campo de concentración de San Marcos de León con otros cuatro vecinos de Valencia de don Juan, los también concejales socialistas Víctor Pérez Barrientos y Jesús Luengo Martínez y los sindicalistas de la UGT Moisés Rodríguez Martínez y Fridiberto Pérez Manovel.

—Urbano González Soto era hijo de Manuel y Braulia. Nació en Valencia de don Juan en 1906. Trabajó un tiempo en Francia y a su regreso abrió una albardería donde elaboraba aparejos para los animales de carga. Además, fue concejal socialista. Tenía cuatro hermanos y estaba a punto de casarse con su novia Carmina. Estuvo arrestado varios días en la cárcel de Valencia de don Juan, a donde su hermana Melchora, de diez años de edad entonces, le llevaba el desayuno.

Su familia pudo saber de su paradero final en 1936 pocos días después de su asesinato, porque un familiar que disponía de salvoconducto pudo llegar a Villadangos del Páramo y comprobar que entre los objetos recogidos y guardados por el cura había un abrigo jaspeado y algo chamuscado de Urbano y, en uno de sus bolsillos, una foto de él que él mismo había guardado. Su novia Carmina le guardó luto y no se casó nunca. Posteriormente sería madrina de uno de los sobrinos de Urbano y mantuvo siempre relación con la familia.

Urbano sigue presente en la memoria de su familia. Su hermana, Melchora González Soto, murió recientemente a los 86 años de edad, recordándole y queriéndole. 

—Marcelino Quintano Fernández, nacido en Valencia de don Juan el 9 de enero de 1906, era hijo de Salomón y Antonia y estaba casado. Trabajaba en el surtido bazar y almacén Casa Alcón de la localidad y era además concejal socialista.

El 17 de septiembre de 1936, cuando se disponía a celebrar con su familia el cumpleaños de su sobrino Salomón, quien así lo contaba hace unos años) se presentaron armados varios falangistas en busca de Marcelino. Cuando le obligaron a subir a un camión para llevarle preso su madre Antonia trató de impedirlo aferrándose a los laterales de la caja e implorándoles que no se llevaran a su hijo. Los falangistas apartaron las manos de la mujer golpeándolas con la culata de sus fusiles.

El 20 de septiembre del 36 los seis de Valencia de don Juan y otro hombre más, posiblemente Eduardo Prieto, natural de Celadilla, fueron asesinados sin juicio ni sentencia y desaparecidos en Villadangos del Páramo (León). Todos siguen presentes en la memoria de sus familias.

Según los testimonios orales de entonces y las actas de defunción existentes firmadas por el juez de paz, fueron enterrados en una fosa común. Desde finales de agosto hasta noviembre de 1936 en ese conjunto de fosas fueron arrojados al menos 76 cuerpos de personas asesinadas por grupos franquistas, tal y como recogen los documentos y las investigaciones de diversos historiadores. Todos procedían de pueblos de la zona y de la ciudad de León, donde no hubo frente de guerra porque el golpe militar triunfó casi de inmediato y fue seguido de una campaña de represión por parte del franquismo, cuyas víctimas lo fueron por motivos ideológicos.

En febrero del pasado año la ARMH pudo exhumar solo una parte de la fosa y extraer restos de doce cuerpos. El resto de la fosa está cubierta por nuevos panteones construidos hace años, por lo que no se ha podido exhumar por completo y no se descarta la existencia de más restos óseos de víctimas recuperables bajo los panteones.

“Estos logros son el resultado de la resistencia y el esfuerzo de muchas familias y en especial hay que recordar a personas como Rufino Juárez, que durante muchos años peleó para que esto sucediera, pero no pudo vivirlo”, explica Marco González, vicepresidente de la ARMH y coordinador de la exhumación”. Y concluye “Desgraciadamente no podemos olvidar el papel lamentable del alcalde y del teniente de alcalde de Villadangos que no supieron estar a la altura de quienes sirven a la ciudadanía y tienen el deber de ayudar, especialmente a familias que han sufrido tanto. Por esa razón seguimos esperando sus disculpas por no haber atendido humanamente a estas familias y haber prevaricado administrativamente para tratar de impedir algo tan humano como que puedan conocer el destino de sus seres queridos y honrarlos como merecen”.


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